Otto Kernberg: "El 20% de la gente tiene trastorno de personalidad"
-¿Qué es un trastorno de personalidad? Hablamos de él cuando los rasgos de carácter y conductas habituales se transforman de manera tan rígida que limitan significativamente el funcionamiento social.
-¿Cómo se establece ese límite? Estudiando el funcionamiento de la persona en diferentes áreas: trabajo y profesión; amor y sexo, y amistad y relaciones y creatividad. Si una persona tiene habitualmente constantes problemas con los demás, se cansa, siempre se pelea con sus superiores, eso es trastorno de la personalidad (TDP).
-En relaciones sexuales ¿qué lo apunta? En las relaciones íntimas, se combinan libertad, erótica y ternura, lo psíquico y lo sexual. Las personas con TDP pueden tener inhibiciones graves sexuales; o funcionan bien sexualmente, pero tienen inhibición emocional, incapacidad de amar a la persona con la que tienen una vida íntima.
-¿Qué le atrajo tanto para estudiarlo? Quería ayudar a pacientes con trastornos graves de personalidad que, en realidad, se han descuidado porque no son tan graves como para hospitalizarlos. Son capaces de manejar su vida cotidiana, pero tienden a la conducta antisocial, o escapan de la vida interpersonal a través de drogas, alcohol u otras adicciones, y tienen dificultades en el trabajo o estudios, pues no son capaces de tomar responsabilidades sin supervisión.
-¿Cuál es el origen de trastornos así? Su falta de integración del concepto de sí mismo y del otro, la capacidad que tenemos normalmente, que ni nos damos cuenta, de sentir que tenemos una continuidad interna, somos los mismos a través del tiempo. Ellos juzgan a las personas de acuerdo con su conducta inmediata, tienen dificultad para hacerse una imagen más profunda de sí mismo y los demás.
-¿Por qué no conciben esa integridad? Desde que nacemos, nos orientamos hacia los demás movidos por nuestros afectos, positivos y negativos. Los primeros años se vive la experiencia de lo positivo y de lo negativo por separado. La capacidad cognitiva va creando la idea de que yo soy el mismo contento y triste. Pero cuando en ese proceso normal de unión interfiere un exceso de frustración o agresión, deja esa escisión permanente entre experiencias positivas y negativas, que impide integrar el concepto de sí mismo y el de los demás.
-¿Como ayuda a esas personas la PFT? Permitiendo al paciente activar en las sesiones sus estados totalmente negativos y positivos, para ayudarle a entender sus extremos y tolerarlos, como a él mismo.
-¿Hay muchas personas con TDP? Se calcula que hay un 20% de población con trastorno de personalidad, el 3% grave.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Gabinete Psicología y Psiquiatría. Tfno.: +34 653 379 269 rcordobasanz@gmail.com. Página Web: www.rcordobasanz.es
Fuente: El Periódico
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