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Paz y Ciencia

domingo, 11 de septiembre de 2011

Algo más sobre Stanislav Grof

Hace poco reflexionábamos sobre este autor y su obra "Psicología Transpersonal. Nacimiento, muerte y trascendencia en psicoterapia", en particular en el ámbito de las psicosis, su obra pasa por recorrer los estados alterados de la conciencia. Grof reduce la práctica psiquiátrica a lo farmacológico y a lo psicogénico. A su parecer, la farmacología funciona cuando predomina el mecanismo de proyección, y los estados psicóticos en el que la persona lo vive de manera interna no funcionan tan bien con la medicación.
A su juicio los enfoques psicogénicos recalcan el ámbito biográfico y caen en reduccionismos mecanicistas, empleando técnicas como la interpretación.
Marcado claramente por la experiencia con el LSD y los estudios de Laing y otros autores como John Perry, la eclosión de esta sustancia sirve, y lo fundamenta en experimentos, para la "reestructuración profunda y significativa de la personalidad".
Ya animaba a entender la obra de este autor dentro de un contexto claro. Si ven el vídeo de días anteriores en el que Grof relata su experiencia con el LSD, se percibe de manera manifiesta una clara fascinación por los resultados de la prueba. Eso le hizo cambiar su vida y su obra, orientarla hacia lo místico con su formación médica. Resulta fascinante en inicio su obra, atractiva y demoledora de lo estándares aprobados actualmente. Esto me lleva a asociar las palabras de un inteligente paciente que expresaba su escepticismo sobre la práctica psicológica y psiquiátrica. Es estimulante y sano que la persona pueda expresar su forma de pensar sin censuras. Por mi experiencia y mi ámbito profesional existe un claro descontento con la eficacia en según que problemas, como el que nos atañe en este post.
Además también aparece cierta quemazón en el profesional que revierte negativamente en el paciente.
Por ejemplo, pacientes que son derivados por problemas de contratransferencia, por considerar paciente difícil o por no sobrecargarse; por otro lado, la fe ciega, si me permiten decirlo, en un modelo teórico que lleva el terapeuta a sentirse seguro y confortable. Esto último es una necesidad del terapeuta, no del paciente. Grof deja claro una obviedad, el hecho de que la personalidad y la trayectoria personal y profesional del terapeuta, así como las posibilidades y lugar de trabajo condiciona claramente la práctica profesional.
Como dije ya antes, lean a Grof y a todo aquel que les interese pero tengan cuidado con llevar las concepciones de otros a una tabla sagrada. El mismo Freud es constantemente replanteado, reinterpretado y empleado para crear modelos que se basan, en esencia, en su obra. Hemos avanzado de manera notable pero queda mucho por recorrer. Siempre quedarán puntos ciegos en el tratamiento de un paciente que solo el individuo puede revelar, el darse cuenta gestáltico (awareness) o el insight, da igual como lo quieran expresar.

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