Me invitaban a una radio a hablar de Temas de verano de psicología, me pusieron como ejemplo el "Síndrome Postvacacional".
Y la verdad es que la nostalgia es más patrimonio de la literatura romántica que de la psicología, y todavía menos de la psiquiatría biológica.
Volver de un sueño es darse de bruces con la realidad, es descender del cielo al suelo de golpe.
Imaginen a John Forber Nash o a cualquier persona con problemas emocionales que haya tenido un brote psicótico o maníaco, el regresar o conectar con la "tierra" supone una quiebra, la persona deja de ser Dios, omnipotente, en ese delirio se sentía capaz de todo, mirado y controlado por organizaciones secretas, muy importante, es la cara opuesta de su realidad. Y la mente genera esas desconexiones con un propósito de sanación, es un intento de autocuración. El delirio restitutivo, pueden investigar con Jacques Alain-Miller, por ejemplo con su texto "El saber delirante".
Pues regresar de vacaciones es volver de un ensueño que nos ha trasladado a otros escenarios, otras ocupaciones, menos preocupaciones, más ocio, más tiempo para amar, espacio para expandirnos.
La verdad es que el regreso es volver a la realidad que el sujeto tiene antes de esas vacaciones, volver al mundo construido.
Así que el síndrome postvacacional es un invento algo hortera ya inventado por el sentido común que cursa con síntomas depresivos, los propios de darse de bruces con una realidad que produce displacer.
Por esto se trata de disfrutar en el trabajo, en la ciudad o pueblo de donde uno viva para que las vacaciones no sean huidas sino momentos para crecer, aprender y disfrutar.
La tecnocracia no atiende a los dictados del corazón, de la imaginación y de la fantasía, pensemos en que en estas fechas las parejas tienen más tiempo para hablar y surgen adhesiones más firmes y se abren heridas latentes también. Las vacaciones pueden ser el principio de una crisis, pero como ya sabemos crisis significa "peligro y oportunidad" en chino. No somos chinos pero tampoco queremos ser tontos y quedar embobados en un discurso ajeno y estéril. Por tanto hay que orientar los esfuerzos hacia construir una realidad grata, presente, futura y pasada. Si esos tiempos no corren armoniosamente pueden devenir problemas.
El ser humano no es una máquina biológica, las emociones determinan en gran medida la química, sobre todo en lo relacionado al Sistema Nervioso Central.
Iremos adentrándonos más en artículos más científicos, si lo desean.
Saludos.
1 comentario:
Sería magnífico que desarrollarás esa estrecha colaboración software-hardware.
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