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Paz y Ciencia
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domingo, 20 de diciembre de 2020

Trastorno Bipolar y comorbilidad

 


Hay algunos días en que se siente muy feliz y sociable, o tal vez sumamente irritable, mientras que en otros le embarga la tristeza o una ansiedad inusual? ¿Van acompañados estos períodos de alegría de una mayor energía o de un aumento de actividad? ¿Van acompañados los períodos tristes de fatiga, falta de esperanza o incapacidad para disfrutar lo que por lo general le gusta hacer y, a veces, hasta de pensamientos suicidas? ¿Hacen estos cambios en el estado de ánimo que le sea difícil conciliar el sueño, mantener su concentración o terminar las cosas que debe hacer? Algunas personas con estos síntomas tienen un trastorno mental que dura toda la vida, pero que es tratable, y se llama trastorno bipolar.

¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar es un trastorno mental que puede ser crónico o episódico (lo que significa que ocurre ocasionalmente y a intervalos irregulares). Puede ocasionar cambios inusuales, a menudo extremos y fluctuantes en el estado de ánimo, el nivel de energía y de actividad, y la concentración. Al trastorno bipolar a veces se le denomina trastorno maniacodepresivo o depresión maníaca, que son términos más antiguos.

Todas las personas tienen altibajos normales, pero el trastorno bipolar es diferente. La variedad de cambios en el estado de ánimo puede ir de un extremo a otro. En los episodios maníacos, una persona puede sentirse muy feliz, irritable u optimista, y hay un marcado aumento en el nivel de actividad. En los episodios depresivos, la persona puede sentirse triste, indiferente o desesperada, además de mostrar un nivel de actividad muy bajo. Algunas personas tienen episodios hipomaníacos, que son como episodios maníacos, pero son menos graves y problemáticos.

La mayoría de las veces, el trastorno bipolar se presenta o comienza durante los últimos años de la adolescencia o cuando inicia la edad adulta. En ciertas ocasiones, los síntomas bipolares pueden presentarse en niños. Aunque los síntomas aparecen y desaparecen, por lo general, el trastorno bipolar requiere de tratamiento de por vida y no cesa por sí solo. El trastorno bipolar puede ser un factor importante en el suicidio, la pérdida del trabajo y la discordia familiar, pero un tratamiento adecuado genera mejores resultados.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno bipolar?

Los síntomas del trastorno bipolar pueden variar. Una persona con trastorno bipolar puede tener episodios maníacos, episodios depresivos o episodios "mixtos". Un episodio mixto presenta síntomas maníacos y depresivos. Estos episodios anímicos, o de cambios en el estado de ánimo, ocasionan síntomas que duran una o dos semanas y a veces más. Durante estos episodios, los síntomas duran la mayor parte del día, todos los días. Los episodios anímicos son intensos. Los sentimientos son fuertes y ocurren junto con cambios en el comportamiento y en los niveles de energía o de actividad, algo que pueden observar las demás personas.

Algunas personas con trastorno bipolar pueden tener síntomas más leves que otras que también lo tienen. Por ejemplo, los episodios hipomaníacos pueden hacer que la persona se sienta muy bien y sea muy productiva, y es posible que no sienta que algo está mal. Sin embargo, la familia y los amigos pueden notar que los cambios en el estado de ánimo y en los niveles de actividad muestran un comportamiento diferente que el de costumbre, y usted puede caer en una depresión grave después de los episodios hipomaníacos leves.

Síntomas de un episodio maníaco

Síntomas de un episodio depresivo

Sentirse muy optimista, animado, eufórico, o bien, extremadamente irritable o sensible.

Sentirse muy decaído, triste o ansioso.

Sentirse sobresaltado o nervioso, más acelerado que de costumbre.

Sentirse más lento o inquieto.

Sentir que sus pensamientos van muy rápido.

Tener problemas para concentrarse o tomar decisiones.

Tener menos necesidad de dormir.

Tener problemas para conciliar el sueño, despertarse muy temprano o dormir demasiado.

Hablar muy rápido sobre muchas cosas diferentes ("fuga de ideas").

Hablar muy despacio, sentir que no tiene nada que decir u olvidar muchas cosas.

Tener un apetito excesivo por la comida, la bebida, el sexo u otras actividades placenteras.

Perder el interés en casi todas las actividades.

Pensar que puede hacer muchas cosas a la vez sin cansarse.

Ser incapaz de hacer hasta cosas sencillas.

Sentir que es inusualmente importante, talentoso o poderoso.

Sentirse sin esperanza o que no tiene valor, o pensar en la muerte o el suicidio.

