“Amar, en el contexto del budismo, es sobre todo estar presente, aunque no sea algo fácil de hacer. Para conseguirlo necesitamos un entrenamiento, hacer una práctica. Si no estás presente, ¿cómo puedes amar? Estar presente es todo un arte, el arte de la meditación, porque meditar es estar presente a cada momento. Pero la pregunta que surge es: ¿tengo tiempo para amar?
Conozco a un chico de doce años al que su padre le preguntó un día: “Hijo, ¿qué te gustaría que te regalara por tu cumpleaños?”. El muchacho no sabía cómo decírselo, porque su padre era un hombre muy rico que podía comprarle cualquier cosa que le pidiera. Pero aquel chico sólo deseaba la presencia de su padre, porque como estaba siempre ocupado, no tenía tiempo para dedicarlo a su esposa y su hijo. La riqueza es un obstáculo para el amor. Cuando eres rico, quieres seguir siéndolo y acabas invirtiendo a diario todo tu tiempo y energía en conservar esa riqueza.
El mejor regalo que puedes ofrecer a la persona que amas es tu verdadera presencia. ¿Qué debes hacer para estar realmente presente? Los que han practicado la meditación budista saben que meditar consiste sobre todo en estar presente: para ti mismo, para los seres queridos, para la vida”.
Conozco a un chico de doce años al que su padre le preguntó un día: “Hijo, ¿qué te gustaría que te regalara por tu cumpleaños?”. El muchacho no sabía cómo decírselo, porque su padre era un hombre muy rico que podía comprarle cualquier cosa que le pidiera. Pero aquel chico sólo deseaba la presencia de su padre, porque como estaba siempre ocupado, no tenía tiempo para dedicarlo a su esposa y su hijo. La riqueza es un obstáculo para el amor. Cuando eres rico, quieres seguir siéndolo y acabas invirtiendo a diario todo tu tiempo y energía en conservar esa riqueza.
El mejor regalo que puedes ofrecer a la persona que amas es tu verdadera presencia. ¿Qué debes hacer para estar realmente presente? Los que han practicado la meditación budista saben que meditar consiste sobre todo en estar presente: para ti mismo, para los seres queridos, para la vida”.
Fragmento de
“EL VERDADERO AMOR”
Thich Nhat Hanh
“EL VERDADERO AMOR”
Thich Nhat Hanh
A veces es difícil dejar nuestro doloroso pasado atrás para vivir libremente y a gusto entre las maravillas de la vida presente. La luna y las estrellas brillan espléndidas, las montañas y los ríos son deliciosos, las cuatro estaciones se nos revelan por turnos; pero algunas veces no podemos estar en contacto con todo esto. Nos sentimos más cómodos en el sótano de los recuerdos dolorosos.
La liberación significa, ante todo, romper con la prisión de nuestro pasado. Hemos de reunir el valor necesario para alejarnos de la rutina de nuestras viejas y conocidas costumbres y comodidades. Esas cosas no nos aportan verdadera felicidad, pero nos hemos acostumbrado a ellas hasta tal punto que pensamos que somos incapaces de abandonarlas. ¿Por qué siempre hemos de volver a nadar en el mismo viejo estanque, aunque esté embarrado, simplemente porque es “nuestro”? ¿Por qué privarnos del lago cristalino, del refrescante mar azul con una playa que se extiende hacia un nuevo horizonte? Las alegrías de la vida no son menos “nuestras”! Hemos de practicar la atención plena para no dejarnos arrastrar hacia el pasado, atrapados en el limoso y viejo estanque de dolor, la nostalgia y el arrepentimiento.
Sabemos que la mente puede presentar esa tendencia de paloma mensajera a regresar siempre a las viejas y conocidas trampas del dolor y la tristeza. La plena consciencia (el reconocimiento) nos ayuda a suprimir la costumbre de rememorar el pasado de forma constante. Debes decirte a ti mismo: “No, no quiero volver a eso. No quiero seguir arrullándome en la melancolía con esas viejas canciones”. En cuanto encendemos la lámpara de la atención plena correcta, la atención plena incorrecta se retira. Al encender la luz, la oscuridad se disipa.
La meditación incluye el cultivo de la consciencia de formaciones mentales como la ansiedad, la tristeza, el auto-compadecimiento, el resentimiento, etc. Si reconocemos y acogemos esas formaciones mentales cuando se presentan, ya no podrán arrastrarnos con ellas. Desaparecerán, algo más débiles que antes, y volverán a su estado original de semillas o imágenes en la “conciencia almacén”.
Extracto del libro: La paz esta en tu interior. Thich Nhat Hanh. Ed. Oniro. Biblioteca TNH
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