Explicación del mito de la caverna de Platón.
Así:
-El ser humano sería identificado con los prisioneros.
-Las sombras de los hombres y de las cosas que se proyectan, son las apariencias: Lo que captamos a través de los sentidos y pensamos que es real (mundo sensible).
-Las cosas naturales, el mundo que está fuera de la caverna y que los prisioneros no ven, sería “el mundo de las ideas”, en el cual, la máxima idea, “la idea del bien”, es el sol.
-Uno de los prisioneros logra liberarse de sus ataduras y consigue salir de la caverna conociendo así el mundo real. Es este prisionero ya liberado el que deberá guiar a los demás hacia el mundo real, es el símbolo del filósofo.
-La situación en la que se encuentran los prisioneros de la caverna viene a representar el estado en el que permanecen los seres humanos ajenos al conocimiento, únicamente aquellos capaces de superar el dolor que supondría liberarse de las cadenas, volver a mover sus entumecidos músculos podrán contemplar el “el mundo de las ideas” con sus infrautilizados ojos.
-Un aspecto importante: la fuerza que nos puede permitir la salida de la caverna y la rotura de las cadenas que nos atan al fondo.
Una de estas fuerzas es la representada por el maestro, de ahí la alusión a Sócrates que se da en el texto.
Pero esto no soluciona el problema, pues ¿cómo se accede a poder ser maestro?,
¿Cuál es la fuerza que puede permitir acceder a esta condición y permitir, luego, volver a la caverna para enseñar?.
Platón sugiere diversas respuestas al interrogante de cómo se desea aprender.
- En el Banquete nos habla del impulso de Eros como vía de acceso al saber
-en el Teeteto (155d) afirma que es la admiración la que está en el origen de la filosofía (del afán de saber), impulso que se relaciona con su doctrina de la reminiscencia o anámnesis (defendida especialmente en el Menón,) la cual nos remite a la doctrina de la inmortalidad del alma (defendida, por ejemplo, en el Fedro)
-La afirmación de que el espíritu humano posee en sí mismo todas las condiciones de su saber, anteriormente a toda experiencia, lo cual es la versión epistemológica de la clásica máxima griega del «conócete a ti mismo» que Sócrates hizo suya.
-A nivel psicopatológico:
El mito de la caverna como alegoría de la psicosis.
Dos acepciones:
a) el delirio: ¿no es acaso nuestra auténtica realidad?.
Todos los humanos- “atrapado en el fondo del caverna”, percibimos sensorialmente “unas meras sombras” a las que llamamos realidad. Acostumbrados, no anhelamos otro conocimiento, y nos resistimos al esfuerzo de aceptar otras realidad, “el mundo de las ideas”, en este caso, el mundo delirante y alucinatorio.
Entendiendo la psicosis como “una nueva forma de ver el mundo”,
El psicótico sería aquel que abandona el fondo de la cueva.
El psicótico –siguiendo el mito de Platón- de forma pasiva, o activa –“trepando por la cueva”, “construyendo laboriosamente su delirio”, percibe la nueva realidad sensorial: las alucinaciones. Ante sus ojos, descubre el mundo de la luz, y “el mundo de las ideas”: su nuevo delirio alucinatorio.
b) el delirio, como regreso a la oscuridad de la caverna:
La psicosis como pérdida de la conciencia de realidad.
El psicótico, baja a la caverna, y “atado” en su delirio, ve las sombras proyectadas por la luz –realidad- en el fondo de la cueva.
Para él, estas sombras, meras proyecciones, y carentes de cualidades sensoriales, serán su nueva realidad. Con su interpretación delirante, extraerá nuevos significados, relaciones y teorías.
Ensimismado en “sus sombras”, rechazará el mundo sensorial anterior “el mundo de la luz”, y se entregará a la nueva tarea de construir su delirio, “atado”, forzado a vivir sus alucinaciones, “meras sombras”.
Toda persuasión para abandonar su delirio “abandonar la caverna oscura donde ve y vive la nueva realidad”, será rechazado por él. Se creerá engañado, intentará forzosamente mantenerse “atado” al delirio.
El trabajo de curación del psicótico, equivaldría al del prisionero obligado a abandonar sus ataduras en el fondo de la caverna, y ascender por la pendiente hasta la apertura de la cueva. En los primeros momentos, “deslumbrado, cegado” rechazaría la visión de la luz, y la riqueza sensorial de la “realidad”, se le hará insoportable.
El psicótico puede exigir permanecer en el fondo de la caverna, oponerse con todas sus fuerzas a soportar la realidad exterior, en muchos sentidos más compleja, difícil y hasta peligrosa.
Cualquier intento de abandonar la caverna por parte de familiares, del psiquiatra, puede acrecentar su delirio, viéndolos como falsos, “dobles” o impostores.
Una nueva realidad, la del mundo de las sombras (las alucinaciones y delirios) se impone, y le lleva al aislamiento, al ostracismo, en la oscuridad de su caverna.
(equivalente del autismo esquizofrénico).
Dr. J. L. Día Sahún.. “Seminario de Psicopatología descriptiva y fenomenología”
http://jldiasahun.googlepages.com
1 comentario:
no ps.......... si yo supiera que eso existe me encantaria ir ahi talvez se sentira chido entrar o que personas y sabias nos platicaran de los sucesos que anteriormente sucedieron con mayor influencidad que bueno que una persona como tu mensione sus cosas vividas deberias hacer una bibliografia eso te ayudaria mucho mas para emprender mas a lo ya hecho y faltante por hacer que bueno me da gusto felicidades
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