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Paz y Ciencia

martes, 17 de abril de 2012

Grupos Balint


Los primeros "grupos Balint" comenzaron a funcionar en diversos países del mundo occidental (principalmente en Francia, donde se contó un centenar en 1975) a finales de la década de los cincuenta. Deben su nombre al inglés Michael Balint, que fue el primero en aplicar al ejercicio de la práctica médica los descubrimientos de Freud, definiendo un nuevo estilo de relaciones entre el terapeuta y el paciente. A través de escritos como "El médico, du enfermo y la enfermedad", Balint prosiguió hasta su muerte -acaecida en diciembre de 1970- una obra destinada a tener gran influencia en la evolución de la medicina y la psicología.
Nacido en Budapest el 3 de diciembre de 1896, diplomado en psiquiatría, al término de sus estudios de medicina, Michael Balint se orienta hacia el psicoanálisis y se convierte en uno de los colaboradores de Sandor Ferenczi, discípulo de Freud. Director del Instituto de Psicoanálisis de Budapest en 1939, emigra a Inglaterra al comienzo de las hostilidades y presta sus servicios en diversos establecimientos hospitalarios. Cuando se firma la paz, se instala definitivamente en la capital británica, donde, en 1969, lo designan presidente del Insituto inglés de Psicoanálisis.
En la Tavistock Clinic de Londres, rodeado de especialistas, Michael Balint logra sopesar mejor las dificultades del cuerpo médico frente a ciertas enfermedades (denominadas "nerviosas" o "imaginarias") que no responden a tratamientos habituales. El movimiento psicosomático -animado por analistas y médicos- demuestra la correlación entre las enfermedades orgánicas y los problemas de la personalidad, pero no logra prescribir en el plano práctico, tratamientos eficaces. Al considerar la pareja enfermo-médico, Balint descubre el "medicamento-médico, remedio principal de la práctica facultativa, aunque el menos estudiado en nuestros días, tanto en medicina como en psicoanálisis".
En los problemas que se refieren más a dificultades emocionales que a causas físicas (como los que se encuentran en reumatología, ginecología o clínica general), el enfermo aspira a una relación más personal con su médico que la clásica: un rápido interrogatorio y la correspondiente prescripción. "Es necesario que el médico puede recetarse a sí mismo", ha dicho Balint, pero no está en condiciones de hacerlo si antes no ha estudiado su propia actitud frente al paciente y aclarado los problemas inconscientes que le impiden dialogar con él. A esto se han dedicado los "grupos Balint".
En ningún caso se trata de psicoanálisis de grupo. Una docena de médicos se reúnen en sesiones semanales o quincenales. Allí se expone con detalle uno de los casos tratados, en presencia de un analista (o "líder"). Este centra el debate en las reacciones psicológicas del terapeuta frente al caso (que desarrolla inconscientemente sus propias angustias, su miedo a la muerte, su agresividad), dejando a cada uno a cargo de la tarea de modificar su personalidad.
Este método, demasiado exigente para el médico, muestra una generalización difícil. Desde el punto de vista de los analistas es, con todo, "el único capaz de aportar el correctivo humano indispensable al exceso de tecnicismos al que tienden los estudios y la práctica médica".
Actualmente, se siguen realizando estos grupos, por ejemplo, entre médicos de atención primaria y en hospitales. Aquellas personas que lo han realizado han tenido muy buenas experiencias, ya que les ha aportado otro enfoque y el trabajo ha contribuido a que entiendan lo que a ellos pertenece de las colusiones entre paciente y terapeuta. Además es una experiencia de crecimiento y conocimiento de "puntos ciegos" del terapeuta.

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