La importancia del vínculo en el coaching

En el escenario se encuentran tres protagonistas y con diferentes
papeles. Coachee, coach y la relación que se establece en el proceso de
coaching.
Si el coachee es el protagonista principal, quien construye el argumento,
el coach facilita que el coachee consiga llevarlo a la práctica y la relación
es la vía que permite que ambos desempeñen óptimamente su rol.
La confianza se crea a partir de la honestidad en la relación y la base
de la honestidad es ofrecer y demostrar el saber ser, estar, y hacer a
través de competencias. Para ello es necesario un buen entreno
profesional en este rol de coach así como desarrollo personal y humano.
La intervención del coach no es para instruir o asesorar. Podría decirse
de forma metafórica que el coach actúa como caja de resonancia del
coachee. Si el principio de la mayéutica está ligado al coaching en “no
puedo enseñaros nada, pues el saber está dentro de ti”, el efecto de la
caja de resonancia es que el/la coachee pueda acelerar esa toma de
conciencia.
Requisitos para establecer relación de coaching:
El primer requisito para establecer una relación de coaching es
comprometerse ambas partes con el proceso. Para ello es importante
distinguir entre objetivo a alcanzar e ilusión por alcanzar un objetivo.
Así durante el proceso se calibran pros y contras e implicación de otras
personas. Para que este compromiso por parte del coachee sea posible
han de converger, que quiera y que pueda.
Aceptación de acompañamiento. Desde el conocimiento de lo que
implica el proceso.
Gestionar la adversidad favorece la resiliencia emcional. Es habitual
hacer el simil entre un entrenamiento de deportista de élite y un proceso
de coaching. El detalle más relevante es que estos deportistas dedican
el 80% de su tiempo a entrenar, tiempo en el que está previsto que
cometan errores y con el fin de actuar en el momento de la competición
con total destreza y en tiempo record.
“El desafío para los próximos años será diseñar programas eficaces
para que los médicos del siglo XXI tengan a partes iguales los
conocimientos técnicos más evolucionados sobre las enfermedades, así
como la Inteligencia Emocional necesaria para establecer una
comunicación clínica efectiva y positiva con sus pacientes”. Artículo
publicado en Infocop online 2010 La relevancia de la inteligencia
emocional en la medicina.