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Paz y Ciencia

sábado, 27 de agosto de 2011

LLorar

El llanto es una manera de expresar sentimientos, en la sociedad donde vivimos y en especial en algunos grupos y en función de contextos, el llorar está visto como algo ligado a lo femenino. Nada más lejos de la realidad.


LLorar es un acto de salud, es una manera de drenar los sentimientos, de expresar y de sacar hacia el exterior el reflejo de nuestra alma.

Escribir de un modo impersonal supone un excurso pseudointelectual vacío de sentido.

LLorar es algo sano, se puede llorar por situaciones extraordinariamente bellas como el deleite por la naturaleza o de contemplar la emoción de otra u otras personas y se puede llorar por sufrimiento personal o ajeno.

LLorar, dicen los más biologicistas, también corre paralelamente a la expulsión de ciertas catecolaminas que contribuyen a recuperar la homeostasis del organismo.

LLorar también puede ser un gesto indicativo para pedir auxilio, lo que alguno llamaría "histrión", es decir, que existen personas que, si me permiten comentar algo que me está viniendo a la memoria, relaciono el libro de Thomas Szasz: "El mito de la enfermedad mental", donde muy resumida y esquemáticamente se puede decir que la histeria es un trastorno de la comunicación. Szasz se refiere a los síntomas conversivos como una semiótica errada.

Esta también puede ser una veta del llanto, no obstante esto se ve en un determinado tipo de personas sufrientes.

Por lo común, llorar no tiene este tipo de significados y hay que verlo como el correlato de un sentimiento que se despierta ante un estímulo reactivo.

Voy a contar un pequeño detalle clínico del significado a nivel psicopatológico del llanto; la vida, la naturaleza está llena de ejemplos de reacciones espontáneas.

El ejemplo es el siguiente: Una joven de 25 años refiere que llora para que le den un abrazo, para que le den cariño, para que le presten atención, para que le quieran. Transmite que su novio tiene una forma de esquizofrenia, maticemos que la frialdad es una característica de este joven compañero.

La historia es la de un padre con trastorno obsesivo compulsivo y una madre que comenzó con una profunda depresión que no ha remitido desde el nacimiento de la joven mencionada. Ella vive con su madre, sus padres están separados y tras los inicios del tratamiento piensa en no quedarse a vivir ni con su madre ni con su padre, piensa en la posibilidad de irse a vivir sola "por sus manías". Sin embargo no tiene recursos económicos para hacerlo.

Comento sucintamente la historia porque considero vital importante la atmósfera donde ha crecido esta joven, en la que no ha sentido amor, no ha visto amor y como diría Albert Bandura, el padre del concepto de aprendizaje observacional, el modelado de esta joven ha sido el transmitido. Es fácil pensar (aunque con cierto determinismo) que su padre le ha dejado como legado su carácter obsesivo y su madre el componente victimista.

Siguiendo con este ejemplo puedo ir tirando del hilo y comentar que se suele dar en personas deprimidas el pensar que la responsabilidad de su cura está fuera de ella, lo que se llama "locus de control externo". El trabajar para que la persona se vea protagonista de su tratamiento es parte de los inicios del trabajo que se pueden demorar en el tiempo en función de lo refractario que se muestre el paciente.

Como podemos ver el llanto tiene muchas vertientes; un llanto de alegría, un llanto de tristeza, un llanto de llamada de auxilio.

LLorar también forma parte de la sensibilidad de la persona, un sentimiento es la representación mental de una emoción, una imagen mental que despierta una serie de reacciones fisiológicas que da como resultado el llanto. Para ello, la persona ha de acercarse a esa imagen mental y reaccionar, conectando esa representación mental con los contenidos de sus módulos mentales, con sus recuerdos y como no, de una manera concéntrica al self.

Por ello, una persona que ha perdido alguien significativo en su vida, o que ha vivido en el pasado situaciones ambiguas o difíciles, o dolorosas, tiene una fuerte conexión que se manifiesta de manera muda en unos casos y otras con la aparición del llanto. Es decir, la psicobiografía es fundamental para entender quién es la persona en ese momento, esta es la razón por la que los psicólogos y algunos psiquiatras tienen la paroxística imagen en el cine de indagar el pasado.













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