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Paz y Ciencia

sábado, 4 de julio de 2009

La necesidad interior



Kandinsky - La necesidad interior

La necesidad interior tiene su origen en y está determinada por tres necesidades místicas:

1.—El artista, como creador, ha de expresar lo que le es propio (elemento de la personalidad).

2.—El artista, como hijo de su época, ha de expresar lo que es propio de ella (elemento del estilo, como valor interno, constituido por el lenguaje de la época más el lenguaje del país, mientras éste exista como tal).

3.—El artista, como servidor del arte, ha de expresar lo que es propio del arte en general (elemento de lo pura y eternamente artístico que pervive en todos los hombres, pueblos y épocas, se manifiesta en las obras de arte de cada artista, de cualquier nación y época y que, como elemento principal del arte, es ajeno al espacio y al tiempo). Es suficiente con penetrar en los dos primeros elementos con los ojos del espíritu, para que se nos haga patente el tercero.

Entonces comprendemos que una columna toscamente labrada de un templo indio, está animada por el mismo espíritu que cualquier obra viva moderna.

Se ha hablado, y sigue la discusión sobre el factor personalidad en el arte y, con mayor frecuencia cada día, se habla del estilo del futuro. Aunque estas cuestiones sean muy importantes, vistas con una perspectiva de siglos y milenios pierden urgencia y relevancia.

Sólo el tercer elemento, lo pura y eternamente artístico, tiene vida eterna. No pierde sino que gana fuerza con el tiempo. Una escultura egipcia seguramente nos conmueve más ahora que a sus contemporáneos: las características vivas de la época y de la personalidad, al mismo tiempo que disminuían su fuerza creaban fuertes lazos con los espectadores de su tiempo. Por otra parte, cuanto mayor sea la intervención de los dos primeros elementos en una obra de arte actual, más fácil le será acceder al alma de sus coetáneos; y cuanto mayor sea la participación del tercer elemento, más se debilitarán los otros dos y será más difícil que acceda a ella. Por eso a veces tienen que pasar siglos hasta que el valor del tercer elemento sea captado por los hombres.

La hegemonía del tercer elemento, en una obra de arte es pues un signo de su grandeza y de la del artista.

Vassily Kandinsky - De lo espiritual en el arte.

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La respuesta del alma al color. Rodrigo Córdoba Sanz

Contemplar la vida de una forma creativa es la gran contribución de los artistas. Cambiar el modo de entender la realidad, plasmar de una forma distinta. La necesidad interior está en transformarse y plasmar fuera una forma interna de interpretar la realidad externa. Esta forma de trastocar clichés y esquemas es la forma en la que avanza la cultura y puede que provoque el deleite de quien contempla un paisaje o una abstracción, algo conceptual que es aplicar un modo que tiene una experiencia mística detrás. El aplicar a la vida común y corriente la vida creativa está al alcance de todos y forma parte del vivir creativo. Luchar día tras día por hacer nuestras vidas más instaladas en las variaciones propias de las pinceladas bien trazadas nos instala en una realidad cómoda, manejable de la que somos agentes causales.
Escribir con el corazón es una forma sincera de Compartir, de sentirse vivos. Hay quien quiere pensar que quien escribe es para sentirse vivo porque, tal vez, antes no lo está. "El poeta y los sueños diurnos" de Freud es un bello trabajo donde se dice que el arte del poeta (o el pintor) es como el jugar del niño.
Winnicott lo entiende más que como un reducto de la sublimación como una forma de constituir una vida. Aunar la experiencia mística del placer de captar la esencia de una obra de arte nos lleva a sintonizar con nuestros objetos internos. Dicho de otro modo con nuestros sentimientos. Sentir es el camino donde se encuentra la obra y el que se aproxima a ésta. Por tanto es una forma de comunicar y una manera de interacción.
Una obra de arte queda para los tres niveles que propone Kandinsky, la expresión personal, el reflejo epocal y la propia belleza de la obra que viene derivada de la forma en que se ensamblan las dos primeras. El hacerlo con el corazón y trascender nos acerca a que esa obra de arte, como dice Kandinsky perdure en la memoria del que memorizará esa obra en su fuero interno, instalándose la idea de belleza, transformándole y viéndose atravesado de una experiencia única e irrepetible. Cuando nos acercamos a una obra de arte lo sabemos y es difícil poder realizar una estática, sólo los grandes maestros pueden, ahora bien. Tenemos la potestad de realizarnos haciendo de nuestra vida algo donde nos conectemos con las experiencias vividas entregándonos al contorno sentimental que nos ofrece la oportunidad de vivir.

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