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Paz y Ciencia

jueves, 15 de septiembre de 2011

La intepretación en psicoanálisis

Les acerco un artículo en el que converge la obra de Winnicott, con la intepretación del autor del artículo y una herramienta fundamental en psicoterapia, la interpreación.

Winnicott y la interpretación.


Bruno Cancio.



En el presente trabajo pretendo reflexionar acerca de los aportes winnicottianos a la interpretación como herramienta teórico-técnica, comparando la concepción de dicho autor con las que se desprenden de la obra de Melanie Klein y Sigmund Freud.

Lo primero que se observa al adentrarse en el tema es que para Winnicott lo central en una interpretación va mucho más allá de la certeza o "puntería" de la misma. Lo inteligente o "acertado" pasa a constituir un factor no siempre primario.

A diferencia del estilo kleiniano en el que es el analista quien interpreta de forma casi permanente las fantasías transferenciales inconscientes del analizado, en Winnicott nos encontramos con una enfática exhortación a permitir que sea el paciente quien cree la interpretación. La mencionada convicción lo lleva a afirmar que las interpretaciones producidas sin que el material disponga de la madurez suficiente producen adoctrinamiento y acatamiento. Ruega a los analistas que no roben la capacidad de jugar de sus pacientes, lo que a menudo sucede cuando estos intentan demostrar que saben demasiado. Propone incluso el no transmitir al paciente las interpretaciones que a uno se le van ocurriendo en el transcurso de la sesión a la espera de que sea éste quien, más tarde, llegue a ellas por sí mismo. A diferencia de la anterior modalidad, en Klein nos encontramos a una analista que brinda al paciente una interpretación tras otra, pareciendo recaer la importancia en que las mismas describan de forma certera sus fantasías y funcionamiento psíquico, interpretaciones que desde la perspectiva winnicottiana podrían pensarse como "adoctrinantes".

Otro factor a tener en cuenta en la concepción del autor inglés acerca de la interpretación es la de la zona en la que la misma se realiza. Para Winnicott la resistencia aparecería cuando la interpretación se efectúa fuera de la superposición de espacios transicionales, lugar en el que analista y paciente juegan juntos. En la misma línea sostiene que "cuando aquel carece de capacidad para jugar, la interpretación es inútil o provoca confusión" (1).

En lo que respecta al momento en el cual la interpretación debe ser formulada Winnicott profundiza en la línea de aquel viejo consejo freudiano de 1913 que instaba a realizar la interpretación cuando el paciente se encontrara a un paso de llegar a ella. Pero en este punto avanza incluso un poco más al considerar no sólo el hecho de que el paciente esté listo para recibir la interpretación, sino también la distancia hasta la que se puede llevar al mismo: "pero el analista sólo puede llevar al paciente hasta una cierta distancia del punto en que ya se encuentra" afirma en La Interpretación en Psicoanálisis. No sólo se tiene en cuenta el lugar en el que se encuentra el paciente a la hora de realizar la interpretación, sino también hasta que punto se lo debe llevar: "es mejor adherir al principio de reflejar el material presentado, en vez de pasarse al otro extremo, el las interpretaciones "inteligentes" que, por más que sean exactas, pueden llevar al paciente más allá de lo que permite la confianza transferencial, de modo tal que cuando el paciente deja al analista, la casi milagrosa revelación que representa la interpretación se convierte de pronto en una amenaza, pues toca un estadio del desarrollo emocional que el paciente todavía no ha alcanzado, al menos como personalidad total" (2).

En relación al momento del tratamiento en el que conviene comenzar a interpretar, Winnicott afirma que, antes de realizar una interpretación, el paciente debe de haber adquirido la capacidad de usar al analista, lo que implicaría que éste último se halla ubicado fuera de la zona de los fenómenos subjetivos del primero. Para que esto acontezca, el analista debe de haber sido muerto, destruido como objeto subjetivo pero, paradójicamente, sobrevivir para poder ser utilizado como objeto real. Lo esencial es que el analista sobreviva a los ataques inconscientes de su paciente. Si el analista interpreta mientras el analizando se encuentra en dicho proceso puede ocurrir que la interpretación sea tomada como una autodefensa, en la que se rechaza el ataque y se toma represalia. En Los designios del tratamiento psicoanalítico incluso llega a afirmar que uno de los motivos por los que interpreta es para en algún momento no dar en el blanco y, al equivocarse, adquirir cierta cualidad externa; sostiene que de no interpretar nunca generaría en el paciente la fantasía de que lo sabe todo.

