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Paz y Ciencia

domingo, 21 de agosto de 2011

Generosidad

La generosidad es un elemento fundamental de la salud, a nivel individual y a nivel vincular. Podemos observar que alguna suerte de pacientes no piensan demasiado en el otro. Otros sin embargo piensan más en los otros para eludir el contacto con su situación. En vacaciones y en las parejas que podemos llamar "modernas" la reciprocidad es mayor que la clásica relación de hace 50 años. Donde el papel de la mujer estaba supeditado al del hombre, siendo una posición de asumir las actitudes y hasta órdenes del marido. Es la tradición española de una familia donde el padre tiene el control de lo que pasa en la familia, desde la mujer, los hijos y los nietos.


La generosidad en vacaciones es fundamental para evitar conflictos, la familia moderna debe trabajar la reciprocidad, buscar puntos intermedios y negociar qué hacer. Mucha parte del malestar se da cuando una persona esta supeditada al otro. Ahora, la mujer y el hombre son trabajadores, además tienen que cuidar de sus hijos y la empresa privada no ayuda a conciliar la maternidad excepto los meses de baja por maternidad, lo demás corre con un descenso en los ingresos.

En verano, a veces se dan casos de desencuentros entre parejas por vivir más intensamente que durante el resto del año, cuando se está trabajando y no hay tanto contacto y comunicación.

Ser generoso es ceder también al deseo del otro, en España decimos, "darle gusto". Es bello tener una relación consolidada donde se puedan hablar las cosas y disfrutar del tiempo compartido. Programar las vacaciones supone ceder en algunas cosas, renunciar a otras y disfrutar de muchas otras. La vida en pareja consiste en ser generosos con el otro. Dar amor y no hacer daño es, en definitiva, un breve resumen de lo que dicen los mandamientos. Y eso ha ido trascendiendo en nuestra cultura.

El problema de no ser generoso consiste en no pensar en la otra persona, en no tener en cuenta sus necesidades o deseos. Recuerdo a una paciente que dijo: "no es el amor ni el sexo lo importante, sino la ternura".

Aunque esta última faceta puede ser confundida con la seducción en un tratamiento creo que transmitir en un ambiente de confianza una sana naturaleza humana es fundamental para el progreso y evolución en el tratamiento. A veces nos obcecamos en seguir los preceptos de los clásicos pero dejamos atrás las necesidades del paciente individual, sujeto singular, al que hay que amoldar una técnica, no el paciente a ésta. No soy amigo de recetarios de tipo programas estandarizados para determinadas patologías porque cada persona tiene su historia y sufre por motivos singulares. Creo que hay que emplear todos los recursos disponibles y trabajar en diversos focos, en función de la necesidad que pueda tener en un momento determinado.

La psicoterapia es interesante cuando no resulta predecible, repetitiva y encorsetada, es muy importante el ambiente generado en el binomio terapeuta paciente.

EL enfermar psíquico muchas veces corre con un alegato en contra de la generosidad, un ensimismamiento en los propios problemas y un olvido de las necesidades de otros. Desde llamadas intempestivas (desesperadas) a los terapeutas hasta movimientos histriónicos para llamar la atención dirigidos a la familia.

Comprendiendo bien las raíces de la generosidad podemos obtener mucha información sobre una persona, es mala señal cuando todo gira en torno a ella. Es un indicativo de que algo funciona mal. La persona, para curarse, necesita un componente de actitud que depende exclusivamente de ella misma. Otro tanto por ciento depende de la personalidad del terapeuta, de su experiencia, sus conociemientos, y lo que es más importante, la relación que se desarrolla entre paciente y terapeuta.

Por ello este trabajo es hermoso, se aprenden diferentes ópticas de la vida y es también una forma de conectar con otras personas de una manera profunda para resolver intelectual y emocionalmente los problemas que pueda tener la persona que solicita ayuda.

Esto ha sido una "morcilla" al hilo de la generosidad y los problemas veraniegos en la familia, espero que sirva para pensar sobre lo bonito y operativo que resulta el hacer un esfuerzo de cambio de actitud para ser más generoso con el otro. Es un tema que tal vez solape la ética con la psicología y desde luego que se podría hablar mucho más extensamente sobre este tema que imbrica la psicología con otras disciplinas y que dice mucho de la naturaleza humana y de sus elementos vinculares.

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