PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

miércoles, 16 de febrero de 2011

Bipolaridad


MANIACA: Euforia, irritabilidad, alta actividad física y psicológica (fuga de ideas); disminución de la necesidad de dormir; aumento de la líbido; aumento de la capacidad para realizar cosas, sensación de energía; cambios en los hábitos de la comida (empeorando la calidad y descontrolando horarios, por ejemplo; sentimientos de grandeza, verborrea (hablar demasiado), hiperactividad.

DEPRESIVA: Tristeza, baja actividad y lentitud en las respuestas; cambios en los patrones de sueño (dormir poco o en exceso); disminución de la líbido; disminución de la capacidad para centrarse o pensar, falta de energía; comer demasiado poco, cambios de peso; sentimientos de inferioridad o culpa, ideación suicida; tendencia al aislamiento, apatía.

Éstas son sucintamente algunas de las diferencias desde el plano psicológico de las oscilaciones que se dan en la inestabilidad emocional (TLP y TBI y TBII), matizo que en el trastorno bipolar II las oscilaciones no son tan intensas, no llegan a perder el contacto con la realidad como las ideas de grandeza y suelen recuperarse mejor de las descompensaciones, son más funcionales y las familias y parejas están menos "cansadas" y "hartas" del comportamiento errático en relación al trastorno bipolar I, un trastorno que lleva al delirio y que quedó representado a nivel de película en el film de Richard Gere, Mr. Jones. Hay comorbilidad con el trastorno límite de personalidad, sobre todo con el TBII, la diferencia es que el TLP es un trastorno de personalidad que afecta globalmente a la persona y suele tener unas vivencias que sirven de impronta para la constitución de un trastorno de identidad y el trastorno bipolar, I o II es un trastorno del estado de ánimo. En psicología se ha visto que se puede hacer mucho con los pacientes bipolares, y ellos además lo reclaman, quieren saber porqué sufren, en qué consiste su trastorno, qué pueden hacer, que se les ayude con sus familias y otro sin fin de demandas que deben ser tratadas en unas entrevistas de valoración psicológica.
Es importante que la persona sepa lo que le suceda cuando llegamos a estos niveles, aunque solo sea por un nivel operativo, de ese modo tanto él como su familia podrán manejar mejor los síntomas y prever recaídas. Por otro lado es interesante no convertir el trastorno en el leit motiv de la existencia del individuo. Estas personas pueden ser muy creativas y originales y pueden emprender interesantes empresas en momentos de eutimia (estabilidad emocional). Con el apoyo de los psicofármacos pueden estar más compensados y evitar recaídas, sirve como profilaxis pero al mismo tiempo necesitan un tratamiento para drenar su angustia. Algunos profesionales sólo citan a los más funcionales en épocas críticas del año (cambio de estación), sin embargo, la constitución del aparato psíquico necesita una psicoterapia de apoyo y después una terapia centrada en el insight, aunque esto último puede servir como volcán si no se hace con cuidado y mimo por el descontrol de las emociones.

“Mientras atraviesa la primera etapa, el paciente pierde la necesidad de dormir, está excitado, con ideas megalómanas, grandes proyectos o con inclinaciones que nunca tuvo, que pueden ser religiosas, místicas o profesionales. El polo opuesto, el de la depresión, es justamente todo lo contrario: la persona está con una actividad disminuida, con el estado de ánimo por el suelo, tiene sentimientos de desolación, desesperanza y sin voluntad para encarar proyectos”, graficó Jorge Cóppola, del Instituto Nacional de Psicopatología.


Claro que esto no es siempre así. Según señaló Sergio Strejilevich, consejero de la International Society for Bipolar Disorders y director de AREA-Investigación y desarrollo en salud mental, en el 40% de los casos no hay oscilación entre polos sino que se tienen síntomas de la serie maníaca y depresiva al mismo tiempo, por eso a veces resulta más descriptivo el término maníaco-depresivo


Del cielo al infierno.




Muchos libros se han escrito acerca de que el trastorno bipolar en vez de una enfermedad podría ser un “don”, dado el alto porcentaje de genios de la humanidad (y, en general, personas exitosas en sus ámbitos); o al menos una “diferencia” cognitiva útil desde un punto de vista evolutivo. Según un estudio de uno de los máximos especialistas a nivel mundial en este trastorno, Hagop Akiskal, mientras los bipolares en la población general no pasan del 4% o 6%, entre escritores llega al 50% y entre los artistas supera el 60%.
Sin embargo, Strejilevich insiste en que es una enfermedad. “En todo caso, podría tratarse de un don útil en términos sociales y no individuales, ya que no resulta ciertamente fácil vivir con semejante trastorno”, agregó. Y puso como ejemplos los casos de Vincent van Gogh y de Virginia Woolf, dos conocidos bipolares.
“Van Gogh creó obras que hoy todos admiramos pero ni él ni su familia pudieron disfrutar de ese éxito, y Virginia Woolf sufrió tremendamente y tuvo varios intentos de suicido antes del definitivo; sólo escribió en los intervalos de lucidez”, precisó.
Por su parte, Cóppola agregó que “cuando están arriba son extremadamente lúcidos y muy ocurrentes... si se quedan dentro de la realidad puede irles muy bien. La cuestión es que en los episodios de euforia puede aparecer también la psicosis y ahí la relación con la realidad es igual a cero. La genialidad se pierde, se hacen malos negocios y aparece el despilfarro de dinero, una de las causas de inhabilitación judicial”, remarcó.
Qué tomar. Uno de los grandes vuelcos que tuvo el tratamiento para el trastorno bipolar se dio cuando el médico australiano John Cade descubrió la acción de las sales de litio, hacia fines de la década de 1940. “Cerca del 70% de las personas afectadas por trastornos bipolares puede esperar una recuperación plena y el tratamiento con litio ha demostrado disminuir también la tasa de suicidio”, opinó Strejilevich.
Cóppola –uno de los organizadores de la Semana del Paciente Bipolar, que comienza mañana y se extenderá hasta el 15– mencionó también que se pueden usar antirrecurrenciales, justamente para evitar los puntos álgidos de los ciclos. Pero Strejilevich disiente fuertemente: “El litio es el gold standard del tratamiento y salva muchas vidas cada año, las otras medicaciones son tan nuevas que no se tiene el suficiente conocimiento como para avalarlas de este modo.”

No hay comentarios: