Cuando miraba un bebé no me conmovía tanto. El tener un bebé supone experimentar sensaciones nuevas. La otra mitad de mi alma está viviendo algo todavía más intenso: ser mamá. Ser mamá es muy hermoso. Hace un rato, tras haberme comentado ella que había comido teta muy bien Sofía; le he visto dormida con una sonrisa en su boca. Mi sentimiento de felicidad ha sido mayúsculo.
Nuestra labor es cuidar a la bebita y mi función también es cuidar a la madre. El primer compromiso es dulce, muy dulce. El segundo algo más complicado el primer mes porque toda la revolución hormonal le sobrepasa a menudo a la madre, además de criar a esa pequeña duendecilla. Todo es hermoso si se toma como algo dulce, muy dulce.
Rodrigo Córdoba Sanz
sábado, 18 de enero de 2014
Muy dulce
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