Tipos de trastorno bipolar

Hay tres tipos básicos de trastorno bipolar y todos suponen cambios evidentes en el estado de ánimo, la energía y los niveles de actividad. Estos estados de ánimo van desde períodos con un comportamiento extremadamente optimista, eufórico y lleno de energía, o con un mayor nivel de actividad (episodios maníacos), hasta períodos con un profundo decaimiento, tristeza y desesperanza, o con un bajo nivel de actividad (episodios depresivos). Las personas con trastorno bipolar también pueden tener un estado de ánimo normal (eutímico) que se alterna con depresión. Cuando una persona tiene cuatro o más episodios de manía o depresión en un año, se lo llama "ciclismo rápido".

  • El trastorno bipolar I se define por episodios maníacos que duran al menos siete días (la mayor parte del día, casi todos los días) o cuando los síntomas maníacos son tan graves que se necesita atención hospitalaria. Por lo general, también se producen episodios depresivos separados, que suelen durar al menos dos semanas. También es posible que ocurran episodios de alteraciones en el estado de ánimo con características mixtas (que tienen síntomas depresivos y maníacos al mismo tiempo).
  • El trastorno bipolar II se define por un patrón de episodios depresivos y episodios hipomaníacos, pero no por los episodios maníacos extremos descritos anteriormente.
  • El trastorno ciclotímico (también denominado ciclotimia) se define por síntomas hipomaníacos y depresivos persistentes que no son tan intensos ni duran lo suficiente como para calificarlos como episodios hipomaníacos o depresivos. Por lo general, los síntomas ocurren durante al menos dos años en los adultos y un año en los niños y los adolescentes.
  • Otros trastornos bipolares especificados y especificados afines. Esta es una categoría que se refiere a aquellos síntomas del trastorno bipolar que no coinciden con ninguna de las categorías reconocidas.

Otros trastornos que pueden ocurrir conjuntamente con el trastorno bipolar

Muchas personas con trastorno bipolar también pueden tener otros trastornos o afecciones de salud mental como:

  • Psicosis. A veces, las personas que tienen episodios graves de manía o depresión también tienen síntomas psicóticos, como alucinaciones o delirios. Los síntomas psicóticos tienden a coincidir con el estado de ánimo extremo de la persona. Por ejemplo:
    • Alguien que tiene síntomas psicóticos durante un episodio maníaco puede creer falsamente que es famoso, tiene mucho dinero o poderes especiales.
    • Alguien que tiene síntomas psicóticos durante un episodio depresivo puede creer que está en la ruina y sin dinero, o que ha cometido un delito.
  • Trastornos de ansiedad y de déficit de atención con hiperactividad (ADHD, por sus siglas en inglés). A menudo, los trastornos de ansiedad y de déficit de atención con hiperactividad se diagnostican en personas con trastorno bipolar.
  • Uso indebido de drogas o alcohol. Las personas con trastorno bipolar son más propensas al uso indebido de drogas o alcohol.
  • Trastornos de la alimentación. De vez en cuando, las personas con trastorno bipolar pueden tener algún trastorno de la alimentación, como atracones o bulimia.

Algunos síntomas del trastorno bipolar son parecidos a los de otras enfermedades, lo que puede dar origen a un diagnóstico erróneo. Por ejemplo, algunas personas con trastorno bipolar que también tienen síntomas psicóticos pueden diagnosticarse erróneamente con esquizofrenia. Algunas enfermedades o trastornos físicos, como la enfermedad de la tiroides, pueden imitar los cambios en el estado de ánimo y otros síntomas del trastorno bipolar. A veces, las drogas ilícitas pueden imitar, provocar o empeorar los síntomas del estado de ánimo.

Observar los síntomas en el transcurso de la enfermedad (seguimiento longitudinal) y los antecedentes familiares de la persona pueden desempeñar un papel fundamental para determinar si una persona tiene trastorno bipolar con psicosis o con esquizofrenia.

¿Qué causa el trastorno bipolar?

Se desconoce la causa exacta del trastorno bipolar. Sin embargo, diversas investigaciones sugieren que no hay una sola causa, sino que es posible que haya una combinación de factores que contribuyen al trastorno bipolar.

Genes

A menudo, el trastorno bipolar es de familia y las investigaciones sugieren que esto se explica principalmente porque es hereditaria. Es decir, las personas con ciertos genes tienen más probabilidad de presentar el trastorno bipolar que otras. No hay un solo gen que pueda causar este trastorno, sino más bien hay muchos involucrados.

