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Paz y Ciencia

miércoles, 23 de mayo de 2012

Dos temas centrales: Relaciones Afectivas y Plan de Vida

 (Nota de Rodrigo S.: el autor -Eduardo H. Grecco- ha expuesto su noción de bipolaridad y el método para la auto-curación y la terapéutica. Esto ha sido compartido con ustedes en post anteriores. El último trataba de algo fundamental en el crecimiento personal, búsqueda del balance y la plenitud: el desarrollo de la Creatividad. Al que, en este espacio, se le dio un valor propio y especial. Grecco sigue desarrollando su modelo, en líneas generales, para abrir boca en su texto "Despertar el Don Bipolar".)
Nos faltaría, para completar esta presentación general, abordar el tema de los vínculos y el concepto de Plan de Vida como herramienta terapéutica.

1. Relaciones Afectivas
Las relaciones afectivas son un condimento importante de la vida y la salud del paciente bipolar. Los vínculos existen cuando hay un sentido de contacto, comunicación y comunión ["Para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia" (Octavio Paz)]. Y siempre es mejor tener una relación, aunque sea tormentosa, que carecer de ella ["En caso de vida o muerte, se debe estar siempre con el más prójimo" (Antonio Machado)]; por otra parte, es en el campo de los empalmes afectivos donde se dirime la batalla por conquistar ese eje interior que le permite, al bipolar, lograr oscilar ponderada y armónicamente.
Quiero recalcar que la experiencia vincular es una llave maestra en la cura de la bipolaridad, comenzando por la relación terapeuta-paciente que debe estructurarse como una situación de mucho compromiso, ya que -tal como señala Harry Guntrip-: Los contactos físcos despersonalizados y los contactos intelectuales despersonalizados deben ser considerados por igual, como traiciones hechas al verdadero vivir humano, como sustitutos de relaciones personales genuinas.

