PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

lunes, 27 de julio de 2009

"Lo que necesita la humanidad es más empatía"

"Lo que necesita la humanidad es más empatía"
Éste es uno de los aforismos del texto de Philip K. Dick titulado "¡Sueñan los androides con ovejas eléctricas?"
En un mundo "ciberpunk" dicen algunos, futurista un investigador contratado por el gobierno trata de hacer pruebas administrando cuestionarios para comprobar el grado de empatía de las máquinas.
Dándole una vuelta de tuerca, probablemente en la dirección del deseo de Dick, quien cultivó el gusto al psicoanálisis y las psicosis, la ausencia de empatía es indicativo de una sociedad en declive. Y Harrison Ford en la película trata de capturar a estos replicantes cada vez más sofisticados, capaces de driblar, como pasa en la clínica cotidiana, las respuestas a los test. Éstos replicantes sabían que debían contestar para parecer humanos, los "consultantes" conocen que deben contestar para parecer normales. Muchas veces lo son, otras veces no contestan porque no tienen conciencia de tener ciertos rasgos. No obstante como en el libro, esas pruebas resultan un pelín persecutorias aunque necesarias para peritaciones y diagnósticos oficiales. No tienen cabida en una psicoterapia.
El titulo de la novela es porque existe una oveja eléctrica que uno de los personajes quiere cambiar por una normal, la tecnología va cambiando la naturaleza y se presenta como otra distopía más. Genial aunque escrito en el estilo Dick, algo críptico.
Fusiono estas líneas con una reflexión sobre un texto de Thomas Szasz: "Nuestro derecho a las drogas", allí con documentos históricos de políticos, sociólogos, legisladores y sanitarios desde antes de 1907, cuando un negro era "tres quintas partes de una persona". Habla del mercado, del socialismo, de lo libertario y de lo liberal, esto último en el sentido americano, de alguien con tendencias de izquierdas, socialista.
Él es un liberal que no confía en el Estado Paternalista para legislar las libertades personales y se caracteriza por decir rotundas e incómodas verdades.
No obstante, como Dick, salvando las distancias, es trágico en sus augurios y algo cínico tal vez. La humanidad tiene empatía pero se da más valor al tener que al ser, y eso es atravesado como discurso estándar por la psique de todo bicho viviente occidental.
Szasz ilustra su argumento de los contrasentidos de la historia de las drogas en Estados Unidos, por ejemplo la hipocresía de la Ley Seca, la participación de Roosevelt y otros presidentes antes y después. Es un libro para estimular a la reflexión. Savater dice sobre Szasz: "Pienso sinceramente que dejarnos inspirar durante todo un año por las ideas del Dr. Thomas Szasz puede resultar sumamente beneficioso para individuos e instituciones". EL PAIS. 10-1-1985
Cerrarse sobre el discurso de Szasz es empobrecer la realidad, como así es no cuestionar lo que él critica y analiza, el Estado Teraéutico como paternalista, sin confiar en la voluntad y libertad del sujeto. Cuestión que le alarma y le quema.
Sin embargo muchos sujetos toxicómanos sufren mucho y hacen sufrir a otros, este sufrimiento hay que tratarlo aunque sea con medidas que él repele, por ejemplo el Antabús para el alcoholismo o el Colme. A veces la clínica no es tan poética y hermosa como pudiéramos imaginar, ni tan siquiera según el discurso de tan preciado psiquiatra, psicoanalista.
En fin, quizá tengan el común Szasz y Dick el pensar que el futuro de la humanidad está en la empatía y que en su ausencia residen muchos de los problemas humanos actuales, también las mal llamadas según Szasz "enfermedades mentales" ("El mito de la enfermedad mental"). Ambos son revolucionarios, uno falleció, el otro, Szasz sigue trabajando duro. La prosa, los versos, el cine y la vida forman parte de un todo, como reza una sentencia de "Monte Miseria" (Samuel Shem-pseudónimo-): La psicoterapia es parte de la vida, y viceversa.

Szasz, Thomas - El segundo pecado [1972]

No hay comentarios: