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Paz y Ciencia

viernes, 1 de agosto de 2014

Espacios Transicionales


La construcción subjetiva según Winnicott
Autora: Silvia Tarrío
            Winnicott, nos habla de fenómenos transicionales con los que intenta demostrar la existencia de un área que no es parte de la realidad a la que exige de nuestro esfuerzo de adaptación, pero tampoco es parte de nuestro mundo interior, una tercer área que asegura la transición entre el Yo y el No – Yoperdida/presencia, niño/madre.
            El movimiento que permite el paso del No Yo al  Yo, se da en el jugar, Cuando el bebé succiona sus dedos siente placer, pero pocos meses después encontrará placer en jugar sobre todo con algún objeto que la madre le ofrece preferencialmente; convirtiéndose en Objeto Transicional.La aceptación por parte del niño de este objeto, tiene que ver con su naturaleza (por ej porque es blando y cálido como un osito de peluche), pero también porque el niño ya ha logrado reconocer un objeto como un No Yo (el bebé lo reconoce como exterior a sí-mismo, este objeto es la primer posesión no yo), esto implica que el bebé comienza a ubicar la frontera dentro/fuera a organizar este límite; la relación con este objeto no es adaptativa sino afectiva y le permite al bebé crear, imaginar, idear producir ese objeto.
            Para Winnicott este objeto se sitúa en una Zona Intermedia de la experiencia (no es interna ni externa) entre el autoerotismo oral (pulgar) y la relación de Objeto (en tanto primera posesión). A diferencia de las experiencias que se dan en el mundo externo, las experiencias en esta zona intermedia no presentan mayores exigencias, por el contrario, es una zona de descanso, el niño en ella al jugar, puede transformar la realidad según sus deseos.
            Esta Zona intermediasurge de la capacidad que tenga la madre para ilusionar al bebé, estando allí donde él la busca. Para esto, es necesario, una Madre Suficientemente Buena capaz de decodificar las necesidades y deseos de su bebé y satisfacerlas; pero también, capaz de ir retirándose paulatinamente de ese lugar, permitiendo la actividad cada vez mayor de su bebé. Es decir capaz de destetarlo de forma no traumática.
            En este punto, se hace central el concepto winnicottiano de Objeto Transicional, pues sobre este objeto el bebé adquiere derechos  que los adultos aceptan, y aunque solo acepte los cambios que él mismo realiza sobre este objeto, su existencia implica el progreso de pasar de la subjetividad pura al inicio de cierta objetividad. A través de él pasa del Dominio omnipotente mágico (producto de la Madre Suficientemente Buena al generar la zona de ilusión) al Dominio de la Manipulación (erotismo muscular y placer de la coordinación).
            El Objeto Transicional, no es un Objeto Interno sino una Posesión, pero su especificidad, lo diferencia de los otros objetos del mundo exterior. El bebé, puede emplear este objeto, siempre que el Objeto Interno a quien simboliza esté vivo y sea lo suficientemente bueno, lo cual depende de la conducta del objeto exterior (madre).
            Los Fenómenos Transicionales que se dan en la Zona Intermedia a la que Winnicott denomina Espacio Transicional implican las primeras etapas del uso de la ilusión, pues se funciona a mitad de camino entre la creatividad primaria y la adaptación. La existencia delObjeto Transicional le permite al bebé calmar la angustia que le genera la ausencia de su madre, pero si esta ausencia supera el tiempo en que el bebé logra mantener la representación de su madre, los fenómenos transicionales se vuelven carentes de sentido al igual que el objeto.

            Cuando el niño ha construido su  Yo y pasa del Principio del Placer (forma de funcionamiento propia del Ello) al   Principio de Realidad (forma de funcionamiento del YO) y consolida la representación mental de la madre; puede jugar con otros en la intersección de ambas zonas o Espacios Transicionales de juego, momento en que  el Objeto Transicional suele ser abandonado.


BIBLIOGRAFIA:

Winnicott, Donald (1972)              “Realidad y juego”. Ed. Gedisa.

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