En la materia y en la mente
subyacen el misterio y el milagro
de la inteligencia divina que evoluciona
hacia una integridad y perfección
cada vez más elevadas.
Somos uno con la Totalidad
y este principio impregna
todos los reinos de la vida:
mineral, vegetal, animal, humano y espiritual.
Dios mira en todas las cosas
y en todos los estados y sucesos
como luz infinita y amor incondicional.
Yo soy yo.
Y cuando desarrollo esa simple verdad, comienzo a darme cuenta de que, en realidad,
yo soy tú.
Y en esencia somos Uno.
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