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Paz y Ciencia

domingo, 18 de diciembre de 2016

Poesía y Verdad en la Neurosis



En El mito individual del neurótico, o Poesía y Verdad en la neurosis, Jaques Lacan se apoya en consideraciones similares a Freud para definir "la posición verdaderamente particular" que ocupa en el psicoanálisis "en el conjunto de las ciencias": "Suele decirse que no es una ciencia propiamente dicha, lo cual parece indicar, por contraste, que es simplemente un arte. Es un error entender con ello que no es más que una técnica, un método operativo, un conjunto de recetas. Pero no lo es si se utiliza esta palabra, un arte, en el sentido en que se la utilizaba en la Edad Media cuando se hablaba de artes liberales", cuyo rasgo característico es mantener "en primer plano lo que podemos llamar una relación fundamental con la medida del hombre".

Para Freud, a no dudar, como ciencia: la Dichtung (arte) está por una parte, del lado del pueblo, y los poetas tienen el valor de "dejar hablar en voz alta a su propio inconsciente", también, "los poetas están atados a la condición de obtener un placer intelectual y estético", el elemento del Dichtung es la fantasía, es decir, el concepto por medio del cual Kant designa una imaginación no reproductora.
Con respecto a la Gradiva presta a la Traumdeutung, manifiesta ese contento, sin embargo, llevando al extremo el quiasmo que opone la ciencia y la Dichtung: "Es cierto que ya los sueños reales se consideran producciones desenfrenadas y exentas de reglas: ¡qué no serán entonces unas libres replasmaciones de esos sueños!
Pero en la vida anímica hay mucha menos libertad y libre albedrío de lo que nos inclinamos a suponer, acaso ni siquiera los haya".

Christophe Jouanlanne
Contribuciones a la Psicología del Amor

Winnicott La Asociación Psicosomática



Paralelamente a la integración, opera otro proceso: la personalización, que Winnicott evoca en términos de asociación psicosomáticas (psychosomatic partnership) o de "residencia" (indwelling). Se trata del establecimiento de una estrecha y cómoda relación entre la psiquis y el cuerpo: el individuo adquiere el sentimiento de existir en su propio cuerpo, el yo se constituye como yo corporal, gracias al handling maternal (el conjunto de cuidados físicos), que favorece la tendencia natural del niño a habitar su propio cuerpo y a encontrar placer en las funciones corporales.

Al comienzo, lo que llamamos psiquismo no es otra cosa que "la elaboración imaginaria de partes, de sensaciones y de funciones psicosomáticas", cuyos aspectos propiamente físicos y psíquicos se encuentran en profunda y progresiva interrelación: al término del proceso, "el cuerpo viviente, con sus límites determinados por esa membrana-frontera que es la piel", su interior y su exterior, es experimentado por el individuo como el núcleo de su self imaginario". El self para Winnicott se arraiga en "la suma de la vida sensoriomotriz", proviene "de la vida de los tejidos corporales y del libre juego de las funciones del cuerpo" y y "en sus detalles la experiencia ligada al hecho de vivir". De allí, el estrecho lazo que existe entre el self y la espontaneidad del gesto creador.
El fracaso de ese proceso subtiende las diversas formas de despersonalización, qué actúan como defensa contra la angustia ligada a la quiebra de la colusión psicosomática (sentimiento de no estar en relación con su propio cuerpo, de vivir "al lado" o fuera de sí través de la problemática del falso self en la mente: la mente (The mind) seduce a la psiquis, el funcionamiento mental pierde su relación íntima con el cuerpo y deviene de alguna manera la cosa en sí. En otros términos, la energía de catexis del self sólo aparece con relación a la mente y, en cambio, está ausente de las experiencias corporales. 

De esto resulta una impresión de vacío e irrealidad...
"no queda sitio de reposo para una experiencia individual, y en consecuencia el posible estado narcisístico primario no evoluciona hacia una individualidad. La "individualidad" se desarrolla como una extensión de la corteza antes que del núcleo, como una extensión del entorno invasor. Lo que queda del núcleo está oculto y es difícil de encontrar, incluso en el análisis más profundo.
El individuo sólo existe entonces merced al hecho de no ser invadido. El auténtico self está oculto y, desde un punto de vista clínico, nos encontramos frente al falso y complejo self, cuya función es ocultar al verdadero".