Sin embargo, los genes no son el único factor. Algunos estudios de gemelos idénticos han revelado que incluso cuando un gemelo presenta el trastorno bipolar, es posible que el otro gemelo no lo tenga. Aunque las personas con un padre o hermano con trastorno bipolar tienen más probabilidad de llegar a tener el trastorno, la mayoría de las personas con antecedentes familiares de trastorno bipolar no presentan la enfermedad.

Estructura y función del cerebro

Los investigadores están aprendiendo que la estructura y la función del cerebro en las personas con trastorno bipolar pueden ser diferentes a las de aquellas personas que no tienen este trastorno u otros de índole psiquiátrica. Aprender sobre la naturaleza de estos cambios cerebrales ayuda a los médicos a comprender mejor el trastorno bipolar y en el futuro puede ayudar a predecir qué tipos de tratamiento funcionarán mejor para una persona con este trastorno. En este momento, el diagnóstico se basa en los síntomas más que en imágenes del cerebro u otras pruebas de diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica el trastorno bipolar?

Para diagnosticar el trastorno bipolar, un médico u otro proveedor de atención médica puede:

  • hacer un examen físico completo,
  • ordenar pruebas médicas para descartar otras enfermedades,
  • remitir a la persona para una evaluación psiquiátrica.

Un psiquiatra u otro profesional de la salud mental diagnostica el trastorno bipolar con base en los síntomas, el transcurso de la viday las experiencias de la persona afectada. Algunas personas tienen trastorno bipolar durante años antes de que las diagnostiquen. Esto puede ser debido a lo siguiente:

  • El trastorno bipolar tiene síntomas en común con varios otros trastornos de salud mental. Un médico puede pensar que la persona tiene un trastorno diferente, como esquizofrenia o depresión (unipolar).
  • La familia y los amigos pueden notar los síntomas, pero no darse cuenta de que son parte de un problema mayor.
  • A menudo, las personas con trastorno bipolar tienen otros problemas de salud, lo que puede dificultar que los médicos lo diagnostiquen.

¿Cómo se trata el trastorno bipolar?

El tratamiento ayuda a muchas personas, incluso a aquellas con las formas más graves de trastorno bipolar. Los médicos tratan el trastorno bipolar con medicamentos, psicoterapia o una combinación de tratamientos.

Medicamentos

Ciertos medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas del trastorno bipolar. Algunas personas pueden tener que probar con varios medicamentos diferentes y colaborar con su médico antes de encontrar los que le funcionan mejor. Los tipos más comunes de medicamentos que recetan los médicos incluyen estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos atípicos. Los estabilizadores del estado de ánimo como el litio pueden ayudar a evitar episodios anímicos o reducir su gravedad si ocurren. El litio también disminuye el riesgo de suicidio. A veces, además de los estabilizadores del estado de ánimo, se agregan otros medicamentos al plan de tratamiento para ayudar a controlar los problemas del sueño o la ansiedad.

Hable con su médico o farmacéutico para comprender los riesgos y los beneficios de cada medicamento. Informe de inmediato a su médico cualquier inquietud que tenga sobre los efectos secundarios. Evite suspender los medicamentos sin que primero haya hablado con su médico.

Psicoterapia

La psicoterapia (a veces denominada "terapia de diálogo") es un término utilizado para una variedad de técnicas de tratamiento que tienen como objetivo ayudar a una persona a identificar y cambiar emociones, pensamientos y comportamientos problemáticos. La psicoterapia puede ofrecer apoyo, educación, habilidades y estrategias a las personas con trastorno bipolar y sus familias. A menudo, se recurre a la psicoterapia en combinación con medicamentos. Algunos tipos de psicoterapia (por ejemplo, la terapia interpersonal y de ritmo social) pueden ser un tratamiento eficaz para el trastorno bipolar cuando se usan con medicamentos.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Clínico y Psicoterapeuta. N° Col.: A-1324 Gran Vía 32, 3°Izq.      Teléfono: 653 379 269 Zaragoza: Presencial/Online    Instagram: @psicoletrazaragoza.                                    Página: Página Web Rodrigo Córdoba

martes, 15 de diciembre de 2020

Álvaro Frías. Disociación en TLP

 




¿Qué ocurre cuando se padece Trastorno Límite de la Personalidad?

Las personas que padecen Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) pueden tener una alta impulsividad y una elevada inestabilidad emocional. También problemas de relaciones y finalmente alteraciones de la identidad, que es el motivo de este último libro. Básicamente tiene que ver con que son personas que sienten un profundo sentimiento de soledad, de vacío, con dificultades para definir proyectos, con dificultades incluso para definir su identidad sexual y, por supuesto, con una elevada autocrítica y juicio sobre sí mismos.

