Hace unos días hablaba del Trastorno Bipolar y su comorbilidad con el Trastorno Límite, sabéis que en la Clasificación Internacional de las Enfermedades esto se llama Trastorno de Inestabilidad Emocional, con dos subtipos: Límite e Impulsivo.
He encontrado en un libro muy recomendable del Dr. Eduardo H. Grecco, titulado "Constelaciones Familiares y Bipolaridad". En este texto explica de manera cercana y certera unas vivencias que aquellos que sienten un vacío emocional, están desorientados, despistados, disociados, deprimidos o han perdido la esperanza puede servirle para reflexionar y, quizá, servir de espejo donde poder encontrarse y servirse de herramientas para poder seguir adelante con más firmeza.
Es un texto hermoso.
Eduardo H. Grecco. "Constelaciones Familiares y Bipolaridad". Ediciones Continente. 2015. Buenos Aires. Argentina.
ESPACIO BIPOLAR
"Es frecuente que las personas bipolares se sientan aparte, incluso aisladas, del mundo. No sólo por el eterno y doloroso aspecto de sentirse incomprendidos, sino a raíz de una sensación recóndita, subterránea y oscura de no pertenecer a ningún sitio y, a veces, de no habitar un cuerpo, de no anidar en ninguna familia y de no arraigar en ninguna identidad.
Esto hace que, para la mirada exterior, parezcan sentirse especiales, diferentes, desiguales. Dentro del estigma social, los bipolares aún se viven como diversos y, en extremo como "extranjeros expatriados".
En la intimidad de su mundo personal, quien perdura en la dualidad oscilante se considera parte de un género de seres humanos que permanecen al margen del universo, al cual, en verdad, pertenecen. No ponen su mirada exclusivamente en los grupos y círculos de los cuales son una fracción, sino también en todo el territorio que es ajeno.
Este sentir tiene un punto de inflexión curioso: por momentos es como si no habitaran en ninguna parte, ni en la tierra ni en el cielo. Les resulta distante creer en algo divino, tanto como tener fe en lo humano. Ni el alma ni el cuerpo satisfacen su clamor de saciedad. Pareciera que no fueran de aquí ni de allá, y que vivieran en un espacio que profetizan pero en el cual no moran, dando la imagen de nunca sentirse en casa, en el sosiego hogareño. De ese modo, radican pero no conviven, consumen pero no se alimentan, hablan pero no expresan.
El efecto de la constancia de este movimiento emocional, paradójico, arduo de comprender para quien es ajeno a este sentir es, a pesar de que parece lo contrario, una secuencia psíquica coherente y sin grietas. Este modo de ser revela la originalidad de un recurso cognitivo que esconde atajos del conocimiento creativo, algo que una persona forastera del trascurso bipolar jamás recorrería.
Al intentar revelar la complejidad de la "creación bipolar" se deriva una consecuencia misteriosa: la presencia de un cierto anacronismo totalmente vinculado a la condición existencial de nuestro momento histórico, pleno de paradojas y melancolías, de autodestrucción y contrasentidos.
De alguna manera, brota de un modo natural la idea de que la "creación bipolar" es un desgarrador testimonio de nuestros tiempos, que intenta trascenderlos, ambicionando vivir fuera de ellos, pero, a la vez, narrando con su ruina las ruinas que vive la humanidad".
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo. Zaragoza. Terapia psicológica
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