Winnicott Pediatra y Psicoanalista
Claude Greets
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza.
653 379 269

sábado, 17 de diciembre de 2016

Peter Gøtzsche

ENTREVISTA | Peter Gøtzsche
Entrevista a Peter C. Gøtzsche, autor de 'Medicamentos que matan y crimen organizado: cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el sistema de salud' y 'Psicofármacos que matan y denegación organizada'.


En 2013 Peter C. Gøtzsche publicó el libro 'Medicamentos que matan y crimen organizado: cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el sistema de salud ' (Libros del Lince, 2014), donde cargaba duramente contra el sector farmacéutico, que conoce como la palma de su mano tras haber trabajado ocho años en él. La obra, en la que acusa a las compañías farmacéuticas de amañar las conclusiones de numerosas investigaciones en beneficio propio, levantó una gran controversia al ser el profesor Gøtzsche una gran autoridad en materia de diseño de estudios científicos.
Hace pocos días ha aparecido en España su último libro, titulado ' Psicofármacos Que Matan y denegación organizada' (Libros del Lince, 2015), donde Gøtzsche aborda el campo de la psiquiatría moderna y asegura que esta se ha simplificado hasta el extremo de limitarse a recetar los psicofármacos que la industria va lanzando al mercado. Siempre radical, aboga por abolirlos todos salvo en casos extremos, donde realmente se demuestre su aportación a la cura del enfermo. Para Gøtzsche, ansiolíticos, antidepresivos e incluso antipsicóticos se recetan sin tener en cuenta sus efectos dañinos.
El profesor Peter C. Gøtzsche se graduó como Máster de Ciencia en Biología y Química en 1974, y se licenció como médico en 1984. Es especialista en medicina interna, trabajó en la industria farmacéutica entre 1975 y 1983, y ejerció en hospitales de Copenhague entre 1984 y 1995. En 1993 contribuyó a la creación de la Cochrane Collaboration, una institución dedicada a revisar la veracidad de todos los estudios que se publican en el ámbito de la salud y así filtrar los intereses de las diferentes industrias en el negocio de la sanidad.

Su libro describe a los psiquiatras como profesionales dedicados a recetar medicamentos a los pacientes sin saber realmente si van a funcionar...

Una razón importante por la que la psiquiatría moderna está tan centrada en los fármacos es que la gente no sabe muy bien cuáles son ni sus beneficios ni sus daños. Yo tomé una actitud crítica respecto a estos fármacos; conseguí el acceso a estudios no publicados y fue entonces cuando me di cuenta de lo mucho que la industria farmacéutica, y en ocasiones también los psiquiatras, nos han engañado con sus ensayos clínicos.

¿No existen psicofármacos de beneficios comprobados?

Mediante las revisiones de muchísimos estudios he podido comprobar que el beneficio de muchos psicofármacos es dudoso, pero en cambio no existe duda de que pueden causar daños graves, que pueden incluir el suicidio, el homicidio o la muerte por otras causas. Otro problema es que probablemente todos estos fármacos son susceptibles de provocar daños permanentes en el cerebro cuando se usan a largo plazo, pero los pacientes que los quieren dejar, por lo general cuentan con muy poco apoyo por parte de sus médicos.

La psiquiatría actual reduce los problemas psicológicos a desequilibrios químicos que pueden ser curados con fármacos. ¿Hay intereses de la industria detrás de esta gran simplificación?

El cuento sobre los supuestos desequilibrios químicos fue inventado por un médico hace 61 años y la industria farmacéutica lo abrazó de inmediato. No he encontrado ninguna investigación que acredite científicamente que un desequilibrio químico es la causa de problemas psiquiátricos. Es más: los psiquiatras más relevantes son conscientes de que esto es una mentira y sin embargo muchos de ellos, tal vez la mayoría, siguen utilizándola a fin de persuadir a sus pacientes a continuar con su medicación.
El sueño de una solución rápida nunca desaparece, pero no hay soluciones rápidas en psiquiatría y los fármacos son muy raras veces la solución a los problemas de la gente. La profunda ironía es que quizás no haya un desequilibrio químico implicado salvo el que crean los propios psicofármacos, que en muchos casos funcionan como drogas adictivas.
Yo tomé una actitud crítica respecto a estos fármacos; conseguí el acceso a estudios no publicados y fue entonces cuando me di cuenta de lo mucho que la industria farmacéutica, y en ocasiones también los psiquiatras, nos han engañado con sus ensayos clínicos.

