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Paz y Ciencia

viernes, 19 de junio de 2009

El Camino de Shimriti-La sabiduría recobrada



Saber es también el resultado de un DES-CUBRIR-NOS (quitarnos todas las coberturas)...

En palabras de Gurdjieff:
Para poder vivir verdaderamente, hay que renacer.
Para renacer, primero hay que morir a lo anterior.
Y para poder morir, primero hay que despertar...


Stanislav Grof (padre de la psicología transpersonal):
La ciencia formal y su mejor aliada, la tecnología, se han constituido, hoy por hoy en la fuerza dominante del mundo moderno occidental y eso determina que todo lo que se entiende como progreso y evolución debe estar cobijado bajo su sombra protectora o recibir la laica bendición de su aval.

Un cuento de Jorge Bucay acomodado a mi manera:

Un científico está en un vagón de tren frente a un campesino. El científico lleva un caro traje ed listas y el campesino unos limpios calzones de campo.
El científico lleva un nutrido grupo de maletas y de gruesos tomos de biología.
El campesino le saluda atento, el biólogo, ensimismado entre sus lecturas y ajeno a lo que le decía el compañero de viaje levanta la vista y oye que repite el campesino:
- "¿Va a leer todos esos libros en este viaje?"
- No, pero jamás viajo sin ellos -contesta el biólogo.
- ¿Y cuándo los va a leer?
- Ya los he leído... Y más de una vez.
- ¿Y no se acuerda?
- Me acuerdo de éstos y de muchos más...
(El científico le explica sus investigaciones con animales y le explica detenidamente sus últimas inquietudes)

- Qué suerte deben tener sus vecinos de tener un veterinario tan cerca...
- No soy veterinario, soy biólogo.
- ¡Ah...! ¿Y para qué sirve lo que sabesi no cura a animales?
- Para saber más y más... Para saber más que nadie.
- ¿ Y eso para qué le sirve?
- Mira...Déjame que te lo muestre y de paso, quízá, haga un poco más productivo este viaje. Supongamos que tú y yo hacemos una apuesta. Haces preguntas sobre animales y cada vez que yo lo sepa ganaré un euro, si no lo sé ganarás tú 30 euros. Aunque hay diferencia probalemente saldré ganando. Venga empieza...
El campesino piensa y piensa... HAce cuentas en la mente ayudándose con los dedos. Finalmente dice:
- ¿Está seguro?
- Convencido- contesta el biólogo.
El hombre de los calzones mete la mano en su bolsillo y saca un euro (el campesino nunca apuesta si no tiene con qué pagar).
- ¿Yo primero?- dice el campesino.
- Adelante-contesta, confiado, el biólogo.
- ¿Sobre animales?
- Sobre animales...
- A ver... ¿Cuál es el animal que tiene plumas, no pone huevo, al nacer tiene dos cabezas, se alimenta exclusivamente de hojas verdes y muere cuando le cortan la cola?
- ¿Cómo? -pregunta el científico.
- Digo que cuál es el nombre del bicho que tiene plumas, no pone huevo, al nacer tiene dos cabezas, se alimenta exclusivamente de hojas verdes y muere cuando le cortan la cola.
El científico se sorprende y hace un gesto de reflexión.
Se mesa la barba, se sujeta el mentón mientras dirige la mirada hacia arriba y piensa largos minutos. Al cabo de un rato se atreve a preguntar:
- ¿Puedo usar mis libros?
- ¡Claro! -contesta el campesino
El biólogo se centra en sus tomos, abre la maleta colocada encima, busca entre los libros y lee atentamente varios tomos mirando en el índice y viendo las ilustraciones.
Un timbre anuncia la llegada a la estación de destino y el biólogo saca sus 30 euros y se los da al campesino apurado mientras cierra rapidamente las maletas antes de marcharse.
- Usted ha ganado, sírvase.
El campesino le mira y se mete el dinero en el bolsillo.
Antes de irse el biólogo le pregunta, - Oiga, pero cuál es la respuesta, ¿cuál es ese animal?
-Ah... Yo tampoco lo sé... -dice el campesino. Y, metiendo la mano en el bolsillo, saca una moneda de un euro y se la da al científico diciendo:
- Aquí tiene un euro. Ha sido un placer conocerlo, señor.

Jorge Bucay: "El camino de Shimriti". RBA Bolsillo, 2009. Barcelona.
# ISBN: 978-84-7871-118-5 (Ed. RBA Integral).

La sabiduría recobrada, de Mónica Cavallé, página 12:
“Pero el rumbo discutible que con frecuencia ha seguido la filosofía en nuestra cultura no puede hacernos olvidar que ésta nació en torno del 600-400 a.C. en la antigua Grecia, no sólo como un saber acerca de los fundamentos de la realidad, sino también como un arte de vida, como un camino para vivir en armonía y para lograr el pleno autodesarrollo. La filosofía no era únicamente una actividad teórica que podía tener ciertas aplicaciones prácticas; más aún, en ella, esta división entre teoría y práctica, entre conocimiento y transformación propia, carecía de sentido. Los filósofos de la antigüedad sabían que una mente clara y lúcida era en sí misma fuente de liberación y de transformaciones profundas; (...) Esta convicción de que sabiduría y vida son indisociables hacía de la filosofía el saber terapéutico por excelencia. El término ‘terapia’ alude aquí a su función liberadora y sanadora (era ‘remedio’ para las dolencias del alma). Los primeros filósofos sostenían que el conocimiento profundo de la realidad y de nosotros mismos era el cauce por el que el hombre podía llegar a ser plenamente hombre”.

Shimriti, de Jorge Bucay, página 13 de la edición española:
“El rumbo que ha seguido la filosofía en nuestra cultura no puede hacernos olvidar que ésta nació seis siglos antes de la era cristiana, en la antigua Grecia, no sólo como un saber sobre los fundamentos de la realidad, sino también como un arte de vida, como un camino para vivir en armonía y lograr el pleno autodesarrollo. (...) En aquella filosofía original, la división entre teoría y práctica, entre conocimiento y acción, carecía de sentido. Los filósofos de la Antigüedad sabían que una mente clara era la fuente del propio crecimiento, de la liberación interior y, aún más, el motor único de una transformación profunda. (...) La firme convicción de que sabiduría y calidad de vida son inseparables transformaba a la filosofía en el equivalente de la intervención terapéutica, en el remedio liberador y en la mejor ayuda para las dolencias del alma. (...) El conocimiento profundo de la realidad y de nosotros mismos era el camino por el cual el hombre podía llegar a ser en plenitud persona”.

1 comentario:

Amalia dijo...

Una lástima. Lo fácil que es mencionar la fuente de la que procede lo escrito, y los medios que existen para ponerse en contacto con la autora y solicitar su autorización. El mayor perjudicado es el propio Jorge Bucay.