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Paz y Ciencia

viernes, 11 de agosto de 2017

Reflexión feminista

Todo el mundo es hombre y mujer, tenemos esa virtud y ese "contratiempo". Alguien puede revelarse ferozmente, casi de forma visceral y muy agresiva contra el otro sexo. Esto no tiene sentido, ni por parte de hombres ni de mujeres.
Todo el mundo, y tú te has dado cuenta, está condicionado por la familia, el tipo de educación en la escuela, las amistades, las redes sociales, la prensa, radio, televisión y un largo etcétera.
Si un hombre empieza a gemir, la gente le dice: " No llores como una mujer, no te lamentes, no seas marica"; en el 2017 esto se sigue escuchando y no creo, con tristeza, que se vaya a revertir en poco tiempo.
Si nos ponemos a pensar, esto es muy represivo. Si una niña se empieza a comportar como un chico, es ambiciosa, agresiva, la gente piensa que algo está mal. Le llaman marimacho; no es una niña...
No es una división natural; es una división política, social.
Se ha obligado a las mujeres a hacer el papel de mujeres 24 horas al día, y al hombre a hacer el papel de hombres veinticuatro horas al día; esto es antinatural y sin duda causa mucho sufrimiento en el mundo.
Hay momentos en que el hombre es suave y podría ser femenino. Ocasiones en los que el marido debería ser la esposa, y la esposa el marido; y esto debería ser muy natural. Entonces habría más ritmo y armonía. El hombre estará más relajado si no se supone que deba ser un hombre las veinticuatro horas al día. Y una mujer será más espontánea si no se supone que deba ser una mujer las veinticuatro horas del día.
Sí, de vez en cuando, en un ataque de ira, una mujer puede ser más peligrosa que un hombre, y a veces, en los momentos tiernos, un hombre puede ser más cariñoso que ninguna mujer..., y estos dos estados son tuyos; no creas que es una "locura". Esta dualidad forma parte de la naturaleza.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo, Zaragoza. Núm. Col.: A-1324
Psicoterapeuta.

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