¿Podríamos decir entonces que estamos frente a una industria que inventa enfermedades para crear adictos a sus productos?

No es desacertado asegurar que la industria farmacéutica inventa enfermedades para conseguir gente enganchada a sus productos. Dicho esto, es cierto que hay muchas personas que sufren problemas mentales severos y necesitan en ocasiones un apoyo en la medicación. Pero creo que tratar estos problemas sistemáticamente con psicofármacos solo empeora la situación. La forma en que usamos las drogas psiquiátricas hoy en día sin duda causa mucho más daño que beneficio.

El 'trastorno bipolar', el 'TDAH', el 'trastorno obsesivo compulsivo', etc., son palabras que han entrado en el lenguaje común. ¿Son tales diagnósticos una simplificación de los problemas de la persona para adaptarlos a la aplicación de ciertos medicamentos?

Una de las grandes tragedias de la psiquiatría moderna es que muchos trastornos psiquiátricos son causados por los psicofármacos que se usan para tratar otro trastorno anterior; es decir, son daños colaterales, o efectos secundarios si se quiere. Por ejemplo, los efectos secundarios de la medicación para tratar el TDAH (trastorno por déficit de atención) coinciden bastante con el cuadro de diagnóstico de un trastorno bipolar.
Lo mismo ocurre con la depresión: los fármacos antidepresivos pueden provocar síntomas que cumplen con los criterios para diagnosticar un trastorno bipolar, por lo que también en este caso muchas personas sufren de efectos secundarios de los antidepresivos. Pero esto a menudo no se detecta y, por lo tanto, estas personas pueden, además, ser tratados con medicamentos antipsicóticos o de litio, o ambos.
En mi libro explico por qué no debemos ver el TDAH como un trastorno psiquiátrico, y la razón por la que la que los psiquiatras deberían centrarse en los problemas del entorno de los niños (el TDAH es más frecuente entre niños) en lugar de decir que son los propios niños el problema. Los medicamentos para el TDAH no resuelven ningún problema; de hecho, parecen agravarlos a largo plazo.

Usted sostiene que la gran mayoría de los fármacos psicoactivos deberían ser abolidos. ¿Cómo se trataría, en tal caso, una psicosis grave?

Hubo una revisión Cochrane que comparó las benzodiazepinas con los antipsicóticos para tratar la psicosis aguda. La misma mostró que los pacientes se calmaron más rápido con la benzodiazepina. El tratamiento estándar es aplicar antipsicóticos, pero he preguntado a muchos pacientes que han probado ambos tipos de fármacos, cuál preferirían en caso de sufrir un nuevo brote psicótico.
Todos los pacientes, hasta el momento, me han dicho que preferirían una benzodiazepina. Y les comprendo, ya que las benzodiazepinas no son tan tóxicas y peligrosas como antipsicóticos. Pero también es posible tratar la psicosis severa sin ningún tipo de medicamentos psiquiátricos. Sé de psiquiatras eminentes en varios países que nunca han usado un antipsicótico para tratar una psicosis. Solo han aplicado la psicoterapia, la empatía y el amor.
Muestran a los pacientes que se preocupan por ellos, que los respetan y tienen un verdadero interés en ellos, y es bien sabido que este enfoque es eficaz. Antipsicótico es un nombre demasiado engañoso, ya que estos fármacos no curan a nadie en contraste con los antibióticos, que realmente pueden salvar la vida de las personas si tienen una infección bacteriana grave. No estoy convencido de que necesitemos antipsicóticos en absoluto, ya que son muy tóxicos.

¿De verdad cree que una persona con una psicopatía severa puede tener una buena calidad de vida solo con terapia y sin medicamentos?

