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Paz y Ciencia

sábado, 11 de febrero de 2012

Ética Profesional y Ensayo sobre la Ceguera

Cuando un paciente acude a la consulta y nos pregunta qué le pasa debemos explicárselo. Yo soy partidario de hacerlo descriptivamente, de forma que también él o ella pueda ir reconociendo en sí mismo sus actitudes y conductas. Esto no siempre es posible. La ética profesional conlleva el ser sincero, honesto y transparente con el paciente sin hacerle daño pero siempre advirtiéndole de qué sería lo mejor para mejorar su calidad de vida. No hacer esto significaría realizar un trabajo poco serio, sin ética profesional. Pongamos por caso a un paciente que está delirando y que continua en su delirio negando estar enfermo y que el proceso terapéutico pueda incluso llegar a reforzar sus trastornos del pensamiento, si no se le confronta con la realidad. Bien pudiera ser que si este paciente es difícil pueda digerir mal esa intervención y huir del espacio terapéutico para seguir buscando alguien que sin prudencia alguna le diga que está sano. Esto no le permite tomar conciencia de sus dificultades, de sus conductas, actitudes, cogniciones, sentimientos, etc. Yo puedo entender que el enfoque psiquiátrico pueda resultar invalidante con etiquetas cruentas. Yo no trabajo con la nosología psiquiátrica pero la conozco por formación y experiencia profesional, como corresponde a cualquier psicoterapeuta serio. El no emplear esas etiquetas de la APA no significa que tengamos que estar ocultando a los pacientes y diciéndoles lo que quieren oir. Eso no es ético. La verdad a veces resulta dolorosa pero aceptarla ayuda a tomar medidas adecuadas para vivir mejor, que es el objetivo de la psicoterapia.
Antes ponía el ejemplo de reforzar un delirio, si no se interviene en un caso de trastorno de pensamiento y se confronta con la realidad, el paciente va a continuar teniendo problemas y la psicoterapia le podrá producir un sostén valiosísimo pero no se podrá curar. Hay que aceptar y tolerar la frustración, también el terapeuta, tiene que tolerar esa frustración y entenderlo como parte del trastorno, contemplar a pacientes que no quieren tomar las medidas oportunas para curarse en según que casos puede ocurrir. Nadie puede obligarles a hacerlo. Ellos pueden elegir su camino, pero si uno construye una psicobiografía puede darse cuenta nítidamente de que esa persona ha sufrido, está sufriendo y seguirá sufriendo si no se toman las medidas adecuadas.

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