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Paz y Ciencia

domingo, 12 de octubre de 2008

Algunas ideas sobre la Interpretación

D.W. Winnicott consideraba que la interpretación debía hacerla el paciente, para ello se le debe proveer de un ambiente suficientemente cálido, propicio, nutritivo, seguro, fiable y estable donde pudiera ir elaborando a través del trabajo de facilitación en el pensar del analista sus propios escotomas. Veamos algo sobre ello en el capítulo de una obra dedicada a tal maestro anti-maestros. Recordemos que Winnicott se opuso a las escuelas (-ismos) porque consideró que rigidificada la ciencia y convertía en dogmática una estructura científica. Arriba comentaré otro artículo de DWW sobre la ciencia y el psicoanálisis.
Rodrigo Córdoba Sanz.

Lo importante para el paciente y lo que importa al paciente es siempre lo que importa a él, no es tanto la exactitud de la interpretación como la disposición del analista para ayudarlo, su capacidad para identificarse con el paciente y creer así en lo que hace falta y satisfacer sus necesidades tan pronto le sean indicadas, ya sea por medio del lenguaje verbal, no verbal o preverbal.
Entonces no sólo, como señaló Freud "revela [al paciente] el significado secreto de sus ocurrencias" sino que utiliza la interpretación para significar cuidado materno. El marco analítico es un medio para el crecimiento personal y no exclusivamente para poder brindar una traducción convincente de lo inconsciente.
Si son las tendencias innnatas a la integración y el crecimiento las que producen salud, y no la provisión ambiental, entonces resulta axiomático que la labor analítica la haga el paciente.
Así, Winnicott puede hacer una comparación directa entre el bebé que emite una señal para la madre y el paciente que habla en el análisis. Es muy importante, excepto cuando el paciente hace una regresión a la más temprana infancia, que el analista no conozca las respuestas salvo en la medida en que el paciente le brinda los indicios. Las interpretaciones mágicas impiden la separatividad del paciente y lo despojan de una mente propia.
Contrario al "analista silencioso", Winnicott intepreta porque si no lo hago, el paciente tiene la impresión de que entiendo todo. En otras palabras, retengo cierta cualidad enterna al no acertar del todo, o incluso al equivocarme.
Winnicott cree que el niño sabe qué le interesa; tal como sucede con la espátula, es imposible obligar al paciente a tragarse la interpretación. Está allí para que se la utilice tal como Winnicott señala que se utiliza el objeto transicional, no para reverenciarla, copiarla o acatarla.

Jugar es el proceso de encontrar lo que nos interesa a través del placer, pero por definición constituye un estado de conocer transicional, creativo en virtud de lo que siempre está inconcluso. Y desde luego, si bien es posible jugar con las palabras, el juego no es exclusivamente verbal.

Podemos comprendender por qué la gente odia tanto el psicoanálisis: es que ha penetrado mucho en la personalidad humana y representa una amenaza sobre la necesidad humana de permanecer secretamente aislado.


Adam Phillips: Winnicott. Lugar Editorial.

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