Está perfectamente documentado que muchas personas con psicosis graves pueden tener una buena calidad de vida sin psicofármacos. En realidad, la pregunta correcta es : ¿Pueden los medicamentos psiquiátricos empeorar la calidad de vida de las personas en promedio? Actualmente, mi grupo de investigación está estudiando la calidad de vida con y sin antidepresivos.
Hay muy pocos estudios publicados a este respecto y no tenemos acceso a los estudios no publicados por la Agencia Europea del Medicamento, aunque sabemos que no son pocos. En nuestra opinión, está claro por qué tan pocos estudios han sido publicados: sus resultados no dejan en buen lugar a la industria farmacéutica. 

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viernes, 16 de diciembre de 2016

Lo Simbólico



Desde principio de los '50, Lacan destacó cada vez más en sus obras el papel de lo simbólico como poder y principio organizador, entendido como el conjunto de redes sociales, culturales y lingüísticas en las que nace un niño. Son anteriores a su nacimiento, antes, la madre fantasea sobre el bebé por lo que empieza a existir antes de la concepción. El lenguaje está presente desde antes del nacimiento. En la historia, estructuras sociales que operan en la familia. Aunque el recién nacido apenas pueda captar este mundo lingüístico, afectará a toda su existencia.

Esta idea tiene consecuencias obvias para la teoría del estadio del espejo. Lacan había subrayado primero la identificación imaginaria, ahora examinaba el aspecto simbólico. Si el niño está capturado en una imagen, aun así asumirá como elementos identificatorios los significantes del habla de sus padres... "tienes los ojos de tu abuela"...

Estos son pronunciamientos simbólicos, pues sitúan al niño en un linaje, en un universo simbólico. El niño está ligado a su imagen por nombres y palabras, por representaciones lingüísticas.
La identidad del niño depende de cómo asuma las palabras de los padres.



Jaques Lacan

La construcción del Yo



Temas tan comunes en la paranoia como las imágenes especulares, la comunicación telepática, la vigilancia y persecución externa, pueden entenderse como elementos fundamentales en la constitución del Yo. Si el Yo se construye a partir de una imagen externa, si nuestra identidad nos es dada por una alucinación...

"La verdad del Yo surge precisamente en la locura, donde el mundo parece disolverse y es puesta en tela de juicio la diferencia entre uno mismo y el otro".

En nuestras relaciones cotidianas con los demás no nos damos cuenta de emplear estos criterios, pero muchas obras de arte, en particular las de Dalí, trataron de captar esa idea, "método paranoico crítico".

"Así, me vi llevado a la teoría de que el saber humano es en su propia esencia paranoico".
En la paranoia vemos con claridad los elementos o pasos que conforman la relación con el mundo que la locura nos puede recordar.
Aunque suele explicarse  la teoría de Lacan sobre la imagen en esta época por la influencia del surrealismo, debe mucho más a ciertas corrientes de la psiquiatría francés, como la obra de Joseph Capgras y los psiquiatras interesados en los problemas del reconocimiento, el doble y la imagen.
Lacan volvió a menudo a la noción de estadio del espejo reformulándola en sus clases. Nunca se mantuvo estática. No hay una sino varias teorías sobre el estadio del espejo en la obra.


Jaques Lacan

jueves, 15 de diciembre de 2016

Psicoanálisis versus Catarsis




El médico no debe ser transparente para el analizado, sino, como la luna de un espejo, mostrar sólo lo que es mostrado. Sigmund Freud

