jueves, 4 de noviembre de 2010
De la creatividad: Abraham Maslow. La Personalidad Creadora
[...] De los que estoy muy seguro es de las sugerencias prácticas para lograr esta fusión [entre el proceso primario y el secundario, es decir, el regido por lo onírico y el dirigido por la racionalidad]. La única realmente factible que conozco en la práctica cotidiana para lograr esta fusión dentro de la persona, es la psicoterapia, lo que, ciertamente, no es una sugerencia realizable o incluso grata. Existen también las posibilidades de autoanálisis y de autoterapia. Cualquier técnica que acreciente el autoconocimiento en profundidad debería, en principio, incrementar la propia creatividad, al permitirnos acceder a las fuentes de la fantasía, del juego de ideas, de la posibilidad de estar en las nubes, de alejarse del sentido común. El sentido común significa vivir en el mundo tal cual es, pero las personas creativas son aquéllas que no aceptan el mundo tal cual es, sino que quieren constuir otro mundo. Para conseguirlo, tienen que ser capaces de volar muy alto, de imaginar, fantasear, incluso de ser locos, chiflados, etc. Mi sugerencia práctica para las personas que tratan con personas que tratan con personal creativo es que estén atentos al modo de ser de tales personas, y que luego les dejen vía libre y tengan paciencia con ellos...
Se permiten ser completamente acríticos, dejan acudir a su mente toda clase de ideas locas y, en medio de un gran estallido de emoción y entusiasmo, garabatean el problema, la fórmula, la solución matemática, la construcción de una teoría o el diseño de un experimento. Entonces y sólo entonces pasan al proceso secundario, se vuelven más racionales, controlados y críticos. Si tratáis de ser racionales, controlados y ordenados en esta primera fase del proceso, nunca lo lograréis. Pues bien, la técnica del brainstorm, tal como la recuerdo, consiste precisamente en eso: no ser crítico, permitirse jugar con las ideas, asociar libremente, dejándolas salir en profusión, y sólo más adelante desechar las ideas que son malas e inservibles, y retener las que son buenas. Si teméis cometer este tipo de error chiflado, entonces jamás tendréis tampoco una idea brillante.
Claro está que esta clase de conducta bohemia no es necesariamente uniforme o continua. Hablo de las personas que tienen la capacidad de ser así cuando quieren (la regresión al servicio del ego [Kris]; la regresión, locura e inmersión en el inconsciente voluntarias). Esas mismas personas pueden, luego, ponerse el sombrero y el traje y ser adultas, racionales, sensatas, ordenadas, etc., y examinar críticamente lo que produjeron en medio de un gran estallido de entusiasmo y fervor creativo. A veces dicen "Parecía maravilloso pero no sirve", y lo desechan. Una persona verdaderamente integrada puede ser primaria y secundaria a la vez, infantil y madura. Puede ser regresiva y luego volver a la realidad, y entonces es nás controlada y crítica en sus respuestas.
págs. 122-123 "La personalidad creadora". Abraham Maslow. Kairós. Capítulo 6, justo antes del titulado: "La necesidad de personas creadoras".
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