Este método es intersubjetivo, basado en la relación vivencial y cognitiva de la pareja analítica,
en palabras de Marzi: “el proceso analítico es una condición que se activa a través del vínculo que sostiene la pareja analista-analizado, basada en los conceptos primarios del psicoanálisis: inconsciente dinámico, fantasía, transferencia, contratransferencia, que le otorgan una dimensión tridimensional a la realidad psíquica”.
En los estudios sobre psicoanálisis, que comprenden trabajos indexados en revistas científicas desde hace años se comprueba que el psicoanálisis es eficaz, incluso en sus modalidades de psicoterapia breve. Para que una psicoterapia sea eficaz hay que realizar un trabajo que integre las disciplinas que le son hermanas, neurociencias, lingüística, hermenéutica, psiquiatría, psicologías cognitiva y gestáltica y otras.
Los métodos de investigación son:
Debe precisarse que existen en la actualidad diversas modalidades de investigación y no sólo
la investigación clínica. Esto hace que el método cambie de acuerdo con el objeto de estudio. En efecto, se deben discriminar las siguientes modalidades de investigación:
a. Investigación clínica.
b. Investigación conceptual.
c. Pruebas experimentales de conceptos.
d. Investigaciones empíricas.
e. Investigación sobre resultados
de la psicoterapia.
f. Investigación interdisciplinaria.
g. Psicoanálisis aplicado.
El psicoanálisis tiene éxito a mi entender, considerando las divergencias y convergencias que unos y otros proponen, por los factores comunes a la psicoterapia. El psicoterapeuta psicoanalítico considera la psique y los fenómenos con una serie de conceptos freudianos como la transferencia. Esto significa que la mirada del analista es distinta al de otro psicoterapeuta, la neutralidad, la abstinencia y la atención flotante son los acompañantes de esa técnica, que insisto, como toda psicoterapia tiene su dosis de éxito en torno a la figura del analista, su formación, como analista y su personalidad engarzada al modelo teórico técnico empleado. Cuanto mayor es el diálogo y la apertura más recursos y más amplia es la mirada del problema del paciente.
Considerar una teoría como lo que conduce la técnica es un error ya poco frecuente, pero que en la API (Asociación Psicoanalítica Internacional) está en pleno debate. Por cuestiones que dice Eduardo Laverde Rubio en su trabajo "Metodología de la investigación: psicoterapia
analítica y psicoanálisis", o el libro de Joan Coderch "Pluralidad y Diálogo en Psicoanálisis" nos encontramos con aquellos que si el método tiene una distinción con respecto al suyo propio espetan eso de "eso no es psicoanálisis". Es decir, hay una forma de narcisismo envolvente y basado en el modelo propio, que es comprensible porque los analistas, como muchas otras personas tienen en su trabajo una gran parte de su identidad, lo que significa que una crítica o cuestionamiento a su modelo es un ataque a su self.
El futuro, según Coderch, un referente analista español, estudioso de grandes libros de interés para el psicoanalista, vendría a ser un Hetchegoyen español, quizá menos conocido y reconocido. No por ello menos valioso.
Decía que el futuro según Coderch coincide con el que postuló Wallerstein siendo presidente de la APi, en 1988. Sobre el terreno común en las teorías y técnicas. Encontrar un método común que comprenda los elementos que todos los psicoanalistas usamos. Esto daría más poder científico al psicoanálisis y aflojaría tensiones con las críticas de quienes consideran que nuestro método es subjetivo, en realidad es intersubjetivo. Depende del encuentro de dos subjetividades, la del paciente y la del analista.
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