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Paz y Ciencia

martes, 23 de diciembre de 2008

La mano creadora


Querida imaginación, lo que amo sobre todo en ti es que no perdonas. André Breton


Bueno, tal vez hoy podamos hablar del nihilismo creador, propio de aquellas personas que atacan lo que han construido. Se puede ser transgesor y revolucionario y mantener una actitud menos agresiva con respecto al mundo y acaso, uno mismo.
El nihilismo consiste en una actitud negadora pero puede ir ligada a un sujeto creador, cuenta Dario Sor en una entrevista concedida a la gente maravillosa de espaciopotencial, que Lacan era un nihilista en contraposición a Wilfred Bion, éste sin embargo, es por esto por lo que escribo, fue detestado en el país donde vivió aunque fuera de origen hindú, hablamos de la Sociedad Británica de Psicoanálisis.
Y a decir verdad me sorprendo sobremanera indagando en personas creadoras y cómo han sido sus vidas, un buen día una agradable y creativa persona me decía que “la vida de los artistas es muy penosa”, sobre la mesa teníamos una fotografía realizada por ella.

La creatividad es estudiada de manera dispar pero todas esas descripciones suelen ser ajenas a la vida del creador. ¿Por qué esas biografías? Sugiero con una cita: La enfermedad se perfila en el entramado de cada biografía.
Reducir y hacer una cláusula castrante a un sujeto abierto al crear resulta poco recomendable. Bien, me atrevo a pensar en que ese afán creador pueda tal vez tener que ver con una profunda angustia que se necesita sublimar, los niños juegan, los neuróticos crean se huele sin indagar demasiado en la obra de Freud, este último tuvo serios problemas para entender lo artístico al no poder sistematizarlo, aun así trabajó sobre ello y sentó bases para seguir pensando, no se le puede pedir más a este genio, tampoco nos quedemos allí.

Y crear es una forma de vida. Conocer otras maneras de leer la realidad, cuando una persona que sufre y pide auxilio empieza a comprender otros modos de aprehender la realidad estamos ante una señal de flexibilidad cognitiva y eso siempre es interesante para pensar en la capacidad de que ese uno sea otro.
Crear va más allá de escribir o de pintar, crear tiene que ver con lo que el sujeto hace con el objeto, esto es, con la realidad circundante. Por ejemplo, el estar inmerso en una repetición transgeneracional resulta ser un componente que obtura la creatividad y tiene más que ver con la repetición, esto bloquea el seguir siendo. En definitiva uno está representando la realidad en base a la imagen de la realidad de otro. Salir de dicho atolladero resulta complicado. No conozco patrones de conducta estándar para normativizar una conducta ideal. Acaso conocer esa fantasmática en un análisis, pero para un sujeto creativo el análisis puede ser un peñazo. Tampoco me extraña.

La vida de los sujetos creativos que han sufrido es conocida, más por rumores distorsionados y películas que por acercamiento a la vida interna de estas personas, que como brujos/as tienden a ser un poco apartadas. Así que, una vez más la realidad vuelve a cercarlos, y esa fantasía inconsciente que provoca la angustia, sea de la naturaleza que sea, tiene una relación circular con el medio ambiente. Deberíamos tenerlo en cuenta, para no caer en el narcisismo de envidiar a los diferentes, algo así, con otros matices comenta Freud en "Introducción al Narcisismo".

Puede ser interesante el indagar la imagen inconsciente de estas personas, que podemos buscarle cierta equivalencia a la idea de Hartmann sobre el self, que luego redefiniera Winnicott de otro modo, mencionemos también a Kohut.
El sujeto creativo es un ser que puede atender a varias opciones simultáneamente, el pensamiento divergente, una forma de pensamiento que puede ser patológico pero que bien canalizado resulta sumamente atractivo y fértil. Entender a un sujeto creativo no es fácil si nos acercamos desde el prisma de lo normalizado, de lo sancionador y lo estricto. Un sujeto creativo no ve las cosas desde el continente "rígido" que plantea la realidad, para el “lo real” es la realidad, si me permiten el guiño a Lacan.

Suelen aburrirse, si esto lo miramos desde el trabajo de la psicoterapia, insisto, no me extraña, quizás sesiones más vivenciales puedan enriquecer más a estos sujetos, conectar más y mejor y facilitarles la posibilidad de sentirse vivos, de seguir siendo. El lenguaje muerto no ayuda a crear entre dos un ambiente de facilitación para crear, allí, el psicoanálisis tiene terreno ganado por lo abierto del lenguaje, si no se abusa de las interpretaciones y de la forma de presentarlas. Un sujeto creador necesita crear para vivir, mientras tanto rondará mareado y confundido por las entrañas de un mundo que produce sopor y despierta emociones que se encuentran a flor de piel. Sus representaciones las puede actuar en el espacio y por ello, entiendo que el soporte de una fotografía, de un dibujo o de un escrito puede servir (sin artificios) para desarrollar un rapport.
Entiendo que Winnicott y otros creadores como Doltó, Bion, Klein o Lacan hacían énfasis en el papel del otro, en el terreno de lo intersubjetivo y como esa línea “entre” constituye cómo se construye la identidad. Seguiré pensando sobre esto, valga el boceto como mano tendida.

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