Asimismo, considera que para que se produzca el buscado insight la interpretación debe ser formulada dentro de la misma sesión en la que se presentó el material que le dio lugar a que se realizara. Si la interpretación es correcta pero efectuada al otro día o luego de una supervisión no será provechosa: "desde una zona limitada el paciente tiene insight y brinda material para una interpretación; el analista toma esa información y la devuelve, y el paciente a quien la devuelve ya no está en esa zona de insight con respecto a ese particular elemento o constelación psicoanalítica"(3). De lo anteriormente citado se desprende la existencia de una zona de insight dentro de la que deben ser realizadas la interpretaciones para que las mismas tengan efecto sobre el paciente, concepto que no encontramos en las teorías de la interpretación freudiana o kleiniana.

Con respecto a al factor numérico, Winnicott resalta la utilidad de ser económico a la hora de interpretar. Frente a un paciente no se pregunta cuánto le está permitido hacer sino con cuán poco le bastará a éste. Si uno compara casos clínicos expuestos por Winnicott con historiales kleinianos como el de Richard o Rita notará que el número de interpretaciones del primero es infinitamente menor. En este punto llega incluso a afirmar que le alcanza con realizar una interpretación por sesión si la misma apunta a un material aportado por lo que el llama "cooperación inconsciente" del paciente.

Acerca de la forma en que deben de ser transmitidas sostiene la ventaja de realizar interpretaciones a través de oraciones cortas, señalando que si una interpretación contiene el nexo "además" ya toma el cariz de una explicación didáctica.

El interpretar a través de símbolos preestablecidos es desaconsejado por el autor, quien considera que al trabajar con esta clase de interpretación el analista corre el grave riesgo de utilizar sus propias ideas, las que pueden no adecuarse al punto de vista del paciente en dicho momento.

En "La interpretación en psicoanálisis" afirma que la interpretación debe consistir en que el analista refleje lo que el paciente le ha comunicado. Entre otras utilidades se encuentra la de que la interpretación pueda "ser formulada a la persona total, en tanto que el material para ella provino de sólo una parte de la persona total"(4). Se trata también de realizar algo similar a la función de espejo que cumple la madre en un primer momento y que luego pasa a ser desempeñada por otras figuras.

Asimismo, el uso o no de interpretaciones así como la modalidad de las mismas dependerá del tipo de paciente al que estén dirigidos los empeños terapéuticos. En pacientes con escasa capacidad para la identificación introyectiva o proyectiva, plantea que el trabajo analítico "consiste en extender el horizonte del paciente en lo referente a las identificaciones cruzadas, cosa que se logra, no tanto con la labor de intepretación como por medio de ciertas experiencias específicas en las sesiones analíticas... Las interpretciones, por exactas y oportunas que fueren, no pueden dar la respuesta completa"(5). Para ese tipo de casos, las interpretaciones que se decidan realizar, deben pasar más por el verbalizar las experiencias vividas por el paciente en el presente inmediato de la sesión y no tanto por hacer conciente lo inconsciente. Afirma la necesidad de contener las ansiedades y parecerse a un "espejo humano".

A diferencia de la modalidad de análisis kleiniana y de la que Freud nos muestra en sus historiales, en Winnicott adquiere un gran protagonismo el silencio. En "Dos notas sobre el uso del silencio" utiliza conceptos y lenguaje kleiniano para justificar una modalidad de análisis radicalmente diferente de la de dicha autora: "en la actualidad la base del tratamiento es mi silencio... Hay muchos lenguajes para describir esto, y uno de ellos consiste en que una interpretación es un pene atravesando súbitamente el campo y el campo es el pecho con un bebé incapaz de habérselas con la idea de un pene"(6).

Lo anteriormente expuesto nos muestra que la obra winnicottiana puede aportar una interesante complejización de la interpretación como herramienta, en la que no sólo importa lo certero de la misma, su contenido, sino que una multiplicidad de factores pasan a ser tenidos en cuenta: el momento adecuado de formulación, la necesidad de que sea el analizando quien la cree, la forma en que es más conveniente que sea enunciada, así como la pertinencia o no de determinada modalidad interpretativa según el tipo de paciente.

Desde otra perspectiva, se podría criticar lo que en algunos historiales impresiona como una falta de jerarquización de la interpretación, una suerte de descuido del trabajo con lo representacional o lo simbólico. Por momentos se recibe la impresión de que lo que prima es una suerte de maternaje que, desde una perspectiva lacaniana, podría pensarse como un engrosamiento del registro lo imaginario, que trae como riesgo la captura de paciente y analista en la fascinación de lo especular, con todo lo que esto implica (alineación, paranoia). En una línea opuesta a la anterior, nos encontramos con la opinión de Robert Rodman, quien sostiene que "quienes afirman que Winnicott ubicaba el valor terapéutico de la relación con el analista por encima del proceso de interpretación comprenden mal, y trivializan su concepción, que era mucho más compleja... Siguió siendo en todo momento un lector del inconsciente y creyendo siempre que el principal instrumento de cambio eran las interpretaciones exactas, brindadas en el momento oportuno"(7).

Comparando la modalidad interpretativa de Winnicott y Klein se puede analizar el posicionamiento subyacente de cada uno de los autores con respecto al poder y saber. Mientras que en Klein se encuentran predominantemente del lado del analista en Winnicott el poder se descentra, apreciándose un intento por que sea devuelto hacia el paciente. Tal es así que en Realidad y Juego sostiene que "en lo fundamental interpreto para que el paciente conozca los límites de mi comprensión"(8), y acto seguido afirma que quien verdaderamente conoce las respuestas es el analizando. Siguiendo nuevamente a Lacan podría plantearse que para Winnicott adquiere importancia el que la interpretación sea formulada por Otro barrado y no por un Otro completo, garante absoluto de toda verdad.

El caso Dick resulta particularmente ilustrativo para pensar la postura de Melanie Klein a la hora de interpretar en pacientes graves o psicóticos. Hoy en día nadie dudaría en diagnosticar a Dick como autista, pero en 1930 Kanner aun no había acuñado la entidad nosográfica, por lo que Klein habla de esquizofrenia infantil. En el citado historial la vemos centrando toda la labor terapéutica en lo interpretativo, intentando hacer manifiesta la angustia latente y provocar la "supresión de represiones". Las interpretaciones presentan las siguientes características: son realizadas desde el inicio de la primera sesión, predomina el uso del simbolismo y van mucho más allá del material aportado por el paciente, hasta el punto de hacer pensar en el ejercicio de la violencia primaria, o aún secundaria, planteadas por Piera Aullagnier. No en vano, Lacan a exclama escandalizado: "...Hay que ver con qué brutalidad Melanie Klein le enchufa al pequeño Dick el simbolismo! Comienza de entrada lanzándole las interpretaciones mayores. Le suelta una verbalización brutal del mito edípico, casi tan escandalosa para nosotros como para cualquier lector: tú eres el pequeño tren, quieres cogerte a tu madre..."(9).

Por otro lado, en Winnicott las interpretaciones pasan a constituir una herramienta más, ocupando un lugar no central, o estando incluso contraindicadas en un primer momento en pacientes graves o psicóticos en los que la conflictiva se centra en fallas de la adaptación ambiental ocurridas en fases precoces del desarrollo. En estos casos, entre los que se situaría el de Dick, para Winnicott la labor fundamental no pasa por hacer conciente lo inconsciente, sino que hace primar otro tipo de recursos terapéuticos tales como la regresión. Acerca del tratamiento del autismo, resulta interesante contraponer la técnica utilizada por Klein con un comentario sobre el tratamiento de un niño autista que realiza Winnicott en una carta dirigida a Michael Fordham (10): "Sé de un niño autista que fue tratado mediante interpretaciones muy inteligentes y progresó bastante. Sin embargo, lo que puso en marcha el tratamiento fue algo que hizo su primera analista, y lo extraño es que jamás pude conseguir que su segundo analista reconociera la importancia de lo que paso a describir... La doctora Hall se encontró con este niño, que se había vuelto autista después de ser normal, y se sentó en el cuarto con él y estableció una comunicación haciendo todo lo que él hacía. Si él se quedaba quieto en su asiento durante un cuarto de hora, y luego avanzaba un poco uno de sus pies, ella avanzaba uno de sus pies. Él movía un dedo y ella lo imitaba; y así siguiendo durante largo tiempo. A partir de estos indicios, todo mostró signos de desarrollo, hasta que ella murió"(11). Winnicott aplaude entusiasmado la intervención de la analista que, podría pensarse, apunta a proporcionar una experiencia especular al pequeño paciente dirigida a reforzar y reparar fallas en la constitución de su yo (en tanto moi). Asimismo, nos abre las puertas para pensar al estadio del espejo como conceptualización a tener en cuenta en el tratamiento del autismo, en pacientes en los cuales el moi es, sino inexistente, muy deficitariamente estructurado y la experiencia con el otro en tanto semejante se encuentra seriamente trastornada. Acerca del segundo analista menciona: "si yo hubiera podido lograr que el inteligente analista se sumase a todo esto, creo que a la fecha podría haber algo parecido a una cura..."(12).







