Hablar con tu problema...
Si te es difícil el método anterior para analizar tu problema, también es posible “personificarlo” para acceder a las emociones escondidas. El truco es darle voz, oído y expresión de modo que pueda hablar contigo, escucharte y reaccionar ante el diálogo. Es posible personificar cualquier problema o dolencia física.
Actuarlo y hacer que otros actúen, esto sería como hacer constelaciones familiares. De las mismas hablaremos en otro encuentro.
Paso a detallarte brevemente los pasos
Los pasos a seguir son sencillos:
- Imaginas a tu problema delante con un rostro y le preguntas:
¿Quieres decirme algo?
¿Cómo te sientes?
¿Cuál es tu función?
¿De qué me proteges?
¿Qué les dirías a las personas con las que me relaciono?
¿Qué te responderían esas personas?
- Ahora hazte las siguientes preguntas a ti mirando el rostro de tu problema.
¿Qué haría si no te tuviese?
¿Qué te diría?
¿Qué te tendría miedo a decir?
¿Por qué quiero que sigas ahí?
¿Qué sería lo malo de sanar?
¿Qué podría hacer yo por ti?
El objetivo de todo el diálogo es identificar y apuntar las respuestas emocionales tanto tuyas como de la personificación de tu problema. No te pierdas en un diálogo con tu problema o en una búsqueda de razonamientos. En cuanto tengas las emociones intenta recordar cuándo las sentiste antes en tu vida.
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