Cualquier persona puede tener alguno de estos síntomas en un momento determinado.

Exacto. Pero hay dos criterios de corte. Por una parte la cronicidad y por otra, la severidad.

¿Hay una base genética o es una cuestión ambiental?

Depende de cada persona. Sin embargo, además de los factores genéticos o ambientales, estaría la variable cultural y esto es casi una visión personal. En la sociedad actual, en la que hemos pasado de un paradigma más rígido, más definido para lo bueno y lo malo, a un paradigma dual donde está más marcada la individualidad, el que cada uno se vaya construyendo, esto a la gente que es más vulnerable de base le supone una pérdida de coordenadas vitales. Y esa pérdida, que es el postmodernismo actual, es sin duda un factor cultural para que actualmente incluso pueda haber más gente con el diagnóstico.

¿Y cómo afectan las redes sociales?

Entran dentro de la lógica del postmodernismo. Es decir, somos una sociedad que en ese sentido intentamos construir un yo social que sea deseable o aceptable socialmente y el envoltorio para movernos en el mundo es el cuerpo, la imagen. Tanto la corporal como la psíquica. En este mundo, las redes sociales acentúan el querer idealizar el ser. No quiero hacer un dibujo del todo negativo porque no sería certero, pero el uso de las redes sociales en personas con baja autoestima o que no tienen construida su identidad es absolutamente peligroso.

En esta sociedad, ¿el TLP todavía es tabú?

A nivel de normalización no está tan integrado como otros diagnósticos y desde luego existe un alto estigma. La propia palabra, límite, asusta. Pero por otro lado hay que decir que la gente con TLP tiene especiales cualidades para muchas profesiones, especialmente las que tienen que ver con el cuidado de los demás y artísticas. Para la intuición, la creatividad, la emocionalidad y la empatía para con los demás. Afortunadamente, empiezan a salir poco a poco del mundo del arte y la música famosos que reconocen que tienen trastorno límite. Muchos de ellos finalmente han hecho público que tienen el diagnóstico, independientemente de que incurran o no en problemas de drogas.

¿Es habitual el consumo de drogas entre estos pacientes?

Sobre un 40% abusan o tienen dependencia de drogas. En principio, no digo siempre, el consumo o abuso de drogas es una suerte de automedicación contra el TLP porque sufren mucho a nivel emocional. Entonces, pueden recurrir por un lado a las medicaciones terapéuticas, que es una opción, pero no se puede negar que incurren en las drogas, bien de manera excluyente o paralelamente para intentar aliviar el sufrimiento. Por lo tanto, acaban teniendo otro problema.

¿Cómo lo sufren los familiares?

El desgaste para la gente más cercana es ostensible. Decir lo contrario sería faltar a la realidad. El amor-odio que pueden sentir los propios pacientes acaban experimentándolo muchas veces los familiares porque vivir con una persona con TLP deja una huella profundísima.

¿El TLP se cura?

Hay un debate entre profesionales y la ciencia. Mi opinión es que si el diagnóstico está bien hecho, el concepto de cura no sería estrictamente lo realista. El paciente tiene que aprender a vivir con el problema, debe conocerse mucho mejor, potenciar las partes sanas de su ser, vigilar y reducir las partes insanas, pero es un diagnóstico a cuidar toda la vida.

Álvaro Frías (Valencia, 1981), es especialista en psicología clínica. Es autor de numerosas publicaciones internacionales sobre el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) y con su última obra, Alteraciones de la identidad en personas con trastorno límite de la personalidad (Desclée De Brouwer), pretende ayudar a una colaboración entre profesional y paciente.

¿Qué ocurre cuando se padece Trastorno Límite de la Personalidad?

Las personas que padecen Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) pueden tener una alta impulsividad y una elevada inestabilidad emocional. También problemas de relaciones y finalmente alteraciones de la identidad, que es el motivo de este último libro. Básicamente tiene que ver con que son personas que sienten un profundo sentimiento de soledad, de vacío, con dificultades para definir proyectos, con dificultades incluso para definir su identidad sexual y, por supuesto, con una elevada autocrítica y juicio sobre sí mismos.

Cualquier persona puede tener alguno de estos síntomas en un momento determinado.

Exacto. Pero hay dos criterios de corte. Por una parte la cronicidad y por otra, la severidad.

¿Hay una base genética o es una cuestión ambiental?

