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Paz y Ciencia

domingo, 9 de mayo de 2010

Locura en Cervantes

La concepción cervantina de la locura es que se trata de un proyecto irrealizable (añadir "en la realidad" es un pleonasmo). Ésa es la contradicción lógica del loco. Porque ese mismo proyecto, recluido en el ámbito de la fantasía, tiene su razón de ser, es decir, su lógica, y está en su lugar.
La locura de Don Quijote se lleva a actuar en el mundo. Pero el mundo que hay ha de ser sustituido por el que se figura que es, de manera que su actuación adquiera su sentido. Es lo que ocurre con los molinos, la venta, los odres, etcétera. Tiene que ser así, porque entre la fantasía y lo fantaseado ha de haber correspondencia, como la hay entre el objeto correctamente pensado y el objeto real. Hay, pues, una distorsión de la conciencia de sí mismo y la de los objetos sobre los cuales actúa.
¿Qué dinamismo, qué mecanismo mental tiene lugar en estas situación? Digámoslo de entrada: la sustitución de la imaginación por la fantasía y la proyección de la fantasía en la realidad.
Estar en el sano juicio no excluye fantasear, soñar despiertos, siempre y cuando se advierta que, como el soñar dormido, "los sueños sueños son". Calderón y Cervantes se refieren a la fantasía cuando hablan de "Sueños", de "ensueños"; no a la imaginación. Esto es fundamental, como trataré de hacer ver a continuación. Fantasear es una posibilidad mental como lo es imaginar, juzgar, representar, recordar, etcétera. Son funciones mentales y, como tales, tienen su cometido específico. Un ejemplo: percibir se asemeja a representar, pero ambas se diferencian en el objeto que se aprehende, en el primer caso un objeto externo; en el segundo, un objeto interno, que se evoca. De la misma manera hay que distinguir entre fantasía e imaginación y dejar a un lado su errónea consideración como sinónimos.

Imaginación y fantasía son funciones radicalmente distintas. No considerarlas así es una fuente de confusión. En la última edición, la vigésima segunda, del Diccionario de la RAE se define fantasía de la manera siguiente: "Facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas"; e imaginación de esta otra: "Facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales". Por eso "fantasioso" se define como "el que se deja llevar por una imaginación [aunque] carente de fundamento"...
¿Para qué, pues, la fantasía si no puede hacerse en la realidad empírica? La pregunta es del mismo tipo que esta otra: ¿Para que soñar? La función de la fantasía no es hacerla realidad; para eso está la realidad misma, a expensas de la cual imaginamos para su ulterior modificación, La fantasía está bien como está, es decir como irrealizable. Su función estriba en sustituir la realidad en la que habitualmente nos desenvolvemos por una realidad deseada pero imposible de lograr.
págs. 73-75 Cordura y Locura en Cervantes. Carlos Castilla del Pino. Ed. Península.

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