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Paz y Ciencia

martes, 23 de junio de 2009

Verónika decide morir





"Verónika decide morir" (en portugués Veronika decide morrer) es un libro del escritor Paulo Coelho publicado en 1998.

Se trata de una obra de Paulo Coelho, con tintes autobiográficos. En ella Coelho se incluye como amigo de la otra Verónika del relato. Está la protagonista, una joven eslovena que un día mientras leía una revista decide quitarse la vida con sedantes y los conocidos Paulo Coelho y la otra Verónika, en un hermoso juego de espejos. Mientras el efecto tóxico llega escribe una misiva a la revista reivindicando el lugar de su país. En su fantasía la posibilidad de trascender por ser una patriota y defender el buen nombre de su país.

Verónika vive en una habitación dentro de un espacio dirigido por monjas. Estudió música (piano) y derecho y trabaja de bibliotecaria. Su vida va del convento a la biblioteca y de allí a alguna cama de un hombre. Por lo demás no hay más color en su vida. Así que se intenta retirar del mismo modo en el que vive, sin hacer demasiado ruido. "Sin sangre y sin tirarse de ningún sitio" (sic).
Dice así el texto:
" Había llegado la hora de tener orgullo de sí misma, de saber que había sido capaz, que finalmente había tenido valor y estaba dejando esta vida. ¡Qué alegría! Y estaba haciendo eso tal como siempre lo había soñado: mediante comprimidos, que no dejan marcas.
Veronika había estado buscándolos durante casi seis meses. Pensando que nunca lograría conseguirlos, había llegado a pensar en la posibilidad de cortarse las venas, a pesar de saber que terminaría llenando el cuarto de sangre, dejando a las monjas confusas y preocupadas.
Un suicidio exige que las personas piensen primero en sí mismas, y después en los demás."


Verónika se sorprende de que en esa revista no conozcan a France Preseren, poeta esloveno, uno de los representantes de la escuela romántica. En Liubliana se erige un monumento en el que el poeta mira hacia la mujer que le inspiró en vida, sólo la pudo ver en una ocasión pero siempre estuvo allí como musa, en su recuerdo. Al otro lado de la plaza la imagen de la mujer le devuelve la mirada.

Verónika se despierta el 11 de noviembre de 1997 en un hospital psiquiátrico, rodeado de tubos y máquinas, una enfermera la controla desde una silla contigua a la cama, oye a alguien decir "¿Quieres que te masturbe?". El sexo va ocupando un lugar importante a lo largo de esa experiencia transformadora.

Ya escuché por parte de quien me recomendó la lectura que Paulo Coelho estuvo varias veces ingresado en hospitales de estas características. La wikipedia también señala esta anécdota y dirige a "Confesiones de un peregrino" por Juan Arias. Desde luego que el relato es muy vivo, he leído unas páginas de la edición de booket y el principio me ha enganchado. Es un relato casi autobiográfico, reflexivo e informativo, con retazos de cuentos sufí, leyendas y alegorías que tienen una finalidad de compartir con el lector algunos pensamientos sobre el vivir y el cómo hacerlo.

Verónika nos enseña en esas primeras páginas como su pasión era el piano y además se le daba muy bien, sin embargo tuvo que renunciar para estudiar derecho porque "de la música no se puede vivir", le decía su madre. Había terminado la carrera con buenas notas y trabajaba en una biblioteca, internada memorizaba para recuperar el equilibrio interno los libros que se prestaban. Le gusta salir a pasear, con camisón preferiblemente, aunque haga mucho frio fuera.

En el hospital hay ciertas jerarquías, un grupo de antiguos pacientes continuan internador por propia voluntar y con el argumento de que pueden ayudar a los "crónicos" fea expresión y a otros. Se trata de una comunidad que también sostiene económicamente el hospital, construido donde antes era una fortaleza militar.

Verónika piensa en voz alta con Coelho, quienes en definitiva en el propio relato son dos personajes secundarios, solapados. Y esa es la trama interna, Coelho nos puede relatar su experiencia, en ese tono que recuerda al Alquimista, como cuento para trazar un camino de exploración de la conciencia. Un estímulo hermoso que siempre, bien acogido, puede ser útil.

Un libro correcto hasta donde he leído y algunas ideas que podemos imaginar son las siguientes:
- El intento de suicidio de Verónika le da una oportunidad para conocer "la locura".
- La paciencia y el respeto como cuento de aquél maestro sufí que queda con unos pocos leales en el teatro donde 4 horas antes había preparado un seminario.
- Los sanatorios de este tipo son lugares lúgubres que asustan, contagian y profundizan en la quiebra de la locura.
- Alguna reflexión que ya me hizo esa persona que me la recomendó, una persona que estuvo varias veces ingresado. El vitriolo, como el veneno líquido que intenta buscar el director de ese hospital, en sus fantasías está la posibilidad de pasar junto a otros grandes a la historia. Este médico hace comentarios filosóficos sobre la locura, la madre de Verónika no le entiende y Verónika le dice: "¿Qué le ha pasado?-preguntó la joven frente a él-. Da la impresión de que hubiera entrado en el mundo de sus pacientes.
El doctor IGor dejó pasar el impertinente comentario.
-Puede irse ya- dijo."


Alguien me dijo que comparar a Borges con Coelho era comparar a Dios con un gitano. En mi experiencia con gitanos he aprendido muchísimas cosas, ellos han aportado mucho a nuestra cultura, tal vez más en el mundo del arte que en otras áreas. También dan un color especial a barriadas de nuestras ciudades y colman centros de asistencia en distintas Instituciones.
De los gitanos se puede aprender y creo que puede haber algún Dios gitano. Tal vez Coelho sea a su manera un Dios de aquellos.
Pensando en aquella comparación reflexionar en esta catalogación del texto: Humanidades, Autoayuda y nueva era, Literatura nueva era.

En todo esto, puede que veamos a Verónika en la gran pantalla en un escenario inspirado en Nueva York.


1 comentario:

simalme dijo...

Es una copia (en muchas cosas) de "La doble vida de Verónica", una película de Kieslowski, de mis directores favoritos. Una maravilla, también su banda sonora. Te lo aconsejo.