A través de la pregunta con respecto a posibles implicaciones familiares de determinados miembros de la familia, el trabajo con constelaciones familiares ha conducido a un concepto de familia ampliado, un concepto que comprende a todos los que son incluidos en la conciencia colectiva grupal de la familia. En ese sentido pertenecen todos los hijos, es decir, nosotros mismos y todos nuestros hermanos y medio hermanos, también los que nacieron muertos, también los que nacieron fueron dados en adopción, los que nunca fueron mencionados y los abortados. Pertenecen, asimismo, los padres y todos sus hermanos, sobre todo cuando tuvieron un destino singular, y, en ocasiones, también los bisabuelos.
Además de los parientes de la misma sangre, también pertenecen todos aquellos que de alguna manera sufrieron un perjuicio causado por la familia o por cuyo destino o muerte la familia obtuvo algún beneficio, por ejemplo, las parejas anteriores de padres o abuelos que dejaron su lugar o que fueron obligados a liberarlo. En ese contexto también pertenecen todos aquellos que fueron víctimas de crímenes y de violencia de los familiares, y, por el vínculo especial que surge entre víctimas y perpetradores, también pertenecen aquellas familias en las cuales hay víctimas de crímenes violentos y sus asesinos. Todos ellos constituyen el destino común de la familia.
Stephan Hausner: "Auque me cueste la vida. Las constelaciones familiares en casos de enfermedades crónicas y síntomas persistentes". Prólogo de Joan Garriga. Plataforma Editorial, 2017.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Zaragoza. Adultos, Parejas, Adultos.
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