LIC. BRUNO CANCIO



Notas:

1. Winnicott; Donald (1971): Realidad y Juego. Gedisa, Barcelona, pág. 76

2. Winnicott; Donald (1968): La Interpretación en Psicoanálisis En Exploraciones Psicoanalíticas. Paidós, Bs. As., pág. 255.

3. Winnicott; Donald (1968): La Interpretación en Psicoanálisis En Exploraciones Psicoanalíticas. Paidós, Bs. As., pág. 253.

4. Ibidem.

5. Winnicott; Donald (1971): Realidad y Juego. Gedisa, Barcelona, pág. 158.

6. Winnicott; Donald (1962): Dos Notas Sobre el Uso del Silencio en Exploraciones Psicoanalíticas I. Paidós, Bs. As. 1991., pág. 104.

7. Rodman; Robert (1990): El Gesto Espontáneo. Paidós, Bs. As., pag. 40.

8. Winnicott; Donald (1971): Realidad y Juego. Gedisa, Barcelona, pág. 118.

9. Lacan; Jacques (1954): Seminario I Los Escritos Técnicos de Freud. Paidós, Bs. As.

10. Analista jungiano, amigo de Donald Winnicott.

11. Winnicott; Donald (1965): Carta a Michael Fordham En El gesto espontáneo. Paidós, Bs. As., pag. 240.

12. Ibidem.



BIBLIOGRAFÍA



· Castoriadios-Aulagnier; Piera: La violencia de la interpretación, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1997.

· Freud; Sigmund (1913): Sobre la Iniciación del Tratamiento. Amorrortu Editores, Bs. As, T. XII.

· Lacan; Jacques: Escritos 1 y 2. Siglo XXI Editores, Bs. As., 2002.

· Klein; Melanie (1945): El Complejo de Edipo a la Luz de las Ansiedades Tempranas. Paidós, Bs. As, T. II.

· Klein; Melanie (1930): La Importancdia de la Formación de Símbolos en el Desarrollo del Yo. Paidós, Bs. As.

· Rodman; Robert (1990): El Gesto Espontáneo. Paidós, Bs. As.

· Winnicott; Donald (1954): Replegamiento y Regresión En Escritos de Pediatría y Psicoanálisis Editorial Laia, Barcelona.

· Winnicott; Donald (1954): Aspectos metapsicológicos y clínicos de la regresión dentro del marco psicoanalítico En Escritos de Pediatría y Psicoanálisis Editorial Laia, Barcelona.

· Winnicott; Donald (1962): Los Designios del Tratamiento Psicoanalítico En El Proceso de Maduración en el Niño. Editorial Laia, Barcelona.

· Winnicott; Donald (1962): Mi Punto de Vista Personal Sobre la Aportación Kleiniana En El Proceso de Maduración en el Niño. Editorial Laia, Barcelona.

· Winnicott; Donald (1962): Dos Notas Sobre el Uso del Silencio en Exploraciones Psicoanalíticas I. Paidós, Bs. As. 1991.

· Winnicott; Donald (1968): La Interpretación en Psicoanálisis En Exploraciones Psicoanalíticas. Paidós, Bs. As.

· Winnicott; Donald (1970): El Miedo al Derrumbre En Exploraciones Psicoanalíticas. Paidós, Bs. As.

· Winnicott; Donald (1971): Realidad y Juego. Gedisa, Barcelona.

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