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Paz y Ciencia

sábado, 3 de julio de 2021

La madre suficientemente buena

 



El concepto de madre suficientemente buena del psicoanalista y pediatra Donald Winnicott


Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Presencial (Gran Vía) y Online. Zaragoza. Teléfono: 653 379 269                          Instagram: @psicoletrazaragoza Web: Conóceme

El desarrollo conceptual de Winnicott sobre la madre suficientemente buena, es desarrollado desde su formación de médico pediatra y psicoanalista.

En el estudio de la relación que existe entre la madre y su bebé es necesario examinar por separado aquello que es privativo de la madre y lo que está comenzando a desarrollarse en el niño. La criatura vendrá a ocupar un lugar que si bien se encuentra vacío desde un espacio físico no lo está desde los aspectos emocionales de sus padres. En ese lugar que se transforma en  una criatura/bebé hay algo que se encuentra predeterminado quizás, un cómo lo imagina, quizás un como quiero que seas, o quizás su nombre.

EI bebé ya tiene referencias en el vientre de su madre, aprende a distinguir. En los últimos tiempos del embarazo y hasta unas semanas después del parto, Winnicott, , describe la instauración de la “preocupación maternal primaria».

Consiste en un estado particular que permite a la madre ponerse en el lugar de su hijo, identificarse con él antes de que nazca y también después de su nacimiento. También será necesario luego para los cuidados que ella le prodigará. Con ese fin la madre utiliza sus propias experiencias como bebé. De este modo se encuentra también en un estado dependiente y vulnerable, hay una dependencia absoluta con referencia al estado del bebé.

 Este estado que podría considerarse patológico de no ser por el embarazo. Se trata de una conducta de repliegue o introspección, una vuelta hacia adentro. Esta conducta es necesaria para lograr una adecuada empatía con el feto y más tarde con el bebé ya nacido. Una madre debe estar muy sana para lograr este estado y curarse espontáneamente del mismo, a medida que va madurando su bebé.

Este autor describe a la “madre suficientemente buena” que es capaz de satisfacer las necesidades del infante al principio y de hacerlo tan bien que el infante, cuando emerge de la díada de la relación infante – madre, puede tener una breve experiencia de omnipotencia.

El prototipo de los cuidados maternos es el holding (función de sostén). Un lactante que conoció un holding suficientemente bueno, no tiene nada que ver con un lactante que no lo tuvo. El sostén, la forma en que la madre toma en sus brazos al bebé está muy relacionada con su capacidad de identificarse con él.

¿Qué ocurre si los cuidados maternos fallan?

Los fallos en dicha función pueden incrementar la sensación de desintegración. Cuando no hay un hacer suficientemente bueno, el infante es incapaz de iniciar la maduración del yo, o bien el desarrollo del yo queda necesariamente distorsionado en aspectos vitales. Pero a su vez, para que la madre pueda llevar a cabo con éxito esta labor, es necesario que  pueda ser ella también sostenida por su pareja y el entorno.

En esta etapa es necesario no considerar al bebé como una persona que tiene hambre y cuyos impulsos instintivos pueden ser satisfechos o frustrados. Es necesario pensarlo como un ser inmaduro que está constantemente al borde de una angustia inconcebible. Lo que mantiene a raya esa angustia inconcebible es la función de la madre, de vital importancia en esta etapa. Se manifestará mediante su capacidad de ponerse en el lugar del bebé y darse cuenta de lo que necesita en el manejo general del cuerpo, y por lo tanto, de la persona. El amor en esta etapa sólo puede mostrarse a través del cuidado del cuerpo.

Gradualmente le irá enseñando el mundo a su hijo/a en la medida en que lo vaya necesitando y paralelamente, irá desapareciendo este estado especial que es la preocupación maternal primaria

Bibliografía:

Los bebés y sus madres. Paidós, Buenos Aires, 1990

La familia y el desarrollo del individuo. Hormé, Buenos Aires, 1980

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