Marina realiza un recorrido extraordinario a través de la emoción de la angustia y los miedos patológicos. Hace referencia también a las fobias sociales y en la parte final del libro trata como ninguno la valentía. De hecho el propio autor lo describe como un tratado sobre la valentía.
Consigue transportar al lector a través de una regla natural el viaje por el país del miedo, que tiene sus inicios en la neurología y finaliza con la ética, teniendo cabida tanto los miedos patológicos como los considerados “normales”. Explica por qué unos seres sienten más miedo que otros de su misma especie. Realiza un análisis exhaustivo de los miedos domésticos, políticos y religiosos, todo ello a través de una narrativa clara y ejemplar, junto a un lenguaje limpio y claro, que consigue llegar al lector con una asombrosa simplicidad.
El miedo es un modo de percibir el mundo, surge de la interacción entre lo que siente el sujeto y lo que el sujeto percibe como amenazador. Hay personas más miedosas que otras, parece ser que hay una cierta predisposición hacia la afectividad negativa. Tomando como ejemplo a grandes autores como Kafka, Camus, Virginia Woolf o Rilke, nos acercamos a “personalidades vulnerables”, personas con una propensión a experimentar una gran variedad de emociones negativas- miedo, odio, tristeza- incluso ante la ausencia de estímulos directos. Pero los genes no determinan comportamientos complejos. La afectividad negativa funciona como matriz emocional, es parte del temperamento, que va concretándose mediante hábitos aprendidos, se va convirtiendo en carácter.
Hasta aquí ha sido un libro de psicología. En la segunda parte del libro entramos en el campo de la ética con la aparición de la valentía. El ser humano anhela vivir sin miedo. Marina considera que es la valentía la que define nuestra esencia. La valentía se mueve en el campo de la inteligencia creadora, nos separa de los animales, de la selva.
Todas las culturas han elogiado el valor, al principio estaba unido a la figura del guerrero, pero luego se fue democratizando. En un recorrido por la filosofía- Sócrates, estoicos, filósofos medievales y los “Siete Samuráis” de Akira Kurosawa- llegamos a la conclusión que el valiente es el que hace el bien: un acto de valor es aquel que se realiza con integridad, fortaleza y lealtad. A la que unimos el afán de emprender cosas grandes y no embarrarnos con minucias. Esto debe estar acompañado de tesón para realizarlas y acabarlas.
Esta idea moralizadora de la valentía no viene de la realidad sino de un proyecto, un modelo de vida propuesto por la inteligencia. Es el salto de la psicología a la ética. Forma parte del Gran Proyecto Ético defendido por Marina desde la publicación de su Ética para náufragos.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo N° Col.: A-1324
Psicoterapeuta. Zaragoza. Tratamiento Online y Presencial (Gran Vía 32, 3° izqda.)
Teléfono: 34 653 379 269
Instagram: @psicoletrazaragoza
Página Web: www.rcordobasanz.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario