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Paz y Ciencia

sábado, 16 de abril de 2022

MELANIE KLEIN: SUPEREGO

 








Las teorías de Melanie Klein

Melanie Klein encaminó el pensamiento psicoanalítico hacia una nueva dirección con el reconocimiento de la importancia que las experiencias de los primeros años de vida tienen para la formación de nuestro mundo emocional en la adultez. 

Mediante la ampliación y desarrollo de las ideas de Sigmund Freud, Klein se inspiró en el análisis de juegos de niños para llegar a formular nuevos conceptos como los de las posiciones esquizo-paranoide y depresiva. Radicales para su tiempo y generadoras de grandes controversias, sus teorías perduran en el centro del pensamiento kleiniano el cual continua evolucionando y creciendo. 

Conozca los detalles sobre los principales conceptos desarrollados por Klein, así como por las nuevas generaciones de psicoanalistas que han encontrado inspiración en sus ideas. 

Las definiciones fueron obtenidas del The New Dictionary of Kleinian Thought [Nuevo Diccionario del Pensamiento Kleiniano] de Elizabeth Bott Spillius, Jane Milton, Penelope Garvey, Cyril Couve y Deborah Steiner (Routledge, 2011).

Las imágenes que aparecen a continuación corresponden a los dibujos, pinturas y recortes realizados por los pacientes infantiles de Klein durante sus sesiones de análisis. Se publican por cortesía de la Biblioteca Wellcome, a cuyo cargo se encuentra el Archivo Melanie Klein.

Superego

Estructura interna o parte del yo que, a modo de autoridad interior, reflexiona sobre el yo, emite juicios, ejerce presión moral y es la base sobre la que se asientan la consciencia, la culpa y la autoestima. Para Klein, el superego está compuesto por una parte escindida del ego en la que se proyectan la pulsión de muerte fusionada con la pulsión de vida, y los aspectos buenos y malos de los objetos primarios así como de los objetos posteriores. El superyó adquiere características tanto de protección como cualidades amenazantes. El yo y el superyó tienen en común distintos aspectos de los mismos objetos, y se desarrollan en forma paralela a través del proceso de introyección y proyección. Si todo va bien, los objetos internos del ego y del superego, que en principio son extremos, se vuelven menos extremos y las dos estructuras llegan a una reconciliación creciente.


Según Klein, el superyó comienza a formarse al inicio de la vida, y no con la resolución del complejo de Edipo como indica la teoría de Freud. El superego temprano es muy severo, pero con el proceso de desarrollo se vuelve menos severo y más realista. En el desarrollo patológico, el superyó severo tempano no se modifica, y en casos extremos, los aspectos no integrados, idealizados y aterradores de los objetos primarios son escindidos por el ego, para desaparecer a un área del inconsciente profundo. Con el tiempo, Klein llegó a considerar estos disipados objetos parciales como algo separado del superego, en tanto otros los consideran como constituyentes de un superego anormalmente destructivo. Ya sea que sean vistos como superego o no, Klein y otros asocian estos objetos internos extremos con alteraciones extremas y hasta con psicosis. Se los considera distintos del superego severo temprano común que se basa en instintos predominantemente fusionados, susceptibles de modificación.


Las cuestiones acerca del nivel hasta el cual puede darse el cambio en el superego, la naturaleza exacta de sus partes constitutivas, y sobre si es mejor conceptualizarlo como estructura o como función, continúan siendo objeto de debate.



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