Depende de cada persona. Sin embargo, además de los factores genéticos o ambientales, estaría la variable cultural y esto es casi una visión personal. En la sociedad actual, en la que hemos pasado de un paradigma más rígido, más definido para lo bueno y lo malo, a un paradigma dual donde está más marcada la individualidad, el que cada uno se vaya construyendo, esto a la gente que es más vulnerable de base le supone una pérdida de coordenadas vitales. Y esa pérdida, que es el postmodernismo actual es sin duda un factor cultural para que actualmente incluso pueda haber más gente con el diagnóstico.

¿Y cómo afectan las redes sociales?

Entran dentro de la lógica del postmodernismo. Es decir, somos una sociedad que en ese sentido intentamos construir un yo social que sea deseable o aceptable socialmente y el envoltorio para movernos en el mundo es el cuerpo, la imagen. Tanto la corporal como la psíquica. En este mundo, las redes sociales acentúan el querer idealizar el ser. No quiero hacer un dibujo del todo negativo porque no sería certero, pero el uso de las redes sociales en personas con baja autoestima o que no tienen construida su identidad es absolutamente peligroso.

En esta sociedad, ¿el TLP todavía es tabú?

A nivel e normalización no está tan integrado como otros diagnósticos y desde luego existe un alto estigma. La propia palabra, límite, asusta. Pero por otro lado hay que decir que la gente con TLP tiene especiales cualidades para muchas profesiones, especialmente las que tienen que ver con el cuidado de los demás y artísticos. Para la intuición, el arte, la emocionalidad y la empatía para con los demás. Afortunadamente, empiezan a salir poco a poco del mundo del arte y la música famosos que reconocen que tienen trastorno límite. Muchos de ellos finalmente han reconocido que tienen el diagnóstico, independientemente de que incurran o no en problemas de drogas.

¿Es habitual el consumo de drogas entre estos pacientes?

Sobre un 40% abusan o tienen dependencia de drogas. En principio, no digo siempre, el abuso o abuso de drogas es una suerte de automedicación contra el TLP. Porque sufren mucho a nivel emocional. Entonces pueden recurrir por un lado a las medicaciones terapéuticas, que es una opción, pero no se puede negar que incurren en las drogas, bien de manera excluyente o paralelamente para intentar aliviar el sufrimiento. Por lo tanto acaban teniendo otro problema.

¿Cómo lo sufren los familiares?

El desgaste para la gente más cercana es ostensible. Decir lo contrario sería faltar a la realidad. El amor-odio que pueden sentir los propios pacientes acaban experimentándolo muchas veces los propios familiares porque vivir con una persona con TLP deja una huella profundísima.

¿El TLP se cura?

Hay un debate entre profesionales y la ciencia. Mi opinión es que si el diagnóstico está bien hecho, el concepto de cura no sería estrictamente lo realista. El paciente tiene que aprender a vivir con el problema, debe conocerse mucho mejor, potenciar las partes sanas de su ser, vigilar y reducir las partes insanas, pero es un diagnóstico a cuidar toda la vida.

jueves, 28 de mayo de 2015

Medicacion en niños



Déficit de atención y banalización de la medicación


Los ADD (siglas en inglés: “Attention Deficit Disorder”, es decir “Trastornos de déficit de atención”) pueden ayudarnos a comprender a los niños o por el contrario, pueden encapsular nuestro interés por ver más allá, refugiándonos en un supuesto diagnóstico que nos evita a los padres formularnos preguntas personales. En todos los casos, lo peor que le puede pasar a un niño es que su madre no lo sienta.

La fusión emocional –descrita en varios de mis libros publicados- es como un tanque repleto de agua. Las madres y los niños pertenecemos al mismo estanque. Si la temperatura está a 40 grados y si ambos estamos sumergidos, es imposible que no sintamos el calor. Estamos flotando en la misma temperatura. Ahora bien, si las madres -asustadas por la intensidad emocional que demanda el niño- nos escapamos del tanque…cuando la criatura nos avise que el agua está caliente, acostumbraremos a responder con liviandad que no, que no es verdad. Que no está caliente. Incluso que está helada. Total no la estamos sintiendo, por lo tanto podemos argumentar lo que sea. Luego a medida que el niño se queje más y más por la temperatura del agua y obtenga las mismas respuestas incrédulas por nuestra parte; nuestra criatura va a llorar, se va a portar mal o tendrá conductas bizarras con tal de que regresemos y toquemos el agua. Sin embargo algo tan sencillo, no sucederá. Las madres no regresamos. No tocamos el agua. Seguimos sosteniendo estoicamente que el agua está fría. Entonces el niño se desespera más. Claro que no presta atención en la escuela ¿Acaso es importante la geometría frente al desastre de quemarse y que nosotras no lo sintamos? El niño se porta cada vez peor, por lo tanto será derivado a una psicopedagoga que lo derivará a un médico que lo derivará a un neurólogo y en breve el niño será medicado.

La cuestión es que tenemos un ejército de niños medicados. Basta preguntar el porcentaje de niños que toman medicación en cualquier escuela de cualquier estrato social. La banalización de la medicación es un desastre ecológico. Una vez que el niño sea calmado a fuerza de medicación, ya no nos va a avisar cuándo el agua esté demasiado caliente. A lo sumo se lastimará. O aprenderá a vivir en el calor extremo. O preferirá dormir para no sufrir. O reaccionará “desmedidamente” cuando por error la medicación no lo tenga tan domado. Entonces tendremos excusas suficientes para mantenerlo aún más drogado.

La mayoría de los pedidos para que los niños se calmen, provienen de las escuelas. Es lógico, ya que se supone que en la escuela los niños tienen que aprender lo que los maestros pretenden enseñar. Y para que eso sea posible se requiere cierta quietud y concentración mental. Pasa que si los niños están emocionalmente desesperados, la mente no se puede aquietar. Pero nadie se pregunta qué le pasa al niño, sino que simplemente precisamos que estén en silencio. Los maestros pedimos soluciones a los padres, los padres pedimos soluciones a los médicos, los médicos diagnosticamos algún síndrome de los muchos que tenemos a mano y así resolvemos el problema. Niños medicados, adultos calmados. Las madres no nos preguntamos qué nos ha acontecido siendo niñas para comprender por qué no podemos siquiera acercarnos al tanque de agua caliente desde donde nuestros hijos nos reclaman.

¿Qué pasará en el futuro? Es pronto para saberlo. Pero podemos pronosticar mayor desconocimiento de nosotros mismos, menor conexión con las realidades emocionales y menor entrenamiento para formularnos preguntas personales frente a las dificultades cotidianas. Alguna vez tendremos que levantar los velos y empezar por el inicio de la vida de cada uno de nosotros revisando el nivel de violencia y de maltrato que hemos padecido y observando cómo hemos aprendido a desoír nuestros propios gritos de dolor. El punto es que hoy no toleramos escuchar lo que nos gritan los niños.

Laura Gutman

miércoles, 16 de octubre de 2013

Destino

 
El destino de los seres humanos está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices

La felicidad es frágil y volátil porque solo puede vivirse en determinados momentos. De hecho, si pudiéramos experimentarla ininterrumpidamente perdería todo su valor, ya que únicamente podemos percibirla por contraste.
La negación de la tristeza en la sociedad de consumo provoca que se dispare, en su hedonismo y baja tolerancia a la frustración, el consumo de fármacos antidepresivos. Parece como si no esgrimir unas sonrisa permanente fuera motivo de vergüenza.
Contra esta perspectiva falsa e inútil, Nietzsche nos recuerda que la felicidad se da solo a destellos y que al pretender perpetuarla matamos incluso esos mismos destellos que nos ayudan a avanzar en el largo y tortuoso camino de la vida.

Nietzsche para estresados

viernes, 25 de enero de 2013

Medicamentos convencionales para el Trastorno Bipolar

Autorretrato dedicado a Gauguin
 
Tengo... una terrible necesidad... ¿diré la palabra?... de religión. Entonces salgo por la noche y pinto las estrellas.



LITIO
Primer medicamento estabilizador del ánimo aprobado por la FDA en la década de 1970 para el tratamiento de la manía. A menudo es muy eficaz en el control de los síntomas de la manía y la prevención de la recurrencia de los episodios maníacos y depresivos.
Tiene problemas puesto que es una sal, requiere análisis periódicos. Hay que controlar con la litemia el nivel de litio en sangre, que debe de estar dentro de un rango terapéutico, fuera de este, por encima, sería tóxico.
Hay que hacer análisis de la función tiroidea y, en ocasiones, los pacientes pueden necesitar fármacos para la tiroides.
El hipotiroidismo se ha asociado con ciclos rápidos en algunas personas con trastorno bipolar, especialmente en mujeres.

ANTICONVULSIVOS
Más recientemente, el anticonvulsivante lamotrigina recibió la aprobación de la FDA para el tratamiento del mantenimiento del trastorno bipolar. Otros medicamentos de esta familia son la gabapentina, el topiramato y la oxcarbazepina.

