martes, 11 de noviembre de 2008
Trastorno Límite (TLP). Aspectos informativos. 2
Trastorno Límite (TLP). Aspectos informativos.
El paciente borderline o con inestabilidad emocional sufre y hace sufrir.
Escojo las dos denominaciones porque existen personas con el trastorno borderline. En este caso la predominancia consiste en fluctuar de la neurosis a la psicosis, esto significa síntomas disociativos, ideación paranoide transitoria y patología psicótica y funcionamiento esquizoide que linda con lo esquizotípico (TP) y lo esquizoafectivo (trastorno del eje I).
El paciente con trastorno de inestabilidad emocional, dicho aquí, se refiere a aquél cuya manifestación fenomenológica y psicodinámica circula más por el espectro afectivo, su estado de ánimo fluctúa. Es operativo distinguir esquemáticamente ambas manifestaciones. Existen muchas y ricas descripciones. En el DSM se habla de trastorno límite, en la CIE-10 de inestabilidad emocional subtipo límite y subtipo impulsivo.
Lo borderline es lo cercano a la psicosis y la inestabilidad emocional lo cercano al espectro bipolar. El tratamiento farmacológico es distinto y la psicoterapia también. El yo de una persona borderline está más fragmentado, menos madurado, ha progresado menos en la línea libidinal y funciona con un narcisismo persecutorio. El paciente con inestabilidad emocional opera con fluctuaciones del estado de ánimo, que pueden durar instantes, horas, días y tienen un funcionamiento psicodinámico más evolucionado, su narcisismo es maniaco.
En el primer caso (borderline) los fármacos son los antipsicóticos, en el segundo (inestabilidad emocional) los medicamentos son los eutimizantes (anticomiciales) y los antidepresivos. La realidad práctica es que ambas medidas farmacológicas se combinan en muchos pacientes porque se trata de una patología “sin límites”, permeable, plástica y elástica en su rigidez y persistencia.
Es sencillo identificarse con alguna de las características de este trastorno porque existe una neurosis polisintomática: fobias, depresiones, ansiedad, trastornos somatomorfos, manía, etc.
Sin embargo la estructura del TLP se detecta por quienes rodean a la persona y por el impresionante grado de sufrimiento que siente la persona afectada, aunque a veces no tenga conciencia de enfermedad. Tener rasgos de un TP no es una enfermedad, todos tenemos rasgos, por ejemplo ser moderadamente obsesivo es lo que le podríamos pedir a muchas personas en cuanto a orden, disciplina, perfeccionismo y cuidado meticuloso en lo que se hace. Eso no hace a la persona un enfermo.
El trastorno borderline es el fenómeno psicopatológico y el motivo de estudio psicodinámico más apasionante de estos tiempos. El grado de sufrimiento y el desconcierto en los terapeutas es tal que los fracasos en los tratamientos y la baja adherencia a los tratamientos ya presumen una persona difícil asociada al concepto de TLP.
Cada vez se avanza más, hay mejor información y estudios empíricos que avalan una larga trayectoria de trabajo y experiencia en tratamiento con estas personas. En Zaragoza es de destacar la Unidad de Trastornos de Personalidad. Pionera.
No soy partidario de los ingresos, es el último de los recursos posibles pero puede ser útil si corre peligro la vida del afectado o de quienes le rodean.
Estudiar el TLP es estimulante, trabajar con personas con TLP en psicoterapia es fascinante, su radar es capaz de detectar mínimos cambios, desde expresiones faciales hasta actitudes, en ocasiones pudiendo producirse un sesgo en su creencia.
Si ustedes conocen alguien con TLP consulten con un profesional, si usted cree tener TLP pida ayuda. El TLP se manifiesta desde el final de la adolescencia y sus síntomas son inequívocos, existen unos criterios diagnósticos. Hay fenómenos comunes como la impulsividad, el pensamiento dicotómico, ideas autolíticas, vacío o hastío vital, aburrimiento, angustia, desánimo y una ingente cantidad de síntomas.
Aceptar tener este trastorno es un paso importante, para ello hay que dar con una persona que diagnostique, que considere que va a ser útil hacerlo y que eso no hará caer en una profecía autocumplida al sujeto etiquetado. La mimetización de estas personas relacionada con una autoimagen inestable, un trastorno de identidad, tiene relación con que puedan cambiar de color en función del entorno para encajar, también en el diagnóstico.
La visión aquí mostrada es muy ligera, la sintomatología es dolorosa, el grado de sufrimiento de afectados y familiares es descomunal y la información en medios de comunicación sobre esta patología es muy pobre. Existen borderlines muy funcionales, con trabajo, con aptitudes creativas y con un alto rendimiento intelectual. Sin embargo, el problema de fondo es lo emocional y cómo se gestionan las relaciones interpersonales. Además es imprescindible señalar una vez más el autoconcepto del sujeto que mucho determinará el tipo de recursos y mecanismos de defensa que empleará para aliviar la ansiedad. Esto lo gestiona una psicoterapia y puede resultar fascinante si dan con alguien que conozca el trastorno y que disfrute trabajando con estas personas en consulta. rcordobasanz@gmail.com--Martes, 11 de Noviembre de 2008
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1 comentario:
Hola. Yo sufro este trastorno y el TOC, toda una combinación! Me gustaría que pasaras por mi blog a ver qué te parece. Saludos, Dana.
www.borderstoc.blogspot.com
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