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Paz y Ciencia

martes, 14 de julio de 2009

El Juego del Garabato


Frente a la precisión y el argumento bien armado de otras comunicaciones sobre Winnicott, aquí busco abrir un abanico al pensamiento de este autor. Hoy retornaba sobre la "Consulta Terapéutica" de Winnicott. En su práctica atendía durante uno, dos o cinco días a un niño y utilizaba con él la técnica del squiggle, , juego del garabato. Recomienda que se emplee en la primera entrevista o acaso en dos-tres. Él nos señala que no se trata de una técnica proyectiva tipo TAT porque esas pruebas de personalidad pueden ser vividas con cierta violencia. Y desde luego que así es adentrados en un psicoterapia psicoanalítica donde la transferencia es la clave. En estas consultas, aplicadas, porque no, a adultos, el analista "superpone dos áreas de juego, la del analista y la del paciente". Con niños explica las reglas del squiggle y comienza garabateando en un papel que corta en dos pedazos para transmitir que no se trata de algo solemne o demasiado serio. Un juego.
El niño sigue completando e iniciando otros garabatos hasta que poco a poco se va tratando en la fantasía compartida las fantasías que tienen que ver con la consulta. Se van perfilando figuras, imágenes, "iconos".
Me ha sorprendido gratamente un señalamiento de DWW, un día un muchacho se mostró callado, reservado y desconfiado. Winnicott allí, esta vez sí, interpretó, algo así como lo siguiente: "parece que estás callado, como si ocultaras algo (sic)".
Tras la entrevista el muchacho le dijo a la madre, una vez en casa, que en el parque alguien le había intentado violar, al poco tiempo volvió a consultar al Dr. Winnicott y se trabajaron las angustias de tipo homosexual y lo relacionado con ese suceso traumático. La madre le había dicho "¿por qué no se lo habías dicho al Dr. Winnicott?". Winnicott nos explica que éste se lo comunicó en su actitud de recelo. Él lo interpretó certeramente.
En general durante las consultas terapéuticas prefería reservarse las interpretaciones y que el niño fuera explicando lo que dibujaban en ese juego compartido. En el espacio transicional.
Winnicott nos explica que una consulta terapéutica o unas cuantas puede ser suficiente en un número importante de casos, en otros dar pie a una psicoterapia psicoanalítica o una derivación a la asistente social psiquiátrica. Es bueno destacar que estas consultas terapéuticas no son psicoanálisis pero se nutren de la teoría y la técnica, esto lo remarca Winnicott.
Winnicott empleó el juego como lo hubiera leído en "Psicoanálisis de niños" de Melanie Klein, escrito que le fascinó. Ahora bien, el continuó la obra proponiendo esta modalidad ajustada a su atención como psiquiatra de niños con personas que venían de muy lejos, que asistían al hospital o que no podían permitirse los honorarios, por citar unos ejemplos.
Así pues, de soslayo instala una modalidad de "consulta" que permite abrir el campo de la fantasía, conectar con el niño (o el adulto) y poder dar salida a lo subyacente a la angustia.
Y es meritorio que en esa época donde el dogma era tan pueril pudiera tener la osadía de situar nuevos horizontes para la clínica, clínica que hoy por hoy se ajusta más a las consultas en los servicios públicos de salud mental.
Winnicott continuaba tras estas "consultas terapéuticas" el contacto con el caso y la comunicación con la familia a través de cartas con los servicios que le habían hecho la derivación y con los propios padres, quienes le indicaban los avances dados por su intervención.

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