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Paz y Ciencia

viernes, 17 de abril de 2009

Esquemas Cognitivos: diarios

ABORDAR LOS ESQUEMAS.
Utilizando las distorsiones cognitivas del paciente como indicadores de los esquemas, el paciente primero ayuda a identificar las reglas disfuncionales que
gobiernan su vida. El terapeuta ayuda a modificar esos esquemas para un funcionamiento más adaptativo. En el trabajo con los esquemas el terapeuta dispone
de varias opciones:
A- Reestructurar las etiquetas diagnósticas: traducir el rótulo diagnótico del paciente a términos operacionales. Por ejemplo, el estilo esquizoide puede escribirse como “muy individualista” o “no dependiente de otras personas”; el trastorno de personalidad por dependencia por “la fuerte creencia en el valor de aferrarse a otros” “ en gran énfasis en la importancia de ser una persona más sociable”. Se le puede ofrecer al paciente una descripción no crítica, adaptada a su particular sistema de creencias.
B- Reestructuración esquemática. Se puede comparar con una renovación urbana. Un
ejemplo sería convertir a un individuo con trastorno paranoide de personalidad en una
persona más confiada. Para construir nuevos esquemas se pueden emplear diversas técnicas:
• Diarios. Para organizar y almacenar las nuevas observaciones. Por ejemplo, una persona que cree “ soy un Inepto” puede llevar un cuaderno dividido en varias secciones, rotuladas “trabajo”, “vida social”, “paternidad”, “en soledad”. Día tras día registrará en cada sección pequeños ejemplos de aptitud. El terapeuta ayuda al paciente a identificar esos ejemplos y controla la reguralidad del registro. El paciente repasa el cuaderno para contrarrestar su creencia absoluta en el esquema negativo en momentos de estrés o fracaso, cuando las creencias negativas familiares se activan enérgicamente.
• Diarios predictivos. Sirve para debilitar los esquemas negativos y respaldar la
necesidad de esquemas alternativos. En los diarios predictivos el paciente prevé lo que sucederá en ciertas situaciones si sus esquemas negativos son correctos. Después escribe lo que ocurrió realmente y lo compara con lo previsto. Por ejemplo, una mujer con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad creía que cada día le aguardaban catástrofes terribles y que ella era totalmente inepta para enfrentarlas. Llevó un diario en el que enumeraba en la primera columna todas las catástrofes previstas. En la segunda columna anotaba si la catástrofe se había producido o no, y también cualquier catástrofe imprevista que hubiera sucedido realmente. En la tercera columna evaluaba su manejo de las catástrofes reales. Al cabo de un mes, esta mujer repasó su diario y descubrió que de cada cinco catástrofes previstas sólo una se producía realmente, y que ella podía manejarla con un 70% de aptitud.
• Diario de esquemas viejos y nuevos. Un tercer tipo de diario analiza más
activamente las experiencias cotidianas en los términos de los esquemas viejos
y nuevos. Los pacientes que han empezado a creer en sus esquemas nuevos más adaptativos, evalúan los incidentes críticos durante la semana. Por ejemplo, una paciente que creía no ser agradable si no gustaba a otros, analizó las experiencias cotidianas en las que se activaba su vieja creencia. Durante un incidente criticó a un empleado por su bajo rendimiento en el trabajo. En el diario escribió: “ Pareció molesto conmigo porque critiqué su trabajo. Con mi antiguo esquema habría sentido que era terrible y demostraba ser incapaz de agradar. Ahora puedo ver que es mi responsabilidad corregir el trabajo, y si él se enojó conmigo es cosa suya. No necesito que todos estén constantemente contentos conmigo para sentir que puedo gustar.
Los diarios de esquemas ayudan a erigir esquemas más adaptativos, aseguran que las siguientes experiencias los refuercen y contrarrestan los viejos esquemas no adaptativos en el procesamiento de los hechos nuevos y la reformulación de los antiguos.

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