- Responde al derecho del paciente a saber.
- Aumenta el conocimiento del trastorno, desmitifica y desestigmatiza.
- Reduce la sensación de tener problemas singulares y desconocidos: reconocimiento de que los demás tienen problemas similares.
- Estimula potencialidades intelectuales y curiosidad.
- Invita a la participación activa en el plan de tratamiento.
- Establece expectativas realistas para el cambio.
En Gunderson: "Trastorno Límite de la Personalidad. Guía Clínica". Adaptado de Ruiz-Sancho y cols., en prensa.
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