¡Estimado público ante ustedes la sorpresa!
El padre, contento y sonrojado abre una habitación donde había una cama habilitada y un escritorio. Dijo lo siguiente: "He estado hablando con mis compañeros del ministerio de educación para que brinden la mejor educación a nuestro querido amigo, cuando lo desees (mirándole a la expectativa), podrás sumarte a las clases donde asiste la Princesa.
El niño contuvo la respiración y miró a la Princesa, eso realmente no estaba dentro de los planes, la verdad es que se escapaba de toda predicción. El muchacho preguntó qué se estudiaba en esa escuela.
El padre contestó: "No es una escuela corriente, allí acuden las personas que quieren formarse para cargos públicos, las recomendaciones son buenas y Sir Mathews estará encantado de ayudarte a recuperar las clases perdidas de este trimestre".
El muchacho le dijo que ya conocía la historia de ese país y que no importaba mucho pues la historia situaba a dos grupos y ahora un miembro del grupo excluído era invitado a ingresar en el grupo selecto de los trajes caros y la clase. En realidad a él le encantaba leer y estudiar pero eso de estar en clase parecía muy aburrido, todo el rato escuchando a un señor más mayor, él quería imaginar. Dijo al padre:
"Pero Sr... (carraspeó) yo quiero ser escritor..."
Tras unas carcajadas de los presentes, excepto de la Princesa que parecía entusiasmada con las nuevas declaraciones del enigmático muchacho, el padre intervino:
"Claro, muchacho, pero antes deberás conocer a los escritores que han dejado huella, has de estudiar literatura, gramática y conocer las ciencias para especializarte en lo que desees, no obstante no es trabajo para un hombre de bien"..."Recuerdo a mi amigo de Universidad, el señor Will, acabó escribiendo poemas, borracho y solo... "Soy más amigo del sacrificio y del esfuerzo mantenido que de eso que llaman talento, no obstante creo que con mi hija te vas a entender muy bien, más de una vez me han llamado la atención por descubrirla pintando en clase. Ese talento artístico me parece provocador..."
La muchacha iba a interrumpirle pero prefirió ser prudente, ésta era una palabra que nunca le había causado mucha simpatía. Así que el padre se acercó a la biblioteca cruzando la casa y le dio un libro al muchacho, era un libro clásico de un gran maestro de aquel país, pero el lomo era oscuro y muy grueso, estaba sucio y muy usado, le pareció un poco latoso tras mirarlo por encima. Dio las gracias y subió a su cuarto a empezar a leerlo, quedó excusado por la familia, el padre le acarició el pelo y la muchacha dijo: "Papaaaaaaaa...".
1 comentario:
no siempre nuestros sueños cumplen las espectativas que tienen diseñas los demás para con nosotros.
Un saludo.
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