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Paz y Ciencia

martes, 4 de agosto de 2009

Sentimiento de soledad




A la izquierda Susana Kaysen, autora de Girl´s Intermupted, libro sobre el que se basa la película Inocencia Interrumpida, en una conferencia; a la derecha una obra del Reina Sofía Cindy Sherman. Sin título. Gelatinobromuro de plata.
1976/2000

Sentirse solo rodeado de gente, en un supermercado, en el trabajo, en el matrimonio, con los amigos, en la vida, en el mundo, entre las personas existe el sentimiento de soledad.
La soledad es una forma de sentirse en relación a uno mismo, un sentimiento, en el que no hay ningún objeto que pueda ser ligado al sujeto porque las barreras están firmemente levantadas. Una emoción reflexiva ligada al proceso primario. Esa "magia" de la que habla Sartre que deforma las percepciones. Dicho desde Castilla del Pino es la relación del sujeto con el objeto lo que se realiza a través de la imagen que tiene el sujeto del objeto, con lo cual es una relación que se nutre y nace la de la fantasía, y cada cual tiene sus sueños y sus pesadillas, sus inclinaciones.
Alguien me decía que no siente sintonía con muchas personas, que se siente "una torpe social". Una persona extraordinaria en muchos aspectos por otra parte.
La soledad es una experiencia de lo negativo (André Green), quien intenta sistematizar el legado de Winnicott en un intento complicado. Este interesante autor y otros hablan de "la presencia de lo negativo", de lo que no estuvo y no está pero cuya ausencia significa una pérdida en cuanto a la formación de los afectos, de los sentimientos y, por ende, de la percepción que tiene el sujeto de la realidad y de su self.
Estar solo es terrible, aunque tu marido esté alli dándote besos y sosteniéndote, llevando el pan a casa mientras no eres capaz de levantarte de la cama. Por la cuestión que sea.
La soledad conlleva una pérdida de esperanza. Esto me hace recordar a uno de los libros que empleo como biblioterapia de ve en cuando, siempre que procede: "El hombre en busca de sentido", de Vitor Frankl. Allí Frankl habla de su experiencia en un campo de concentración, de hecho el título original era "Un psicólogo en un campo de concetración", luego se reformuló el texto añadiendo técnica de la logoterapia y se cambió el nombre de la obra. Lo esencial es el relato de Frankl, como ese Cómic, premio Pullitzer titulado MAUS, donde los nazis son gatos enfurecidos y los judíos ratas.
La soledad decía Frankl lleva a la enfermedad, tiene que ver con esa frase de Spinoza que el cita una decena de veces en el texto: "Quién tiene un porqué para vivir puede tolerar cualquier cómo".
Las biografías más duras hacen vulnerable a nuevas vivencias catastróficas o simplemente estresantes al individuo. Como diría un cognitivista, ese acontecimiento es la llave que abre la cerradura (caracterial) que abre las puertas a ese sufrimiento que se recuerda, se revive. Winnicott invitaba a realizar esa regresión como Balint hablara del "new beginning". Editar nuevas experiencias emocionales sobre la presencia de lo negativo, de lo que no ha existido, empatía, cariño, leyes dóciles, guía, educación en los afectos, en lo instrumental, sostén y un largo etcétera.
La soledad se encuentra con ese vacío falto de sentido, que no encuentra palabras, ni razones ni motivos, Winnicott las llamaba "angustias impensables". Son angustias terroríficas para las que el aparato psíquico no está capacitado para procesar. En términos cognitivistas se darían por tanto trastornos en el procesamiento de la información, errores cognitivos como inferencias arbitrarias y otras.
Sentirse solo o sola en compañía es sentirse también diferente, sin verse reconocido en el reflejo que el otro propone, en esto Heinz Kohut ofrece un modelo especular de tratamiento para esos trastornos del self.
Sentirse solo es verse desamparado, al límite, sin nada a lo que agarrarse, sin ningún porqué, ni ningún cómo. Una máquina que sigue impulsos llevados desde fuera, como se plantea en la película MATRIX, donde Neo y otros eligen la pastilla roja que les lleva a poder vivir la realidad (pero qué es la realidad), en la película es la tecnología y la guerra lo que ha llevado a que el hombre y su conciencia sea controlada por las máquinas.
Existe otra forma menos peliculera de despersonalización, de no sentirse dueño de los actos, de no reconocerse en la identidad, cambiar de autoconcepto, de autoimagen y sus aditivos sintomáticos de inestabilidad, ira y confusión. Sin olvidar un poso de tristeza por no poder encontrar un espacio calmado para sentarse al Sol y disfrutar de lo que nos rodea.
Los que se sienten solos están mal donde quiera que estén pero tener una fuente de calor afectivo a su lado contribuye a que este vacío se llene, no obstante no resulta operativo ad infitum una relación de dependencia emocional y/o instrumental. Porque a veces dormir con un hombre tras una noche de pasión es un requisito para lo verdaderamente valioso el levantarse junto a esa especie de desconocido y poder hablar, sentirse arropado, querido, respetado y amado.
El sentimiento de soledad puede seguir profundizando en el dolor mermando ya no solo la confianza por uno mismo sino la confianza y esperanza en los demás, construyendo un muro defensivo cuasi paranoide que nos separe del posible objeto. Y esto lleva a una vida de repliegue y ensimismamiento donde los dedos se hacen huéspedes y el contacto con la realidad se empobrece. También con el corolario de síntomas que corresponda a la salida de esa angustia (angustia vital le llamaba López Ibor siguiendo las lecturas germanófilas).
Sentirse solo es abrasador, puede ser entendido desde la búsqueda incesante de objetos para llenar el amor que somos capaces de dar y que no ha sido correspondido. A veces ese amor se canaliza hacia una persona, otras tiene un periplo más amplio y latoso. Pero la capacidad de amar puede llevar a salir del sentimiento de soledad.
Sobre eso Kierkegard nos podría decir interesantes cosas, como que caracteriza la existencia. Estamos hablando en casos de trastornos como el TLP donde el amor y su expresión más cercana, el cariño cumplen un papel tan relevante en la reversión de la perspectiva. Melanie Klein tiene un excelente trabajo titulado "Sobre el sentimiento de soledad".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola!! De casualidad me encontré con tu blog, y me llamo la atención esto que escribes sobre la soledad, por lo me dispongo a buscar la obra que recomiendas de Melanie Klein, solo para ver que descubro. Gracias!!

Eli (LP en soledad)