El diagnóstico de un trastorno mental puede llegar a ser una cuestión complicada, especialmente en casos como el Trastorno Límite en los que no existe un test específico que arroje un diagnóstico inmediato.
Lo anterior ha llevado a un problema de detección del Trastorno Límite, que sigue sin diagnosticarse en muchos casos y otros tantos, siendo confundido con otras patologías, como por ejemplo la bipolaridad, una de las enfermedades con las que más suele confundirse el Trastorno Límite.
El Trastorno Bipolar y el Trastorno Límite de la Personalidad suelen ser confundidos debido a que presentan síntomas similares como cambios de humor extremos, irritabilidad y conductas impulsivas. Además, son dos de los trastornos más vinculados a los intentos de suicidio, siendo el Trastorno Límite de la Personalidad el trastorno de personalidad que más se ha ligado al suicidio. No obstante, son dos enfermedades mentales totalmente diferentes:
Diferencias entre el Trastorno Límite de Personalidad y el Trastorno Bipolar
El Trastorno Límite de Personalidad se caracteriza por estados de ánimo, comportamientos y relaciones inestables. También tienen un bajo sentido de autoestima lo cual lleva al sujeto a autolesionarse o tener tendencia suicida, un miedo al abandono por parte de sus allegados, así como conductas de riesgo y estados de ánimo intensos, produciendo ciclos rápidos de hasta varias veces en un día, es decir, cambios en el humor continuados. Estos cambios de humor pueden durar horas.
Como su nombre indica, es un trastorno de personalidad y no un trastorno de ánimo como el Trastorno Bipolar. No tiene presencia de euforia y el nivel de impulsividad es estable y constante. Es decir, el Trastorno Límite de Personalidad tiene más que ver con las relaciones interpersonales de cada persona y es más constante que la Bipolaridad.
El Trastorno Bipolar se caracteriza por sufrir altos y bajos extremos en el estado de ánimo, como puede ser ir de la euforia a la depresión, teniendo descansos entre estos cambios de humor que suelen ser duraderos y estables. Estos cambios suelen durar días, incluso semanas y meses. No se le relaciona con las relaciones interpersonales del sujeto y es menos constante que el Trastorno Límite de Personalidad.
Las personas con Trastorno Límite de Personalidad suelen tener muy mala imagen de ellos mismos, sintiendo que no valen nada y tienen un gran pánico a ser abandonados por las personas de su alrededor, lo que le lleva a buscar relaciones empáticas. Suele ser un sujeto que siempre mantiene contacto con la realidad, a diferencia de la persona con Bipolaridad que puede perder ese contacto con la realidad en algunos casos muy graves. Además, las personas que sufren Trastorno Límite son siempre más impulsivas.
Como hemos comentado, el Bipolar es un trastorno del estado de ánimo, vinculado a la euforia que aparece sólo en la fase maníaca. De hecho, pueden existir períodos libres de síntomas. Al igual que la impulsividad, que sólo se presenta en fases maníacas/hipomaníacas, pero en las personas con Trastorno Límite es constante.
Los sujetos con Trastorno Bipolar pasan de tener la autoestima elevada a fases depresivas. No se pasa muy rápidamente de un estado a otro. Esta es la principal diferencia con el Trastorno Límite. Y además, por lo general, no tienen una dependencia emocional hacia sus allegados, como ocurre en el Trastorno Límite de la Personalidad.
Existen diferentes diagnósticos de Trastorno Bipolar dependiendo de si se ha sufrido, al menos, un episodio maníaco o, al menos, un episodio depresivo mayor o un episodio hipomaníaco. La manía es más grave y causa mayores problemas que la hipomanía. Algunos de los efectos son: fracaso académico u ocupacional, rechazo escolar, aislamiento social, abuso de sustancias nocivas o conductas autolesivas.
Los diferentes factores de riesgo en el Trastorno Límite de la Personalidad y en el Trastorno Bipolar
En cuanto a los factores de riesgo, en el Trastorno Límite de la Personalidad son el abandono en la niñez o adolescencia, la vida familiar disociada, la comunicación deficiente en la familia y el abuso sexual, físico o emocional. Lo cual pueden ocasionar trastornos de otros tipos, como un trastorno en la alimentación, trastornos de ansiedad, u otros tipos de trastorno de la personalidad,etc. En el Trastorno Bipolar, también puede ser trastornos de otros tipos, como del sueño, conflictos interpersonales, laborales, estrés excesivo, mal balance de la vida o suspensión brusca de los medicamentos, los que podrían ocasionar bipolaridad.
Diferencias en el tratamiento del Trastorno Límite de Personalidad y del Trastorno bipolar
En el TLP el tratamiento es algo complejo: la piedra angular es la psicoterapia. Es decir, incluye el tratamiento psicológico como parte principal y el tratamiento farmacológico como complemento fundamental para síntomas ansiosos o depresivos.
Contar con el apoyo de profesionales cualificados es de gran importancia en el tratamiento, por lo que la terapia individual y familiar es esencial. Un gran número de los pacientes que se tratan consiguen mejorar completamente o al menos en gran medida.
El tratamiento psicológico consiste generalmente en una sesión semanal de terapia individual a veces incluyendo como complemento terapias de tipo grupal más orientadas a dificultades específicas de cada paciente. Así como talleres, entre los que destacan la musicoterapia o el mindfulness.
Sin embargo, la piedra angular en el tratamiento del Trastorno Bipolar es la farmacología: se trata farmacológicamente, pudiendo conseguir reducir los síntomas en mayor medida durante incluso años. Los tipos y dosis de medicamento se recetan según los síntomas del enfermo. Estos pueden ser estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos, antidepresivos o antidepresivo-antipsicótico. No obstante, también existen tipos de terapia que pueden ayudar como la psicoeducación, esencial para este tratamiento, la terapia interpersonal, la terapia cognitiva conductual o la terapia centrada en la familia. Estas y la combinación de psicofármacos correctamente recetados serán el tratamiento que mejor funcione.
No debemos pasar por alto comportamientos o pensamientos suicidas, ya que la rápida eficacia en estos casos es fundamental, por lo cual, en estos casos extremos se deben tomar acciones inmediatamente, como llamar al 012.
No siempre será fácil diferenciar ambos, es por esto que en ocasiones, se pueden confundir el TLP con el Trastorno Bipolar. Si crees que puedes tener TLP, deberá evaluarlo un especialista en la materia para que, en caso afirmativo, el tratamiento se ajuste a las necesidades del paciente.
Finalmente, en ambos casos, se necesitará un cariño especial de la gente más allegada al enfermo, ya que este será un factor determinante en todos los sentidos. AMAI-TLP.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Clínico Zaragoza y Psicoterapeuta. N° Col.: A-1324. Teléfono: +34 653 379 269. Página Web: www.rcordobasanz.es Instagram: @psicoletrazaragoza
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