El ser humano está dotado para la vida, sin embargo somos seres sociales como decía Aristóteles. Esto significa que así como los animales comen lo justo, practican ejercicio para mantenerse en forma y cazan por necesidad alimenticia, nosotros hemos desarrollado la gastronomía, el atletismo y la caza deportiva. Somos seres que tenemos libertad para hacer lo que queremos. Sin embargo existe un sentido de la palabra imbécil que desarrolla Fernando Savater en su célebre libro "Ética para Amador". Imbécil viene etimológicamente de im-báculo, con bastón. El sentido de esta imbecilidad no es el mismo que la ignominia intelectual. Imbécil es aquel que no respeta la libertad del otro, la regla de oro de la ética. No obstante el hombre es libre, aunque como diría Rosseau, la sociedad le haga esclavo y le convierta en monstruo, con estructuras artificiosas a su propia naturaleza propias de la cultura.
Ser libre es hacer lo que uno quiere dice Savater a su hijo, no obstante no debemos ser imbéciles y dejar de ser responsables, Freud aquí haría mención al principio del placer y al principio de realidad. El principio del placer es el que deja liberado libremente las pulsiones del ello para conquistar el placer, sería el hedonista. El principio de realidad actúa en base al proceso primario y reflexiona, piensa y selecciona la opción más válida respetando los márgenes.
Un ejemplo de principio de placer sería la muchacha que tiene acogotados a sus padres por satisfacer sus propios caprichos, haciendo llamadas de atención para conseguir su voluntad.
La ética se aprende, el saber vivir se aprende. Wittgenstein decía que todavía no se ha escrito un libro de ética porque si se escribiera explosionaría acabando con el resto de los libros del mundo.
El psicoanálisis y la filosofía se unen al encontrar formas de educar al sujeto para que sea libre, sin esclavitudes conductuales o tóxicas, sin vicios morales, con respeto a sus semejantes.
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