ÁCIDO VALPROICO
Aprobado por la FDA en 1995 para el tratamiento de la manía, es una alternativa popular al litio para el trastorno bipolar. Tiene el riesgo de que se centra en que su uso puede aumentar el riesgo de pensamientos y conductas suicidas.
Las personas que toman medicamentos anticonvulsivos para enfermedades bipolares o de otro tipo deben ser estrechamente monitorizados para detectar síntomas nuevos o empeoramiento de la depresión, pensamientos suicidas, comportamientos anómalo o cualquier cambio inusual en el estado de ánimo.

ANTIPSICÓTICOS
Los medicamentos antipsicóticos se utilizan a veces para tratar los síntomas del trastorno bipolar, diferenciándose de los convencionales o de "primera generación".
Nombraré unos pocos, muy utilizados:
La olanzapina, el aripiprazol, la quetiapina, la risperidona y la ziprasidona. Todos ellos son fármacos de nueva generación, modernos, y, por tanto, tienen, generalmente, menos efectos secundarios.
Los efectos secundarios son: somnolencia, mareos, visión borrosa (a menudo la persona acaba acudiendo a mirar su vista por no enfocar bien), visión borrosa, taquicardias, sensibilidad al sol, erupciones en la piel, problemas menstruales, aumento de peso y cambios importantes en el metabolismo.
En algunos casos de uso largo, se produce disquinesisa (movimientos musculares alrededor de la boca difíciles de controlar). No todas las personas se recuperan después de abandonar la medicación.

ANTIDEPRESIVOS
Las personas con trastorno bipolar que toman antidepresivos, a menudo necesitan también un estabilizador del ánimo. Los antidepresivos pueden precipitar una descompensación maníaca.
Los más empleados son la fluoxetina, la paroxetina, la sertralina y el bupropión. La lamotrigina parece ser útil en el control de los síntomas depresivos del trastorno bipolar.
Estos fármacos son, generalmente, seguros. Los efectos secundarios se revierten en poco tiempo.
Hay que tener mucho cuidado porque estos fármacos pueden provocar ideas y conductas de suicidio porque la persona que estaba inhibida recupera las energías necesarias para realizar tal conducta.

http://youtu.be/lo3G6GYB9Zs Mi Soledad y Yo

domingo, 11 de noviembre de 2012

Háblanos de la Medicación

Meditar es inmolizarse unos cuantos minutos diarios. Cesar de ponerse temas, eliminar frases del cerebro y comenzar libremente a observarse, sin miedo, esto permite salir de la cárcel de lo racional y entrar, poco a poco, en la inmesidad que somos. Alejandro Jodorowsky * * ¿Me servirá meditar para ir más lejos? Meditar no te llevará más lejos: hará que ames lo que eres y lo que aquí tienes. * ¿Cómo meditar? Inmóvil en cualquier posición, elimina todos tus pensamientos, sentimientos y deseos, y luego obsérvate sin miedo. * ¿Cómo puedo meditar sin distraerme? Compra un baúl, pintalo dentro y fuera de negro, hazle hoyos para que puedas respirar y enciérrate en él media hora cada día. * Alejandro Jodorowsky, Alejodorowsky en Twitter * Verano Brillante luna ¿ Sirve de algo meditar? En mi sombra inmóvil copulan los sapos. Alejandro Jodorowsky * “Si estás meditando y llega un diablo, pon ese diablo a meditar…” Gurdijeff * ¿Qué es meditar? ¿Por qué meditar? Con un minuto basta Parloteo interior ¿Por dónde empezar cuando se está perdido? La meditación y la contemplación Ejercicio de meditación ¿Qué hacemos en este jardín?, maestro

domingo, 26 de febrero de 2012

Medicamentos y Psicoterapia

Aquí expongo el enlace a dos webs, la primera es la de una psiquiatra, experta en deshabituación de benzodiacepinas. Ella explica el mecanismo de acción.


Este es el mecanismo químico.
Generalmente los médicos de atención primaria son los que prescriben estas medicaciones en primer término. Luego cabe la posibilidad de que psiquiatras privados receten al gusto del consumidor pudiendo provocar un consumo inmoderado y una adicción. Otra cuestión son los daños renales, de concentración, memoria y los problemas cuando existe patología dual (adicción y trastorno mental). Los efectos son verdaderamente aplastantes. Estos fármacos no se deben tomar durante mucho tiempo porque son yatrogénicos. Hhay que procurar emplear otras "armas" terapéuticas.
Para finalizar un tema del que podíamos hablar mucho tiempo decir que muchos psiquiatras se escudan en la medicación haciéndose pasar por psicoterapeutas y drogando a los pacientes. Por lo que el alivio sintomático es por la medicación no por la psicoterapia. Sean críticos y no idolatren/idealicen a nadie.

