PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

viernes, 8 de mayo de 2020

José Antonio Marina. Miedo y Poesía







Así pues, por muy diferentes que sean, nuestros espantos comparten un esquema común, un argumento compartido, el mismo plot, como dicen los psicólogos anglosajones, a saber: un desencadenante, interpretado como amenaza o peligro, provoca un sentimiento desagradable, de alerta, inquietud y tensión, que suscita deseos de evitación o huida. Los miedos animales comparten esta estructura narrativa, pero el humano añade la variedad y complicación de los desencadenantes. Podemos sentir miedo de casi todo, y tendremos que estudiar este dinamismo expansivo y contagioso. Mejor sería decir "corruptor", porque el miedo lo es. Por eso, el que provoca el miedo, corrompe, y debe ser tratado como un corruptor. Corrompe las relaciones, los sentimientos, las situaciones, la integridad, el Yo. Por eso el miedo se expande como una enfermedad. Si un perro furioso nos persigue, el desencadenante es obvio, y no precisa explicación. Es un miedo tranquilizador por su simplicidad. Pero cuando Rilke nos cuenta la historia del hijo pródigo y la interpreta como el temor a producir angustia en los demás al darles amor, la causa resulta menos evidente, y más aterradora. Me atendré a sus palabras: "Difícilmente me convencerán de que la historia del hijo pródigo no es la leyenda del que no quería ser amado". El protagonista huye de la casa paterna, donde todos, hasta los perros, le querían, porque no soporta la idea de hacer daño a aquellos que, por quererle, esperan algo de él, algo que él no está dispuesto a dar. "Sólo mucho después comprenderá claramente cuánto se había propuesto no amar nunca para no poner a nadie en la difícil situación de ser amado". Por eso, Rilke consideraba que el amor perfecto es el que no pide nada, ni espera nada, como el de Maria Alcoforado, la monja portuguesa, enamorada de alguien precisamente por su desdén. Kafka, según cuenta a Milena en el verano de 1920, siente algo semejante: "El vivir en casa de los padres es malo. Pero no sólo el encontrarse bajo el mismo techo, sino la vida misma, el dejarse caer dentro de ese circulo de bondad, de amor; sí, no conoces la carta a mi padre, las sacudidas de la mosca en la tira de papel engomado". Para ambos, recibir amor es una trampa mortal, porque somete al amado a unas exigencias que le esclavizan. A Simone de Beauvoir le sacaba de quicio que Sartre diera propinas excesivas en los restaurantes. "Necesito que el camarero me mire bien", se excusaba Sartre, "¡Pero si no le vas a volver a ver!", argüía su irritada y sensata pareja. El razonamiento era inútil, porque en el comportamiento de Sartre actuaban profundas demandas. "Contra lo oscuro, fracasa el Yo", escribió Rilke. Y los miedos con mucha frecuencia proceden de lo oscuro.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Nº Col.: A-1324
Videollamada y Consulta en Zaragoza. Intervención en Crisis. 
Teléfono: (34) 653 379 269
Instagram: @psicoletrazaragoza
Página Web: www.rcordobasanz.es






No hay comentarios: