La paz interior, la serenidad y la calma son descripciones de una disposición frente a la vida libre de los efectos del estrés. ... El encuentro de la paz interior o Shanti está muy asociada a tradiciones budistas e hinduistas. Tenzin Gyatso, el 14º Dalái Lama, enfatiza la importancia de la paz interior en el mundo.
Luang Phi Pasura, un monje budista de 40 años que le ha dedicado 20 al aprendizaje y enseñanza de la meditación con personas de todas las razas, religiones y creencias y, además, es máster en relaciones internacionales de la Universidad de Thammasat, en Tailandia, habla de cómo los seres humanos podemos alcanzar la plenitud y tranquilidad por medio de la meditación y la respiración consciente.
El monje está de visita en Colombia con motivo del Tour por la Paz 2017, un proyecto liderado por la ONG World Peace Initiative con el objetivo de llegar a más personas en el mundo para que aprendan a tomar las situaciones con más calma y, de esa forma, encontrar soluciones más fácilmente. “Si las personas se dejan llevar por el negativismo o por los malos pensamientos, todas las soluciones se harán inalcanzables”, asegura Luang Phi Pasura.
El monje agrega que los seres humanos respiramos todo el tiempo, pero no sabemos cómo hacerlo adecuadamente. La respiración consciente debe hacerse de una manera pausada y analizando que el aire que ingresa pase por todo nuestro cuerpo.
¿Cómo meditar?
Meditar es la técnica para mantener la mente quieta, en paz y enfocada. Busca mantener el balance entre concentración y relajación para que podamos estar conscientes sin estar tensos, hasta que la mente desarrolle algo que llamamos enfoque y concentración, lo que genera claridad.
La forma de hacerlo correctamente es relajarse, pero manteniendo la conciencia usando diferentes técnicas para reconocer dónde está la mente. Así sea por medio de la respiración, repitiendo un mantra o visualizando un objetivo.
Paso a paso
1. El gran reto: empezar por uno mismo
Es necesario tomar la decisión de cómo sentirse frente a los problemas y las situaciones que, definitivamente, no podemos cambiar. Para esto es necesario tener la conciencia en uno mismo y evitar que lo que ocurre alrededor pueda llegar a perturbar. Ese proceso se llama atención plena, momento en el que llamamos cosas más positivas para enfocarnos.
2. Comenzar la jornada diaria de manera positiva
Despertar, respirar, cerrar los ojos por un momento y no dejarse llevar por los malos pensamientos es clave para mantener una buena aura durante toda la jornada. Además, el monje aclara que cuando una idea positiva es recurrente, se desaceleran los pensamientos que generan estrés.
3. Ser realistas, dejar de quejarse y tomar decisiones
La meditación nos ayuda a ser realistas frente a las malas situaciones que afrontamos en el día a día, razón por la cual podemos observar con mayor neutralidad lo que sucede a nuestro alrededor. “No sacamos nada quejándonos del cambio climático si no nos preocupamos por reciclar un poco”, menciona el budista.
4. Comprender las diferencias y respetar a los demás
Cuando hay un entendimiento propio se puede entender a las demás personas. Adicionalmente, vale la pena recordar que como seres humanos tenemos un objetivo en común: la paz con nosotros mismos. Esta podrá alcanzarse si se aprende a escuchar y a entender a la gente que comparte un mismo espacio.
5. Igualdad: tratar al otro como queremos que nos traten
Para alcanzar un poco de paz interna y replicarla con los demás, hay que tratar a las personas de la manera como quisiéramos ser tratados. No hay forma coherente en la que los seres humanos podamos alcanzar plenitud entre nosotros mismos si no toleramos u aceptamos la opinión de los demás.
6. Enseñar por medio del ejemplo
Hay que procurar tener comportamientos que pueden ser copiados positivamente por las demás personas, aun cuando el estrés diario lo muestre como imposible. De esta forma serán más las buenas acciones y los pensamientos que se podrán reproducir en la sociedad.
7. No dejarse robar la paz por la rabia
El monje explica este consejo por medio de un ejemplo: “Si de 86.400 segundos que hay en un día, una persona te arrebata 10 por un disgusto, y tratas de obtenerlos de vuelta, tendrás que gastar más de tu tiempo para intentar estar bien. Entonces hay dos opciones: tratar de obtener de vuelta los segundos o respirar profundo y aceptar la situación sin darle mayor importancia.
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