viernes, 9 de enero de 2009

Los beneficios de la medicación


Pequeñas gotas de agua llenan un océano. Proverbio Masai.
En un post colgado sobre un artículo de EL PAIS del 5 de enero de este año una persona hablaba sobre la medicación, he podido leer a personas que en su blog hablan de la medicación y lo grato que les resulta el cambio, casi parece que sienten cierta extrañeza con respecto a sí mismo. La medicación está cambiando rápidamente, para trastornos graves es imprescindible y para trastornos, oficialmente medio-leves están recomendados. Sin embargo la línea de trabajo "ideal" es la psicoterapia aunque no todo el mundo puede permitírselo por disposición emocional y económica. Por mi experiencia creo que lo primero, lo emocional es una mayor objeción que lo económico dado que existen profesionales que tras unas entrevistas pueden modelar los honorarios por un interes genuino en la persona.
En este espacio hablamos de lo borderline, estoy preparando con otro profesional un texto sobre este espectro de problemas que merman el estar en el mundo. Actualmente está en auge para este trastorno también el fármaco Invega (R). Dicho fármaco es un antipsicótico atípico de nueva generación de la familia del Risperdal (risperidona), el componente es la paliperidona. Este fármaco tiene grandes avances para los síntomas psicóticos y disociativos del trastorno límite, en otras cantidades está recomendado para la esquizofrenia. Ya se escribe y se sabe que ese trastorno está entre la "neurosis y la esquizofrenia", yo no lo veo del todo así pero sirve.
Sin embargo los fármacos poco ayudan al self, esto es el concepto en inglés que va más allá del yo o del sí-mismo, se trata de un núcleo de la identidad y su relación con el otro, con uno mismo y con el mundo, tiene que ver con el autoconcepto y su equivalente libidinal, la autoestima.
El TLP como trastorno de personalidad paradigmático y otros del espectro tienen "disorders" en el SELF. Patologías que un sentido fenomenológico son narcisistas, dependientes, paranoides y con episodios micropsicóticos, así como autolesiones. Con respecto a esto último, las más de las veces, suelen ser ataques al objeto, como por ejemplo al vínculo o al valor vivido de uno mismo. Esto no lo cura la medicación, es por esto por lo que sigo trabajando en esto y no me dedico al telemarketing o a escribir solamente.
Es difícil el proceso de la psicoterapia, como dice un aforismo islámico "hay que mirar el miedo a los ojos", cuando los propios ojos son de miedo, el reflejo asusta.
Por tanto, la medicación es importante y nada baladí, pero del mismo modo la psicoterapia es altamente eficaz aunque suponga que la persona tenga que participar activamente en ello, no como la medicación que se recibe de manera pasiva.
La fortaleza del yo tiene mucho que ver con la decisión tomada a la hora de consultar con uno u otro profesional, así como la "fe" y la esperanza. Estos elementos confluyen y pienso qe un diagnóstico, aunque sepan que me oriento por la antipsiquiatría, puede ayudar a tomar conciencia del problema, informar en cuanto psicoeducación, sin etiquetas. Por ello, no es necesario seguir sufriendo, cada vez se conoce más sobre los trastornos mentales y la organización borderline en particular. Es un trastorno de largo recorrido, costoso de atenuar, doloroso de llevar, angustioso, duro y desastroso para la persona afectada y el entorno. Alguien me decía que era como vivir con "un alien dentro", una forma de escisión, de ruptura en dos partes con el yo que divide al sujeto en una tendencia abierta al mundo en canal. Por tanto las heridas son mucho más sencillas de hacer y de sangrar, así como más difícil de cerrar. Estas personas necesitan una atención especializada y en España se está trabajando mucho en ello en los últimos tiempos aunque siga habiendo personas que no quieran pensar en términos borderline por resultar poco-científicos fuera del binomio neurosis-psicosis. El "Océano borderline" es la clínica de este siglo debido a los psicofármacos y la baja tolerancia a la frustración en la que crecen los más jóvenes, las drogas también tienen que ver mucho en ello.
Quiero decirle a esa persona que expresaba su sentir por la medicación que es una buena decisión, y que aquí no se opone nadie a esa línea de intervención. Tampoco estoy por un psicoanálisis ortodoxo de 3 sesiones semanales para ese trastorno en particular y para otros mismos. Afortunadamente también hay un "océano borderline" de tratamientos especializados para diferentes trastornos. El psicoanálisis es una teoría que facilita la técnica pero la técnica se debe de ir diseñando minuciosamente con cada paciente, esa es labor del profesional. Un saludo para esa persona y para todos los demás.