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Paz y Ciencia

martes, 17 de febrero de 2009

Ideas PLATÓNICAS

Esta entrada viene motivada por la inmersión en el texto de una compañera, se trata de un libro de Bruno Bettelheim, autor de "Psicoanálisis de los cuentos de hadas", exquisito. El texto que leía esta vez se titula "No hay padres perfectos". Leía algo sobre la división intrafamiliar que se da por aquello del "fracaso escolar" y cómo se entiende todo esto sin llegar a etiquetar a personas. En la contraportada se lee algo así: los padres perfectos sólo existen en nuestra fantasía. A lo que hay que aspirar es a ser unos padres "lo bastante buenos", que establezcan con sus hijos una mutua relación gratificante y que desarrollen un gran sentimiento de seguridad en su función de padres. En el capítulo comentado empieza con una cita de La República de Platón en la que explica que para aprender de verdad no es necesario la severidad y la dureza sino aprender divirtiéndose. Sumado a que mañana tengo que empezar un ciclo de clases sobre comunicación y aspectos psicosociales me ha intrigado el mirar un poquito por este curioso autor que tanto tuvo que decir sobre la Educación. Les dejo con Platón.


“Filosofía, pedagogía y política han estado, en la aurora de nuestra civilización, íntima e indisolublemente ligadas. Mensaje mal entendido y a menudo olvidado por los filósofos de nuestra historia, cómodamente recluidos en la torre de marfil de sus bibliotecas, mensaje sin embargo capital en el platonismo: la filosofía no es ni evasión, ni reclusión, ni ruptura, o lo es tan sólo durante el período de una ascensión personal; es, por el contrario, enraizamiento, toma de conciencia del mundo y de la historia, entrega de uno mismo en la morada comú
Con los riesgos y peligros que ello implica.” (Droz 1992)

De PLATÓN:

El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio –
Al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta.
El hombre sabio querrá estar siempre con quien sea mejor que él"

"El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara y no siembra"

"La oportunidad es el instante preciso en que debemos recibir o hacer una cosa"

"La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos"

"La razón y el valor siempre se impondrán a la traición y a la ingratitud"

"Lo poco que sé se lo debo a mi ignorancia"

"Los muchachos deben abstenerse de beber vino, pues es un error añadir fuego al fuego"

"El hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás ha adoptado el mejor plan para vivir feliz"


La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo
La educación según Platón
En el libro La República, de Platón, y en Las Leyes, de una manera más extensa, está tal vez mejor definido este problema de la educación. Cuando comienza el libro, con los caminantes que van marchando hacia el templo de Zeus Olímpico, se dice que la mejor forma de educar es mediante la Gimnasia y mediante la Música.



Obviamente, cuando escuchamos las palabras "gimnasia" y "música" hoy, desde nuestro punto de vista nos hacemos una imagen un tanto falsa. Al pensar en gimnasia imaginamos juegos de tipo físico: levantamiento de pesas, boxeo, jabalina; cuando pensamos en música, pensamos en tocar la guitarra o la cítara o lo que fuese. No es exactamente lo que pretendían los griegos o lo que quería expresar Platón.
Él hablaba de la Gimnasia -de gymnós, desnudez- como de una aptitud especial en los jóvenes, los cuales podían desarrollar toda su pureza en el sentido físico de descontaminación. Platón recomienda separar las generaciones -y eso fue muy discutido-, no está de acuerdo en que los jóvenes sean educados por los padres; Platón propone en La república que sólo durante cinco años -en el llamado gineceo- los niños estén a cargo de sus padres, y que luego tienen que pasar a manos los paidagogoi, o sea, los pedagogos o maestros.
Dice Platón, de una manera muy cruda, que cualquier hombre es capaz de tener hijos, pero no cualquiera es capaz de educarlos. Entonces, proponía que después de los cinco años -cosa que se hacía en la Grecia clásica- los niños pasaran a institutos especiales en donde se les educara en la parte física y en la espiritual. Esa parte física basada principalmente en un culto a las fuerzas y en un culto a la pureza -casi "tarzánica", diríamos hoy- era la Gimnasia, y la parte espiritual era la Música, pero por Música entendían el ejercicio de las Musas. Sabéis que las Musas eran las antiguas Diosas que regían la Historia, la Oratoria, la Música propiamente dicha, la Pintura, el Teatro, etc. O sea, que el joven tenía estas dos grandes vertientes, se pretendía un cuerpo sano y se pretendía un espíritu cultivado, un espíritu propenso a las artes y a todo lo que fuese humanista.
Este conjunto de un cuerpo sano y de un espíritu abierto a toda la creación es propio del mundo clásico. Además, Platón creía que existía una gran relación entre el cuerpo y el alma. Los socráticos decían que el cuerpo era como una vasija y el alma como el agua que la llenaba y que es obvio que el agua tome la forma de la vasija que la contiene, por lo que hace falta un cuerpo sano en todas sus extensiones y hace falta una vida sana, un medio sano para que pueda también el alma educir todos sus sanos aspectos."

Extracto de la conferencia "Educación permanente para una nueva formación" de Jorge Angel Livraga,, en el libro "Magia, religión y Ciencia para el Tercer Milenio. Tomo II.", pág. 228 y siguientes

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