2. Plan de Vida
Al paciente bipolar no hay que proponerle un tratamiento sino un nuevo PLAN DE VIDA, esto es, motivarlo a realizar un cambio sustancial y progresivo de su existencia. Este plan va a funcionar como un esquema referencial capaz de ir ayudándolo a ordenar, afuera y adentro, el remolino de sus conductas y vivencias. Por otra parte, esto entraña procurarle un proyecto con el cual identificarse y poder asumir como propio. De por sí, esto ya tiene eficacia terapéutica, pero es el conjunto de alternativas -interactuando entre sí, valga la redundancia- lo que va a ir facilitando su sanación.
El paciente bipolar necesita una regla, no rígida, pero sí bien estructurada; necesita un tejido que lo sostenga pero que no lo ahogue; necesita desarrollar espacios sistemáticos y definidos de actividades diarias sin sentirse en prisión. En suma, necesita distribuir adecuada y prioritariamente el tiempo e incorporar acciones rituales (terapéuticas y no terapéuticas) en la vida cotidiana y en momentos definidos, que le van a ir permitiendo construir un orden interior y un dispositivo para enfrentar con éxito su padecer. Tal andamiaje representa la plataforma inicial para que el paciente tenga un marco que lo aleje de las crisis y del desamparo y que, más adelante, funcione como un hábito altamente positivo y le procure beneficios sigfnificativos en el camino de su cura.
El cambio de vida es un cambio de creencias y cambiando las creencias podemos cambiar la vida. Pero lo inverso también es cierto: cambiando la vida (errada) se cambian las creencias (erróneas).
Este PLAN DE VIDA debe incluir las siguientes actividades:
a) Tratamiento
Los pacientes deben recibir un tratamiento con las herramientas más adecuadas para cada circunstancia (algunas de las cuales describimos y recomendamos aquí), pero siempre con la idea de aumentar en el paciente el mayor grado de autonomía posible; es decir, ayudarlo pero no fomentar la dependencia.
No considero que los diferentes abordajes terapéuticos sean excluyentes entre sí (y la bipolaridad se presta para un enfoque de impacto múltiple), pero nos parece importante, por muchas razones, que cada paciente tenga un "terapeuta guía" que actúe como tal y sea el punto de orientación, sostén transferencial y consultor habitual.
En varios textos sobre la bipolaridad se recomienda el trípode de la medicación, la psicoterapia y la autoayuda y, en casi todos ellos, la psicoterapia es considerada un instrumento de apoyo, secundario a la acción psicofarmacológica.
Creo que hay que revisar este criterio. Se hace tan importante la participación activa del paciente bipolar en un trabajo terapéutico sobre sus emociones, vínculos, historia y personalidad, como el recibir la ayuda de prescripciones que le permitan sostener sus síntomas hasta que pueda dejarlos atrás.
Pero el nervio de la cuestión es comprender que el mejor tratamiento es el que le hace bien y efecto al paciente, el que lo ayuda a despertar sus poderes y talentos y el que lo reconforta en su posibilidad de ser feliz. Y esto no se logra con un "remedio terapéutico" sino con una "relación terapéutica".
b) Descanso
El buen dormir, en cantidad y calidad suficiente, es una recomendación fundamental que el bipolar debe cumplir. El insomnio, el mal dormir, el poco descanso, el estrés, son factores irritativos que pueden contribuir a desencadenar crisis maníacas o depresivas.
Por otra parte, durante el dormir, se elaboran ansiedades, fantasías, conflictos y miedos. Junto con la natural regeneración de la fuerza física, un buen sueño procura, además, una recuperación emocional significativa que aumenta el bienestar y proporciona alegría y buen humor.
Descansar no es solo dormir. También incluye aprender a distenderse, relajarse y reposar. El bipolar debe incorporar la práctica habitual de encontrar momentos, durante el día, en el cual ejercitar una relajación profunda con todos los efectos positivos que esto conlleva.
Es conveniente, para lograr buenos niveles de aflojamiento mental y corporal, recurrir a técnicas de masajes y baños de inmersión prolongados que coadyuvan a liberar tensiones, bloqueos y condicionamientos emocionales arraigados en el cuerpo.
La consigna es no dormirse tenso, no comer tenso, no enfrentar ninguna situación en estado de tensión. En cualquier momento que note presión y nerviosismo la prioridad es relajarse. Del mismo modo, cuando se sienta cansado no debe exigirse ni acumular fatiga. La distensión, en todas las esferas de la vida, es para el bipolar un prerrequisito para alejar riesgos de mayor inestabilidad.
c) Alimentación
Una alimentación inteligente es un factor para asegurar y mantener una buena salud; pero sin otros ingredientes como aire, sol, actividades físicas, descanso, creatividad y emociones placenteras (entre otras), no hay equilibrio posible. (La dicha necesita el concurso de muchas manos, a la desdicha le basta una.)
Nutrición no solo significa la asimilación de alimentos necesarios para el mantenimiento de la vida del cuerpo, sino que hay que pensar también que, en el acto de comer, estamos realizando una actividad mucho más compleja y abarcadora que el ingerir y digerir, ya que los alimentos no son solo un combustible, ni el organismo una máquina.
Tener una alimentación hipotóxica, bien balanceada, a horarios adecuados y rítmicos, sin fanatismo, lo más simple y natural posible, ayuda al bipolar a lograr un mejro estado psicofísico que redunda en su armonía emocional. También lo ideal sería comer despacio y en un clima acogedor y sereno (y esto vale para todas las personas), sin televisor encendido, anunciado hecatombes y tentando al consumismo irracional, y sin entrar en acaloradas discusiones con los enventuales compañeros de mesa ["No es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre, sino lo que sale de su boca, esto es lo que contamina al hombre"(Mateo 15:11)].
Hay una serie de recomendaciones alimenticias concretas para la bipolaridad, que señalaremos más adelante, pero hay que tener siempre presente el principio esencial de que:
La alimentación es fuente de vida; al comer estamos asimilando todo el entorno; los alimentos son energía, son emociones, y debemos construir una dieta correcta para ayudarnos a no agravar nuestros males y para ayudarnos a recobrar el balance perdido.
d) Ejercicio
La práctica de algún deporte -el caminar o correr todos los días, por ejemplo- también es un factor muy importante a tener en cuenta. El paciente está en movimiento, quema el exceso de energía, desintoxica el organismo, mantiene la flexibilidad corporal y, sobre todo, promueve la sensación de estar vivo y activo. Y en el ejercicio detiene el "disco rayado" de su mente.
Por otra parte, el deporte y la gimnasia generan un mayor equilibrio emocional, algo necesario para el bipolar. Así como en la alimentación, en el ejercicio físico debe existir una suerte de disciplina progresiva hasta llevar al paciente a hacer de aquel un hábito cotidiano.
Sin embargo, hay otro costado en el cual el deporte brinda un aporte a la cura de la bipolaridad. La actividad deportiva lleva, a quien la practica, a vivir totalmente en el presente, con gran conciencia de los movimientos del cuerpo, a lograr un buen equilibrio interior y, cuando se involucra plenamente, a alcanzar una especie de "Estado alterado de conciencia". (En este sentido, un buen ejemplo son los libros de Michael Murphy: Golf en el Reino y The Psychic Side of Sports).
Pero lo interesante es que la vivencia bipolar, en sí misma, también puede ser pensada como un cierto "estado alterado de conciencia", pero de naturaleza perturbada. He comprobado cómo el bipolar, al ir viviendo estos mismos estados en el deporte y aprender a controlarlos y canalizarlos, puede ir incorporando este aprendizaje a su campo emocional y descubrir el costado positivo de ellos.
De manera que la actividad física provee no solo bienestar al cuerpo sino capacidad de dominio, determinación, resistencia y armonía al psiquismo, y estas son cualidades que a la persona bipolar le conviene desarrollar para aliviar e incluso sanar sus síntomas.

(Nota de Rodrigo C.: Existen otros puntos de anclaje, ejes vertebradores del PLAN DE VIDA que propone Eduardo Grecco; los siguientes son: Respiración; Aire y Sol; Sexualidad; Trabajo; Actividad Artística, expresiva y creatividad; Autoayuda, con respecto a esta última dice dos cosas importantes: que de ningún modo susutituye a un tratamiento individual, a la relación terpaéutica y que siempre es bueno recordar que las técnicas curan pero lo que sana es la relación, y nunca más cierto este adagio que en el campo de la bipolaridad.)

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