PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

jueves, 29 de abril de 2010

Mitos y Realidad del Trastorno Borderline

Deja de andar sobre cáscaras de huevo. Retoma el control ante el comportamiento de la persona con trastorno límite de la personalidad.

Mitos frecuentes en el abordaje del TLP:

Mito 1: Las personas con TLP no mejoran nunca.
Realidad: Mucha gente con TLP afirma haber tenido éxito con el tratamiento adecuado.

Es difícil cambiar los rasgos de personalidad pero el comportamiento aprendido puede ser desaprendido. Muchos síntomas que tienen naturaleza biológica como la impulsividad puede ser tratada farmacológicamente.
Los terapeutas han sido formados de manera que este trastorno ha sido poco menos que demonizado, siendo etiquetados de pacientes difíciles. Muchos terapeutas no conocen los avances en el tratamiento del TLP: Gunderson, Kernberg, Fonagy, Millon, son algunos de los que han contribuido a ver el TLP de una forma más real, más amplia y más científica.

Mito 2: El TLP es una “definición cajón de sastre”. Es decir, los clínicos le dan este diagnóstico a los pacientes cuando no saben qué les pasa.
Realidad: El TLP deberia ser diagnosticado sólo cuando los pacientes cumplen con los criterios diagnósticos.

Janice Cauwels (1992) escribió: El TLP es todavía un diagnóstico de cajón de sastre, una etiqueta que se planta a los pacientes por terapeutas que intentan aparentar que su enfermedad es entendida. También es usado para racionalizar fallos o errores de tratamiento, para evitar prescribir drogas u otros tratamientos médicos, para defenderse de los asuntos sexuales que pueden haber surgido en la terapia, para expresar el odio ed los pacientes y para justificar la conducta que resulta de tales reacciones emocionales. Es decir, algunos clínicos usan la palabra “borderline” como algunos matones de patio usan la palabra “piojo”. Pero el hecho de que el TLP sea usado como una definición cajón de sastre no lo convierte en una definición cajón de sastre, del mismo modo que llamarle adelgazante a un pomelo no lo convierte en un adelgazante. Un paciente debería ser diagnosticado como borderline solo si cumple los criterios clínicos y sólo después de que un clínico haya trabajado con el paciente durante un tiempo para verificar que los síntomas del TLP son persistentes, intensos y de larga duración.

Mito 3: Las mujeres tienen TLP; los hombres Trastorno Antisocial de la Personalidad.
Realidad: Aunque el TLP es diagnosticado más frecuentemente en mujeres, los hombres también lo padecen.

Según el DSM-IV, cerca del 75 por ciento de los diagnosticados del TLP son mujeres y la mayor parte de los diagnosticados por trastorno antisocial son hombres. Los borderline sienten vergüenza, culpabilidad, dolor emocional y vacío, las personas con TAP, generalmente no.
¿Por qué hay más mujeres diagnosticadas de TLP?
- El abuso sexual, que es común en las historias de la infancia de pacientes borderline, le ocurre más a mujeres que a hombres.
- En esta sociedad las mujeres experimentan más mensajes inconsistentes e invalidantes.
- Las mujeres son más vulnerables al TLP porque son socializadas más dependientes de los demás y más sensibles al rechazo.
- Los clínicos están predispuestos. Los estudios han mostrado que los profesionales de la salud mental tienden a diagnosticar TLP más a menudo a mujeres que a hombres.
- Los hombres buscan ayuda con menor frecuencia.
- Los hombres suelen ser tratados sólo por su alcoholismo o abuso de sustancias; sus síntomas borderline pasan inadvertidos porque se asume que el TLP es un trastorno de mujeres.
- Las mujeres borderline se encuentran en el sistema de salud mental, los hombres están en prisión.

Mito 4: No existe eso del TLP.
Realidad: Más de trescientos estudios de investigación y tres mil artículos clínicos aportan amplia evidencia de que el TLP es una enfermedad psiquiátrica válida y diagnosticable.

Los clínicos pueden afirmar que el TLP no existe por varias razones. No están al tanto de las últimas investigaciones y están desinformados. Pueden creer que el TLP no es un trastorno aparte, sino que forma parte de otra enfermedad como el Trastorno Bipolar o el Trastorno por Estrés Postraumático. Pueden simplemente rechazar la idea de etiquetar a alguien como “borderline” porque piensan que es demasiado estigmatizante, o pueden encontrar casi todos los diagnósticos psiquiátricos limitantes y engañosos.

Paul T. Mason, M.S. y Randi Kreger.

No hay comentarios: