Queridos lectores. Hoy es el día de San Valentín, por esta razón no es necesario quererse más, pero puede ser una buena oportunidad para quererse mejor. Esta fiesta, cuyo fervor se remonta a un par de siglos, se ha convertido en algo demasiado material y mecánico pero ofrece también reencuentros entre personas que pueden vivir solas aunque juntas. Os sugiero que aprovechen la asistencia que el juego de la vida nos da para marcar un punto a su equipo: la pareja, la familia, los amigos. Por otro lado, no dejen que lo mecánico, lo material sea lo que dirija el contenido de sus deseos. La vaina del Tener, de la Mercadotecnia y la Tecnocracia intenta dirigir vía Euro los intereses y deseos del ciudadano, en ese sentido la "alienación" nos separa de nuestra identidad convirtiéndonos en objetos de consumo. Olvídense de Telefónica y asociadas, del Corte Inglés y piensen hoy, como puede ser cualquier otro día en qué es lo que les hace sentir vivos, qué les hace despertar con ganas, con deseo. Qué les hace querer a alguien. Esto no lo dará, jamás, una empresa internacional ni un dulce de San Valentín. Porque lo más valioso está dentro de nosotros y entre nosotros, eso es el alimento que da vida y esperanza. Hablemos con claridad, sólo son remiendos que reparan un daño imaginario , objetos materiales para demostrar lo que la palabra ya no puede. Con este sermón inspirado en el post anterior os aliento a vivir y ser, esto es ser dueños del tener y no tanto al contrario. Un fuerte abrazo. Nosotros podemos ser el mejor regalo.
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