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Paz y Ciencia

domingo, 7 de septiembre de 2008

Falla por imposición de la otredad

Un sujeto actúa o es actúado por una fuerza, piensa o es pensado, existe un verbo al que va vinculado, puede que otro objeto y así seguiríamos.
Puede existir una falla, una quiebra, fisura, microlisis por erosión, por la acción de esa fuerza, que puede actuar también por omisión. En el caso del título estaríamos hablando de imposición, como en la "Ceremonia que usa la Iglesia católica para transmitir la gracia del Espíritu Santo a quienes van a recibir ciertos sacramentos colocando las manos sobre sus cabezas" (DRAE), si esa definición de la imposición de manos puede ser útil.
En el comportamiento humano, tan cercano a la ética y a las sinapsis al mismo tiempo... hay acción y omisión, se peca multifactorialmente.
Cuando hay imposición de un criterio rígido e inamovible ya no hay un entorno validante, certificador de la buena disposición del otro, reconocimiento de su identidad. En esto dicho tan difícil y tan fácil de entender se basan gran cantidad de problemas humanos, de infinita expresión y método de manifestación (política, trabajo, familia, pareja, criterios diagnnósticos DSM, etc).
El narcisismo es una palabra pervertida, usada ya casi sólo para referirse a lo peyorativo y descriptivo, perdiendo su énfasis libidinal. Argamasa es de los vínculos, casi tangible, a veces se puede ver a modo de ladrillos: cercando a un individuo, generalmente sufriente o portador de problemas.
La falla por imposición de la otredad ha sido bien estudiada desde Spitz, Mahler, Sullivan, Winnicott y otros.
Por explicarlo a modo de viñeta podríamos mencionar el Estadío del Espejo de Jacques Lacan. En este caso patológico lo que vería el bebé, o el sujeto que requiere de una imagen especular sería un espejo de Alicia en el País de las Maravillas que refleje "la voz de su amo". Dicho de manera potente por eficacia para colegir el argumento.
Los efectos son devastadores ya que construyen un "falso self", una segunda piel, una renuncia que abandona lo que de verdadero hay en el interior. Winnicott y los citados arriba estudiaron los primeros años de vida y/o el campo interpersonal, Freud y Klein hicieron minuciosas disecciones de lo interior y el mundo externo de una manera probablemente más centrada en el mundo interno y el inconsciente como factores determinantes de la relación con los objetos.
Puesto que esta segunda mirada, la kleiniana y clásica es una dada a priori, nos queda intervenir en el comportamiento, en el mundo interno (como no, lugar que nos ayudará a sacar de la caverna el mito de la patología) y en los vínculos. Desde esos caminos (méthodos, en griego) podremos aproximarnos a los orígenes de esa psique destruída, con falla narcisista por implantación. Decir lo evidente, que es definitivo, el último tamiz es cómo vive el sujeto el hecho de verse envuelto en un ambiente donde su deseo debe ser (no es) el deseo de otro. La finura y sensibilidad con que detecta esas angustias persecutorias deben ser estudiadas sin teorías ad hoc. En todo caso, el rico bagaje que proporcionan las ciencias humanas, las neurociencias, la literatura y otras artes permite aproximarse a la clínica con una cautela y humildad mayor que la que podemos leer con demasiada frecuencia en libros académicos y otros tratados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente. Esta página ha sido todo un hallazgo y por lo mismo, una joya en si.
Felicitaciones y gracias desde Perú.

María Asunción dijo...

Estoy investigando desde su libro, la técnica del clown...me ha sido de mucha utilidad...seguiré estudiándolo...
Gracias!