Psicoanálisis versus Catarsis

Antes del psicoanálisis existía la terapia catártica, inventada por Breuer. Se basaba en la posibilidad de inducir en el paciente un retorno al estado psíquico en que se hallaba antes de la época del síntoma. Con la supresión del síntoma, en algunos casos fue su nacimiento.
Ese momento de retorno al momento inaugural de la neurosis se realizaba por hipnosis, que daba acceso directo a los afectos "estrangulados" por la mudanza o "conversión" en síntoma que había estado reprimido.
Esta regresión al pasado permitía liberar y deshacer el montaje sintomático y liberar el afecto secuestrado: evacuación, descarga, abreacción o "catarsis".
El método catártico y la hipnosis son abandonados y Freud rechaza su sugestión.
Freud planteó procesos psíquicos "encubiertos" (privación, frustración, añoranza, sufrimiento, transferencia, resistencia, neurosis de transferencia, recuerdo, elaboración, reelaboración).
"En definitiva, Freud ya no recurrirá a la sugestión, para confiar en las asociaciones libres... En apariencia, la finalidad de la cura sigue siendo la misma... Pero, de hecho... esta evolución técnica va a la par con un cambio de perspectiva en la teoría de la cura... En esa medida, el efecto catártico ligado a la abreacción deja de ser el principal resorte del tratamiento".
Ya no se trata de "liquidar" un síntoma como abrir un camino a una revisión de la vida anímica.
"Liberar la sexualidad no con el fin de que el hombre sea en lo sucesivo dominado por ella, sino para que el proceso patológico sea reemplazado por la renuncia".
Las transformaciones psíquicas que implican la renuncia y la sublimación en lugar de la represión, considerada patológica por Freud en esa época, son algo muy distinto a la catarsis.
En "Recordar, repetir y reelaborar" es donde la reelaboración y el recuerdo se oponen incansablemente a la repetición, en particular, la repetición por el obrar, muy próxima a la catarsis (descarga), que tiene precisamente, a ahorrar el paso por la elaboración, es decir, el trabajo psíquico, rodeo indispensable, al parecer para liberarse de ese repetir. 



Christophe Dejours Psicoanálisis
La técnica psicoanalítica
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta

Integración Primaria. Winnicott



Hablar de un proceso de integración hace suponer que, al comienzo existe un estado de no integración primaria, a partir del cual, el individuo, todavía no diferenciado de su entorno, tiende a organizarse en un ser único, reuniendo sus experiencias múltiples y fragmentadas. 
Esas primeras experiencias son en principio sensoriales y motrices: lo que llegará a ser un yo, en ese momento no es más que una suma de sensaciones dispersas, no ligadas entre sí. Al término del proceso de integración, cuya complejidad va creciendo, aparece lo que Winnicott cuya complejidad va creciendo, aparece lo que Winnicott considera el establecimiento de un self unitario: el sujeto tiene el sentimiento de existir como individualidad. Entre la no-integración primaria y la integración satisfactoria, hay una buena madre y dos tipos de experiencias que favorecen activamente la integración: los cuidados infantiles ("el hecho de que el niño sea abrigado, manipulado, bañado, mecido y llamado por su nombre") y las agudas experiencias instintiva "que, desde el interior, reúnen los elementos de la personalidad haciendo de ellos un todo". Ese proceso tiene su ritmo y sus oscilaciones, el movimiento hacia la integración alterna con algunas fases de regreso a la no-integración.
"Hay largos períodos en la vida de un niño pequeño normal durante los cuales le importa poco estar fragmentado o entero, o vivir en el rostro de la madre o dentro de su propio cuerpo, a condición de que de cuando en cuando se ponga en orden y sienta alguna cosa".
Paradójicamente, Winnicott asocia la creatividad del adulto a su capacidad de permanecer en contacto con ese self primitivo, no integrado, de donde emanan los sentimientos más intensos y las sensaciones más vivas de la existencia. En el contacto con la experiencia artística cotejamos cierta forma de no integración y el terror que ello provoca.
Asímismo, en la experiencia analítica, hay un espacio para la no integración, que Winnicott expresa como "una suerte de crédito abierto a la personalidad a la personalidad no integrada". El paciente, en el diván, por tanto está como un niño con sus juguetes en un estado donde no hay objetivos: sus palabras, sus ideas, sus sensaciones forman una secuencia una secuencia sin vínculos, sin hilo conductor, que el analista debe aceptar así, sin intentar ponerle orden o encontrarles un sentido.
La no integración es entonces una experiencia positiva, característica de ir a una locura sin angustia. Por el contrario, la desintegración es una simple regresión. El esquizoide, por ejemplo, siente un temor a una angustia inimaginable e impensable que resulta del holding maternal. El temor al derrumbamiento domina en este tipo de cuadros.
Winnicott vuelve insistentemente sobre una locura que no es desintegración. O bien, "una disposición muy elaborada de defensas cuyo objeto es prevenir la repetición de la desintegración" (1977).
Esa angustia inimaginable se asocia con cuadros borderline y psicóticos.
La expresión de primitiva agonía que utiliza Winnicott a veces para hablar de ella sugiere que entraña un carácter de desamparo extremo, en los límites de lo que un ser es capaz de soportar.





Claude Geets Winnicott Pediatría y Psicoanálisis
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta