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Paz y Ciencia

domingo, 8 de febrero de 2009

La Niña de los Sueños XLXV

El muchacho apuraba los bocados de salmón antes de que se terminara el descanso entre clases, alrededor apuntes, cuadros, pupitres y una atmósfera inquietante, un espacio donde parecía que había que ser diferente para encajar, él se veía disfrazado. Sus antiguas ropas eran viejas y estaban rotas pero eran sus propiedad y tal vez le identificaban entre las gentes del mercado.
El descanso llegaba a su fin, algunos muchachos entraban en clase ignorándole, él metió la cabeza entre los brazos y se puso a leer un manual que tenía delante, era de mitología y parecía agradarle, aquellas historias clásicas representan fugaces estados mentales y relaciones, ilustran la historia y la tipología de las personas por lo menos. Sin embargo el libro era de esos que llaman optativo, un texto que el padre de la Princesa le había facilitado pero que el profesor matizó como secundario y algo baladí.
Esperando la clase de matemáticas su estómago parecía buscar un reequilibrio, recientemente había mucha motilidad intestinal dentro de él. No sabía muy bien por qué, pero lo que era seguro es que estaba comiendo más que en toda su vida pasada. ¿Había cambiado él? No lo sabía, sólo tenía constancia y contacto de que en tiempos remotos, cuando dibujaba y escribía en el mercado él miraba a esos "señoritos" compadeciéndose de tal volatilidad yoica. La verdad es que prefería a los muchachos del mercado, "poca cosa menos que nada" se decía.
Llegó una profesora, se presentó, les dijo el material didáctico y dibujó en la pizarra unos pájaros, la clase era de ciencias y hoy tocaba explorar la flora y fauna de los alrededores, allí en ese inmenso edificio qué iban a saber ellos de esos animales y de las plantas...
El muchacho se reía y al mismo tiempo estaba preocupado y meditabundo. Había algo del ambiente que no encajaba con él, se sentía acalorado y viviendo una vida inexacta, bajó la cabeza, la apoyo entre sus manos y escuchó el resto de la hora a la señora con la mirada perdida, atravesando los muros de aquel edificio.

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