Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza. Tno.: 653 379 269 Página Web: Contacta IG:@psicoletrazaragoza Twitter: @psicoletra
Para el anarquista, de todos los prejuicios que ciegan al hombre desde el origen de los tiempos, el del Estado es el más funesto.
(Daniel Guérin)
Pierre-Joseph Proudhon nació en una familia de artesanos y campesinos en Besanzón, Francia, el 15 de enero de 1809. Su madre era una cocinera y sirvienta.
Es uno de los tres grandes fundadores y representantes del anarquismo clásico del siglo XIX, junto con los rusos Mijaíl Bakunin y Pedro Kropotkin.
Era un individualista societario y un pensador deliberadamente antisistemático, contradictorio y amigo de las paradojas. Algunas de sus ideas no serían aceptadas como válidas por los anarquistas de hoy.
Fue autodidacta. Posiblemente leyó a Guillermo Federico Hegel, René Descartes, Juan Jacobo Rousseau, Voltaire, Augusto Comte, Immanuel Kant y los socialistas utópicos.
Tomó ideas de Rousseau, pero también le criticó. Se mostró adverso a los socialistas utópicos, pues no creía en dibujar sociedades ideales.
En 1840, publicó ¿Qué es la propiedad?, pregunta a la que se contesta: «¡La propiedad es un robo!» Esta obra, que le lanzó a la fama, fue alabada por Carlos Marx y le revela como socialista.
En 1863, publicó El principio federativo, en el que propone un federalismo integral de comunas autónomas como organización social alternativa al Estado. Su socialismo empieza a mostrar su rostro libertario y claramente antiestatista.
Las ideas de organización federal y comunas autónomas habían sido promovidas por el filósofo alemán Johannes Althusius y puestas en práctica en la organización social de los Estados Unidos de América desde 1776. Proudhon las independiza del Estado y les da un contenido colectivista.
Proudhon fue el primero en proclamarse anarquista; entendiendo por anarquismo la teoría que propone una sociedad sin Estado o gobierno.
En 1865 publicó De la capacidad política de la clase obrera, obra en la que promueve la emancipación de los trabajadores sin recurrir al Estado: «el proletariado debe emanciparse sin ayuda del gobierno» (Woodcock, G., 1979. p. 118).
En 1846, publicó su Filosofía de la miseria que le genera la respuesta crítica de Marx con otro libro: Miseria de la filosofía, publicado un año después en 1847, el cual inaugura las discrepancias entre socialistas estatistas y socialistas libertarios o anarquistas.
En 1848 Proudhon fue elegido Diputado en la Asamblea Constituyente posterior a la revolución de 1848. Entre otros proyectos, propuso la creación de un Banco Popular caracterizado por los préstamos sin interés y un impuesto sobre la propiedad privada. Como parlamentario se confirmó como socialista y adversario de los derechos de propiedad.
Fue encarcelado de 1849 a 1852 por sus críticas a Napoleón III. Al salir de la prisión se exilió en Bélgica.
A Proudhon se le considera el creador del mutualismo que propone una sociedad sin Estado organizado bajo el principio de la ayuda mutua: Yo te ayudo, tú me ayudas, todos nos ayudamos; una especie de solidaridad social de mutua conveniencia, pero sin Estado. Este es un principio que fue clave en el posterior desarrollo de movimientos como el cooperativismo, el solidarismo y las empresas de cogestión y autogestión. En la actualidad, a Proudhon se le reconoce como uno de los padres fundadores del cooperativismo.
Sin ser muy coherente, porque a veces defendió otras ideas, sí centró sus críticas en el Estado, el capitalismo, la democracia liberal, el centralismo y el socialismo autoritario.
En sus momentos más libertarios propuso una sociedad sin fronteras y sin Estados, organizada, reiteramos, en un sistema federal de asociaciones obreras y comunas libres y autónomas.
Mostraba aversión al Estado y se opuso a los tipos de socialismo que se basaban en el Estado y que él denominaba autoritarios.
Proudhon murió en Passy, París, Francia, el 19 de enero de 1865. Tenía solamente 56 años. «Un gran cortejo siguió su cadáver hasta el cementerio de Passy, en el que veteranos del 1848 se mezclaron con miles de obreros parisinos anónimos: los hombres que dentro de pocos años iban a luchar en defensa de la Comuna de París» (Woodcock, G. 1979. p. 135).
Sus restos descansan en el Cementerio Montparnasse, París, Francia.
Notas
Guérin, D. (1968). El anarquismo. Buenos Aires: Editorial Proyección. p. 19.
Woodcock, G. (1979). El anarquismo. Madrid: Editorial Ariel.
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